~Xiao POV~—En resúmen, lo perdí mientras él estaba ebrio y ahora no tengo la más mínima idea de dónde está, si está vivo o si le pasó algo porque vine a buscarte, pero al verte herido no pude evitar priorizarte.
—Maldición, Xiao, es tan sólo un niño. ¿Por qué le diste alcohol?
Aether caminaba de un lado a otro. Después de salir del consultorio de Baizhu, habíamos venido a la Posada Wangshu, y hasta ese momento recordé que Alatus había desaparecido. Cuando había corrido hacia Aether por ayuda para encontrar al chico, jamás pensé que vería a Aether en ese estado. Mi preocupación de verlo así y el miedo de perderle, fue mayor en ese momento y olvidé a Alatus.
—Lo siento, pensé que lo aguantaría, es jóven, pero la mayoría de jóvenes de su edad ya beben. —Me rasqué la cabeza—. Me siento mal de haber dejado al chico solo sin saber dónde está. ¿Crees que esté bien? Tal vez deba dar una vuelta por las siete naciones para ver si el gremio de aventureros sabe algo de él.
—Iré contigo, el chico también me preocupa. —Ambos nos levantamos, pero Aether me tomó del brazo antes de que diéramos un paso más—. Xiao, antes de que vayamos, ¿podemos hablar?
—¿Qué pasa? —La cara de Aether mostraba la misma expresión que cuando hablaba de su hermana… angustia. No pude evitar tomar su rostro con mi mano—. ¿Sucede algo malo?
—No realmente, es sólo que, quería preguntarte si ese chico es algo tuyo… —Aether me miraba con algo de angustia, pero a la vez parecía comprensivo—. No quiero que tomes esto de una mala manera, sólo quiero saber si es… tu hijo o algo así. Veo que tienes un gran afecto por él, por eso pensé que tal vez es tu hijo o hijo de alguien que quieres… ¿tal vez?
Me tomó por sorpresa, y lo peor era que no podía decirle la verdad. No era bueno mintiendo, tampoco me gustaba hacerlo, mucho menos pensaba decirle mentiras a Aether. Así que sólo contestaría lo necesario y en caso de que él me preguntara algo más específico, le diría que no podía contestar eso.
—No es mi hijo de sangre, pero lo adopté como hijo recientemente al saber de quién es hijo.
—Entiendo —Aether me sonrió—. Debe ser alguien muy importante para que consideres al chico tu hijo.
—Es de las personas más importantes en mi vida.
—Bien, —Aether me tomó de la mano y me dio un beso corto en la mejilla—, si el chico es como un hijo para ti, también lo será para mí. Gracias por ser honesto conmigo, como siempre.
—Siempre seré honesto contigo.
Me parecía gracioso que él lo considerara su hijo, ya que realmente él era su hijo, el hijo de la persona más importante en mi vida. Sin embargo, no podía decir eso, porque entonces él se sentiría mal, y no debía ser así, ya que me refería a su yo del futuro, pero no dejaba de ser el mismo.
Cargué en mis brazos a Aether para transportarnos hacia Mondstadt. Era el lugar al habíamos acordado ir. Tal vez se había transportado ahí. Sólo podíamos esperar que mi karma no le afectara a Alatus.
—Por cierto, ¿cuál es su nombre? —preguntó Aether ya en mis brazos—. Dijiste que sabes de quién es hijo, así que asumo que él ya recuerda todo y asumo que recuerda su nombre.
—Es Alatus.
Aether me miró con sorpresa esta vez, parecía que algo le angustiaba, pero también parecía no querer seguir hablando del tema. Simplemente recargó su cabeza sobre mi hombro y bajó la mirada. Tal vez más tarde podríamos hablar del tema.
—¿Listo?
—Listo.~Fin de Xiao POV~
Después de una actuación digna de un premio, decidí dirigirme hacia Mondstadt. Quería disculparme con Mika por mi comportamiento desagradable. Recordé que él siempre decía que era realmente difícil para él tener conversaciones cuando era más joven porque se le dificultaban las interacciones sociales. Y era justo ese Mika frente al que yo estaba ahora. Necesitaba disculparme y estar con él, conversar.
