V. El sueño húmedo de Po'

Único

Con los ojos adormilados, sus párpados caen y su cabeza se apoya contra el respaldo acolchando del asiento del copiloto, en sus manos, el celular que llevaba mientras observaba las conversaciones de su manager y su futuro horario agotador, cae en el suelo del coche al dormir plácidamente sin pensar en un próximo taller o más entrenamiento para su futura película en desarrollo.
Estaba agotado y ansioso de que haya llegado el fin de semana en un tiempo lento que le torturaba duramente en su jornada de trabajo ¡Quería dormir! Y por fin lo estaba logrando, era tan placentero caer en los brazos del Morfeo sin preocupaciones
¡Adiós sesiones de fotos!
¡Adiós talleres de danza tailandesa! ¡Adiós a todo!
Nattawin finalmente puede dormir, amaba el fin de semana.
Apo estaba acurrucado contra el vidrio polarizado del coche oscuro que pertenecía a su P'Mile, su novio y futuro esposo. Respiraba tranquilamente, su mente se mantenía en blanco y sólo escuchaba el sonido de una canción muy conocida de los Guns N' Roses, música particularmente del género de rock que Mile siempre tenía preferencia de escuchar al conducir, no era la típica canción movida, subida de tono y alocada, sino más bien serena y tranquilizadora como Don't Cry, un gran temazo.

"Cariño, ya hemos llegado" siente un aire tibio molestar su mejilla ruborizada y un beso en seco dulce y amoroso, siente el corazón latir y unas cuantas mariposas revolotear en su estómago "¿Deseas que te cargue a nuestra habitación?" La voz tranquilizadora de su phi es escuchada, y su pregunta apenas es procesada por su cerebro, su conciencia estaba en otro mundo y apenas pudo lograr entenderle.
Sólo se limitó asentir con la cabeza como un perezoso, sin querer gastar energía.
Y escucha una linda risilla "Está bien, bebé, te llevaré" la puerta del automovil es cerrada y pronto es abierta la suya,  menos mal que ya no estaba recargado contra la ventana, sino hubiera caído, sunos brazos fuertes lo tomaron desde los pies y por detrás de su espalda alta, fue cargado como una princesa hasta su torre por su príncipe azul, y vaya que príncipe azul tenía, uno muy guapo y sexy.

Mile abrió la puerta con un poco de dificultad al llevar a Apo en sus brazos, pero pudo lograrlo con mucha habilidad, no era la primera vez que lo cargaba, a la primera le fue difícil y luego se le hizo una costumbre muy hermosa. Amaba cargar a su amor, podía verlo dormido, tranquilo y sereno, con sus facciones faciales relajadas, los ojos rasgados y seductores cerrados por el sueño y sus labios cereza y carnosos en una línea recta sin moverse. Se veía tan perfecto contra su cuerpo, sólo suyo, perteneciendo entre sus brazos como si fuera el único lugar donde debía estar.
En el cuarto de ambos, acostó a Apo en la cama matrimonial que compartían, buscó, luego de eso, entre sus grandes cantidades de ropa ordenadas en el armario, dos pijamas que hacían conjunto, básicamente pijamas de pareja, sonaba cursi, pero a Mile le encantaba este obsequio de Apo.

Desvistió a su pareja, quitando sus zapatos, abriendo la cremallera de su pantalón y deslizar la prenda por las piernas bien formadas y con ese lindo color acaramelado, Dios, deseaba poder morder los muslos de Apo y dejar marcas en todos lados, pero Mile se contuvo a su pecado y continuó por vestir al muchacho en pijama, para luego hacerlo él mismo.
Procedió a acostarse a su lado, aún con las luces de la lámpara encendidas, atrayendo a Apo nuevamente a sus brazos y acurrucar su cuerpo moreno junto al suyo, tomando su diminuta cintura y apoyando su mentón en la cabeza castaña oscura, sintiendo los cabellos sedosos en la parte más inferior de su cara.

"Te amo" Le dijo en un susurro para terminar por apagar las luces y dar por finalizado su día, siempre con un te amo, aunque Apo no se lo haya dicho por estar dormido, sabía a la perfección que su chico se lo diría miles de veces.

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