Severus se estaba acostumbrado a las constantes fiestas de la tribu. Aquella noche celebraban la partida de una pequeña comitiva, en la cual estaba incluido Sirius, que estaría fuera durante una semana para conseguir aquel nuevo omega.
-¿Cómo crees que lo tomara el nuevo?- le pregunto Lucius mientras robaba su vaso y bebía un gran trago- Joder esto no es alcohol, ¿todavía sigues con la mierda del embarazo?
-Solo me aseguro en caso de que esté en cinta- protesto mientras intentaba recuperar su bebida.
-No estás preñado- insistió el rubio mientras forcejeaba con el menor- solo estás paranoico.
El pelinegro se lanzó sobre su amigo con falsa rabia, en parte, agradecía la constante negativa del omega pues no sabía que haría si sus pensamientos fueran reales.
-Bonita estampa- interrumpió una voz acompañada del olor del alcohol.
Ambos omegas miraron a sus parejas con cierto recelo pero sin separarse, no se sentían seguros con aquellos dos, borrachos, que les dirigían miradas depredadoras.
-Levantate- le ordenó Sirius mientras le cogía con brusquedad del brazo- tu también.
Lucius le miró en silencio sin saber que hacer.
-No me jodas- rio el de cicatrices- ¿En serio vamos a hacerlo?
-Joder, está claro.
-¿Hacer qué?- pregunto Severus con cierto temor a un castigo- no nos peleábamos de verdad...
-Tranquilo- silencio el Black- que no es un castigo lo que tenemos en mente es, más bien, una recompensa que llevamos un rato hablando.
Con brusquedad ambos fueron alejados del grupo que cantaba, bailabay bebía sin preocupaciones hasta que sus cuerpos calleron sobre las suaves telas que cubrían la cabaña de Remus Lupin. Severus se incorporo levemente, lo suficiente como para poder ver a los alfas a la cara, y aspiro el suave olor a Lucius que reinaba en el lugar.
-¿Qué coño es esto Lupin?- gruñó el rubio antes de que sus labios fueran apresados de manera brusca por el alfa.
Severus gimió sorprendido, su alfa y pareja estaba besando a su mejor amigo. Su lado animal comenzó a gemir con dolor y sus músculos se movieron buscando separar al omega del castaño que le tenía inmovilizado bajo su cuerpo.
-Tranquilo- le susurró Remus en su oído mientras apresaba sus caderas- no estés celoso, tu también disfrutarás.
Las manos del contrario se colaron por su camisa, erizando su piel con cada toque, y su boca fue apresada con brusquedad permitiendo que la lengua y el sabor a alcohol se introdujeran. Severus forcejeo sin éxito. Con una fuerza brutal lo levantaron y lanzaron sobre la amplia cama junto a un sonrojado Lucius.
Su cuerpo fue atacado por las manos del de cicatrices y, en algunos momentos, las de su alfa mientras era empujado a reducir las distancias con el rubio. Su ropa desapareció de su cuerpo dejando su desnudez a la vista no solo de Sirius, sino de Remus y de un Lucius que se encontraba en la misma situación. Su coño fue atacado sin delicadeza.
-Joder- gimió Lupin mientras paseaba su lengua por el hinchado clítoris del pelinegro- tenías razón Sirius, tu omega tiene un puto manjar entre las piernas- el mencionado rio- Ven Lucius, pruébalo.
El rubio le miró con temor mientras su cara era acercada a la intimidad del contrario.
-Quita esa cara- le gruño su pareja- se que estás deseandolo, te crees que no veo como lo miras.
Severus fijo su mirada en la de su amigo y susurro quedamente su nombre, suplicando sin saber exactamente el que.
-Lo siento-se sonrojo- pero tiene razón.
La boca del omega se coló entre sus piernas y comenzó a succionar con desesperación los pliegues mojados. Severus grito de placer.
-¿Te gusta?- le pregunto con burla Sirius-te gusta que tu amigo te coma el coño mientras te mira Remus, mientras te miro yo.
El pelinegro quiso contestar sin suerte, los estímulos eran demasiado como para conseguir hilar una frase. Sus manos se dirigieron a los suaves cabellos del rubio, tirando con fuerza, alejándolo de su interior.
-Deja de resistirte omega- le susurró Sirius a su oído- céntrate en el placer, en mi-Los labios del omega se abrieron ante la intrusión del miembro de su pareja- chupalo como sabes hacerlo.
Severus centro su atención por completo en el miembro del mayor, hasta que las lamidas de Lucius se volvieron erráticas por culpa de los gemidos que profesaba cada vez que Remus le penetraba.
Su cuerpo fue levantado sin cuidado. Sirius lo posicionó frente a Lucius y penetro su interior con intensidad. La conciencia desaparecía con cada embestida y su lado animal se apoderaba poco a poco de la escasa razón que le quedaba.
-Miralo Lucius- gruño Remus- están follando a tu amado en frente de ti y tu solo puedes gemir por mi polla.
Leves lágrimas se juntaron con la saliva que salía de los blanquecinos labios. Severus extendió sus brazo y agarro las mejillas de su amigo, tiro permitiendo que sus bocas se juntarán. Remus protesto levemente y aumento la fuerza de las embestidas. Severus no permitiría que la única persona importante que le quedaba en su vida sufriera por culpa de aquel alfa.
-No te quejes Remus- se burló Sirius- déjalos disfrutar un rato, las putas como ellas no pueden estar siempre controladas.
El contrario rio fuertemente y golpeó con su mano el culo del omega provocando que su quejido de placer rompiera el beso.
Las embestidas continuaron de manera frenética hasta que los estómagos e interior de los omegas quedó pintado de blanco. Una vez lejos del agarre de los alfas, Severus y Lucius, se acurrucaron, abrazados, permitiendo que el flujo y sudor se mezclaran. Los alfas disfrutaron de la escena.
Remus se alejó y saco unos cilindros minúsculos llenos de hojas de tabaco trituradas, le tendió uno a Sirius y se sentaron junto a los omegas.
-Tómalo como un adelanto por el tiempo que pasemos lejos- dijo Sirius- y si os portáis bien, a la vuelta, lo repetiremos.
Severus gimió con desaprobación y se pegó a Lucius, ocultando su cara en la corbatura del cuello. En aquellos momentos prefería dormir y hacer como si todo aquello tan solo hubiera sido un sueño.
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Salvaje (Harry Potter)
FanfictionLa enemistad entre ambos clanes había estado siempre presente, creciendo como una llamarada descontrolada y, cuando todo explotó, solo quedaba sobrevivir. Los personajes no me pertenecen.