Después de teletransportarme al punto que estaba cerca de la fuente, me dirigí hacia el restaurante al que él me había llevado. Esperaba encontrarlo ahí, pero al llegar el lugar estaba vacío. Ni siquiera había más gente, simplemente estaba vacío. Aún así, por alguna razón, esta ciudad no parecía terrorífica a pesar de que aún era de madrugada.
—Buenas tardes, —me acerqué a la chef—, disculpe, ¿de casualidad sabe dónde está el chico con el que vine antes?
—¿El chico de antes? ¡Oh! ¿Te refieres a Mika?
—Sí, él.
—Alcancé a escuchar que iría al Valle Estelar.
—¿Eso en dónde está? —Me miró extrañada y me sentí avergonzado—. Lo siento, soy algo nuevo en Mondstadt…
—Oh, no te preocupes, tenemos viajeros de todos lados. —La chef abrió un mapa que no tenía puntos de teletransporte y me indicó dónde era la zona del Valle Estelar—. Es todo eso, no es como un lugar específico, es más como una zona. Tendrás que abrir bien los ojos.
—De acuerdo. ¡Muchas gracias!
—De nada. ¡Tenga un buen día!
Abrí mi mapa y me teletransporté tan pronto como pude. Crucé los dedos, con la esperanza de que él no se encontrara muy lejos. Tantos teletransportes me comenzaban a marear. La verdad es que aún era extraño para mí el usar este método de “transporte”, pero no lo había encontrado incómodo, sino extraordinario. Sin embargo, al usarlo tanto, empezaba incluso a sentir náuseas.
Comencé a caminar y caminar, incluso pasé cerca de varios puntos de teletransporte, pero no encontré nada. También comencé a notar que sin importar cuánto caminara no sentía el sudor correr por mi frente. Era como si en realidad no pudiera sudar en este mundo. Odiaba sudar, así que no era tan malo, pero me preguntaba si no traería consecuencias a mi organismo.
Después de un rato caminando decidí sentarme. No sudaba en este mundo, pero sí me cansaba, sin duda alguna. Había caminado tanto que incluso el sol ya había salido. No sabía la hora, porque no tenía un reloj de este mundo, pero por la posición del sol, parecían ser las 10:00 a.m.
—Maldición, Mika. Espero poder encontrarte.
Me levanté, porque me fastidiaba más tener que esperar sentado a un milagro que seguir caminando, pero parecía que mi buena suerte estaba de mi lado. Porque en cuanto me giré pude verlo, ahí, sobre una colina, con una… ¿Ballesta en la mano?
En cuanto vi que estaba disparando la ballesta corrí sin dudarlo dos veces. Me impresionaba que hacía unos momentos me dolían los pies, pero ahora no lo sentía tanto. La adrenalina de ver a Mika en riesgo me había hecho correr como si mis pies fueran de aire.
—¡Mika! ¡¿Estás bien?! —Grité tan fuerte como pude en lo que corría. Mika había dejado de disparar, así que empecé a desacelerar.
—¡¿Viajero?! —me gritó—. ¡Sí, sólo eran unos cuantos…!
De un momento a otro vi cómo Mika era proyectado en el aire a causa de una hacha gigante y un monstruo de unos 3-4 metros manejando tal objeto. Mika cayó desde la colina hasta el suelo. No era mucha altura, pero seguro había quedado lastimado. Salí corriendo al verlo caer de una manera tan violenta. Al parecer el monstruo también buscaba hacerle daño, ya que comenzó a bajar la colina con rapidez.
—¡MIKAAA! —Corría tan rápido como podía, pero me aterraba ver que el monstruo se movía hacia él y él no se movía.
Seguí corriendo sin parar hasta que iba a una velocidad impresionante que jamás creí alcanzar en ningún mundo posible. Corrí tan rápido que llegué antes que ese maldito monstruo. Me puse frente a aquel ser, evitando que siguiera avanzando hacia Mika.
—¡Déjalo en paz! —Grité enfurecido contra él—. ¿Qué más quieres de él? ¿No te parece que ya le hiciste suficiente daño?
El monstruo se agachó y comenzó a recoger algo del suelo, no entendía qué rayos hacía, pero sí pude notar que al sacar su mano tenía una bola roja, con ojos y viscosa en ella. Era como si viera una pelota antiestrés frente a mí. No entendía qué era, ni tampoco para que la había sacado, pero sea lo que fuese, no parecía nada bueno.
—¿Qué demonios? —musité.
—¿Viajero? —Al parecer Mika había perdido la consciencia antes, ya que hasta ahora hablaba, bastante adolorido, pero hablaba. Lo miré consternado—. ¡Viajero, no!
Me giré para ver que lo asustaba y sólo pude ver aquella bola gigante cayendo sobre mí, lanzándome por los aires varios metros hacia atrás. Me dolían tanto los golpes que ya no quería levantarme, pero escuché al maldito monstruo moverse y al mirar vi que iba hacia Mika. No tenía opción.
—¡Te dije que lo dejaras en paz!
Corrí hacia él, no sé por qué. No tenía oportunidad alguna contra este monstruo, pero algo ardía en mi pecho. Tenía la determinación de acabar con este ser; tenía la determinación de proteger a Mika como fuera.
Me lancé hacia él en un brinco impulsado por la carrera, con el puño cerrado, intentando pegar en el pecho del monstruo con mucha fuerza para derribarlo. Y antes de que lo notara, algo se sintió en mi puño, como un fuerte viento. Al golpearlo, una onda de choque se generó, y el monstruo salió volando hacia atrás y se deshizo como si fueran simples papeles siendo quemados.
Después del golpe, me sentí agotado, y caí al piso de rodillas, intentando inhalar, pero incluso eso me dolía. Entonces recordé a Mika y me giré bruscamente, pero justo a unos centímetros de mí quedó su rostro.
—M-Mika…
—Viajero… —Mika me miraba. Su respiración por la batalla y la adrenalina estaba tan agitada como la mía. Estábamos a tan sólo centímetros el uno del otro—. ¿T-Te encuentras bien?
—Eso debería preguntarte yo a ti. —Acaricié el rostro de Mika con suavidad, pasando mis dedos por sus mejillas—. Yo estoy mejor que nunca, ¿y tú?
—Y-Yo, c-creo que también. G-Gracias por salvarme
Mika estaba tan sonrojado que incluso podría jurar que no le incomodaba mi tacto suave. Su mirada se posaba sobre mis labios, y no pude evitar preguntarme si esto podría afectar de alguna forma en algo. ¿Acaso un beso podría conducir al fin del mundo? No creía, sin embargo, no quería hacerlo si era mucho más joven que yo, y tampoco quería hacerlo sin su consentimiento.
—Mika, ¿qué edad tienes?
—¿A qué viene esa pregunta? —Mika me miraba extrañado, pero no se alejaba de mi rostro—. Tengo 15, ¿por qué?
—¿Tú… —Sólo era un año menor que yo, así que esto no era realmente malo—... me quieres besar?
—¡¿Qué?! —Mika se alejó unos cuantos centímetros y se sentó en el piso, ahora estaba más sonrojado—. ¿P-Por qué haces ese… ese tipo de pregunta?
—No lo sé, parecía que quería besarme y yo… Yo quiero... —Podía sentir el calor en mis mejillas—. Lo siento, fue tonto de mí pensar que querrías besar a un completo extraño a pesar de que no lo seamos tanto porque yo…
—Mis sentimientos se encuentran extraños —admitió antes de que pudiera seguir hablando—, pero no quiero apresurar las cosas. T-Tal vez sí quiero besarte, pero no ahora. Lo siento si te estoy causando daño al decir esto.
—Mika, gracias por ser honesto conmigo. —Le puse la mano en el hombro—. Entiendo tu punto y lo respeto, y de igual manera, quiero que sepas que también quiero ir lento.
—Gracias.
Mika me dio un abrazo y le correspondí. Estaba feliz por este pequeño comienzo de algo. Tal vez no era una escena romántica digna de un drama coreano, pero cuando menos ahora sabía que le gustaba y que quería besarme. Lo abracé con un poco más de fuerza. Mika se quejó de dolor y me separé al instante.
—Lo siento, ¿te encuentras bien?
—Sí, pero mi cabeza duele mucho, y mi cuerpo punza del dolor.
—Creo que debo llevarte al doctor.
—¿Doctor? —Me miró asustado, incluso comenzó a alejarse ligeramente de mí—. ¿Te refieres a aquel Fatui?
—¿Qué? ¿Fatui? —Me quedé tan extrañado que no entendí nada—. No, no sé cómo le llamen en este mundo, pero me refiero a alguien que sane tus heridas.
—Oh, claro, bueno, en realidad nosotros mismos solemos curarnos. Hay comida con fines curativos, pero eso es para heridas menores, creo que lo mío es un poco mayor, al igual que lo tuyo. —Mika se quedó pensando un rato, y después parecía que un foco se encendía sobre él—. Incluso Bárbara podría ayudar un poco.
—Entonces tal vez deberíamos ir con ella. —Me levanté y le extendí mi mano para ayudarle—. Y si ella no está, buscaremos a mi padre adoptivo, él nos dirá qué hacer.
—¿Tu padre?
—Sí, no te espantes, sólo da miedo al principio, pero es una persona realmente buena.
—Bien.
Mire a Mika, a aquella persona que era mi alma gemela y había perdido. Sabía que se sentiría bien volverlo a ver, pero jamás creí que se sentiría como respirar después de estarse ahogando. Quería que esto se congelara en el tiempo. Recordaba haberle dicho a mi padre que era una amistad, pero sólo era porque no quería admitir que el Mika del futuro no sentía nada por mí, y que aunque sintiera algo, probablemente mi padre se negaría, ya que me llevaba 5… ¿años? Me quedé congelado, pero seguí avanzando. ¿Cómo era posible que Mika me llevara tan pocos años en el futuro si ahora mismo tenía 15? Un misterio que tendría que preguntarle a mi padre cuando regresara a casa y le contara esta aventura.
—Espera, viajero… —Mika me detuvo del brazo.
—¿Qué pasa? ¿Te encuentras mal?
—No, es sobre lo que dije de… e-el beso. —Estaba tan avergonzado que no podía evitar enternecerme—. No creas que tengo un fetiche con los viajeros, es sólo que… Mona, nuestra astróloga, me comentó que en este día conocería al amor de mi vida, y que lo confirmaría cuando viera cómo me defiende ante una situación de riesgo. Y… no quiero que ahora tú te espantes ante esta confesión, es sólo que…
—Mika, —me acerqué hacia él y le sonreí—, estoy enamorado de ti desde hace mucho tiempo, pero no del tú actual. Sé que me creerás loco cuando te lo diga, porque ahora mismo mi confesión parece aún más extraña. Te prometo que en cuanto estés bien te contaré todo, y entenderás por qué no me pareció para nada extraño.
—De acuerdo.
Mika me brindó una sonrisa, y nuevamente me miró a los labios. Ambos queríamos hacerlo, pero no era el momento. Sin embargo, sabía que un abrazo no dañaría a nadie, así que nuevamente le abracé. Él aceptó sin mostrar incomodidad, incluso me abrazó de regreso.
—Por cierto, —me dijo sin separarse del abrazo—, no me has dicho tu nombre. Sabes mucho sobre mí, pero yo sólo te digo viajero.
—Lo siento, tienes razón. Mi nombre es…
—¿Alatus? —Una voz agitada pronunció mi nombre.
Nos separamos de inmediato por el susto de la voz de aquella persona. Teníamos los rostros completamente rojos, como si hubiésemos estado haciendo algo malo. Pero al ver quién era la persona que llamaba mi nombre me alegré tanto que no pude evitar sonreír y olvidar lo que justo había pasado. También solté el aire con alivio.
—¡Xiao, Aether! No saben el gusto que me da verlos.
—Alatus, ¿qué sucedió? —Aether se acercó a mí con una expresión consternada. No paraba de empujar con ligereza mi barbilla para mover mi cabeza de un lado a otro, examinando cada golpe y rasguño que tenía debido al monstruo—. ¿Por qué estás tan golpeado? ¡Mika! Tú también estás muy herido, ¿qué ocurrió? ¿Alguien los atacó? ¿Quién hizo esto?
—Aether, los estás agobiando con tanto cuestionario. —Xiao se acercó a mí—. ¿Se encuentran bien?
—Sí, un poco adolorido, pero estoy bien. —Miré a Aether, el cual se encontraba analizando las heridas de Mika con preocupación, así que era mi oportunidad. Sólo tenía que bajar la voz—. ¿Por qué rayos Aether sabe mi nombre?
—No te preocupes, no sabe más que lo necesario. Le dije que eras mi hijo adoptivo porque eras hijo de alguien importante para mí, así que te había adoptado. Él dijo que si eras como un hijo para mí, entonces también lo serías para él, y luego preguntó tu nombre y se lo dije, porque eso no influye demasiado.
—¿De verdad dijo que me trataría como hijo? —No pude evitar que mis ojos se aguaran mientras miraba a Aether—. En realidad él nunca actuó así conmigo y… Se sintió reconfortante.
—Alatus, estoy seguro de que Aether te ama en el futuro, pero pasó por mucho, así que no quiere pasar por una pérdida más y por eso se alejó un poco de ti. —Xiao posó su mano izquierda sobre mi hombro—. Te ama, pero piensa que si se acerca a ti y te pierde también enloquecerá. Ya pasé por eso. Y conozco lo suficiente a Aether como para pensar que mi teoría es cierta.
—Tal vez tienes razón. —Suspiré mientras veía al cielo y recordaba a mi padre—. Quiero volver con él. Tal vez esté preocupado.
—Volverás con él, estoy seguro. —Xiao me brindó una ligera sonrisa—. Así que, ¿tú y Mika… ?
—En realidad somos conocidos apenas, bueno, yo lo conozco mucho más ya que en el futuro nos conocimos, pero ahora estamos yendo lento, supongo.. —No podía evitar sonreír y sonrojarme—. En el futuro, solía estar enamorado de él, pero él era mayor que yo, así que jamás pensé que se fijaría en alguien como yo. Me limité a amarlo en silencio hasta que falleció hace unos meses, bueno, según mi tiempo.
—Lo lamento mucho, Alatus. —Xiao me miraba con tristeza, pero luego cambió su expresión—. ¿Aether sabía sobre esto? ¿Cuál era la diferencia de edad? ¿Sigue siendo una buena persona en el futuro?
Miré a Xiao y no pude evitar soltar una risa. No sabía que Xiao de alguna manera sentía aprecio por mí, tanto así que parecía de verdad mi padre. Era gracioso que él me hiciera el cuestionario de “conociendo al novio de mi hijo”. Era muy gracioso. No podía creer que había pasado de tener a un desconocido por padre, a tener dos padres amorosos y que se preocupaban por mí.
Quería regresar a casa con mi verdadero padre, pero al mismo tiempo aquí se sentía como un hogar. Extrañaría esto al volver a casa, pero con un poco de suerte esto no acabaría si cambiaba el pasado.
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Daga Fragmentada || Xiaother AU || TERMINADA
Fanfiction(Actualización los sábados) "El pasado está pisado", suele decir la gente, pero si tienes una oportunidad de corregir todo aquello que lastimó a alguien que amabas, ¿lo harías? Si pudieras regresar en el tiempo y cambiar el rumbo de la historia, ¿lo...