Kakegurui: Cara o Cruz

Parte 1 Sin Título

Hay dos cosas que puedo decir sobre mi vida: Fue buena y corta.

No fue buena pero corta, no, fue buena y corta.

Mis padres no tenían dinero ni mucho interés por mí. Nací sin una buena apariencia, inteligencia o tan siquiera suerte. Diría que es una tragedia, pero siendo sincero la mayor parte del mundo nace en esas condiciones.

Así que lo acepte como algo normal e intente ser buena persona, llevar una buena vida. Fui un trabajador honrado sin muchos planes a futuro. Gastaba todo mi salario en cosas no demasiado vitales. Mi objetivo era disfrutar de la vida.

Mi plan de retiro era comprar un billete de lotería cada semana y esperar a tener un gran golpe de suerte. De lo contrario, esperaba tener una muerte durante mi juventud, o la iba a pasar muy mal cuando llegara a viejo.

Parece que los cielos me escucharon.

Esa tarde me sentí mal y bien por alguna razón. Podía sentir a la muerte respirándome en la nuca. Tenia un aliento que olía a flores desconocidas, y me trajo mucha paz.

Supe que no me quedaba nada de tiempo, así que plene como pasar mis ultimas horas. Vi algunas series ya terminadas que estaba guardando. No vi nada que no tuviera un final. No quería lamentarme de no haber vivido lo suficiente para otra temporada.

Para no alarmar a mi familia no les mande ningún mensaje. Solo escribí una pequeña carta de cómo me sentía respecto a ellos, aunque me guardé las cosas malas. No los desprecio tanto como para querer hacerlos sufrir desde la tumba.

También hice un pequeño testamento. Le deje mis consolas a un vecino de 14 años. Siempre jugaba con él en línea al llegar del trabajo, un buen niño.

Le deje todos mis muebles a un amigo que se estaba independizando. Le van a venir de perlas. Solo estipule que no tendría mi cama, pues ahí hice cosas que era mejor no poner en este papel. Del resto no tenia demasiado dinero, así que solo escribí que vendieran mi computadora para pagar mi funeral. Y sí, la fórmate antes de escribir eso. No había nada "malo" en ella, pero... hay cosas que simplemente mi familia no debía saber de mí.

Jugué una ultima partida con mi vecino y mi amigo. Le mandé un mensaje de buenas noches a mi madre, avise a mi jefe que renunciaba y deje la puerta de mi pequeño cuarto entre abierta para que la casera me encontrara.

Así me fui a la cama y me quedé profundamente dormido.

No volví a abrir los ojos jamás, ni supe que fue lo que mato. Pero así está bien.

Por las condiciones en las que nací no pude haber pedido una mejor vida, ni una mejor muerte. Disfruté mi poco tiempo en este mundo de la mejor manera que pude.

-No sabes cuanto adoro a las personas como tú-

De pronto, en medio de la oscura calma de la muerte escuché una voz y abrí lo ojos a una luz encantadora.

A mi alrededor todo estaba hecho de cristales arcoíris, incluso el suelo. Todo, salvo una mujer de enormes pechos e infinita belleza sentada en un trono de cristal.

-Muy pocas personas saben aceptar la vida que les toco con tanta gracia. Algunos luchan por cambiar sus destinos, y a veces lo logran. Otros odian al mundo por las cosas que no tuvieron e intentan arrebatárselas a los demás. Otros lo aceptan de mala gana y se hunden en la melancolía y el odio. Pero tu luchaste por lo que te haría feliz y dejaste lo demás de lado. No le quitaste nada a nadie, y fuiste bueno con los demás. Quizás debiste pensar más en tu futuro, pero bueno, nadie es perfecto-

Esa mujer.... Esa mujer frente a mi... por alguna razón sé su nombre... incluso se quién es.

-Eres... una diosa-

-Perdona que me meta con tu mente- dijo la diosa Karma. -Pero así es más fácil. Al meterte esa información en la cabeza nos ahorramos muchas explicaciones. Pero tranquilo, no toque ninguno de tus recuerdos ningún aspecto de tu personalidad-

-Tú eres la diosa Karma... y te dedicas a... ¿Pagar las deudas Karmaticas?-

-Sí, esa soy yo. Dime ¿Entiendes que significa eso o quieres que te lo explique?-

-Yo... creo que mejor si me lo explica estaré más tranquilo-

-Bien- dijo con una gran sonrisa. -Como sabes en el mundo mortal no hay justicia. Puedes ser la mejor persona del mundo y aun así tener una vida terrible. Eso no esta bien. Cada buena o mala acción suman una deuda Karmatica. Si eres malo en vida, cuando mueras yo me aseguro de que recibas un castigo por todo lo malo que hiciste. Pero si eres bueno... te doy un premio-

Me rio ante ese escenario.

-¿Fui bueno? Según yo fui alguien bastante normal-

-Bueno, es cierto que no fuiste un santo, pero no solo tus acciones crean Karma. También lo malo que te pase sin que sea tu culpa suma. Y créeme, te pasaron muchas cosas malas en la vida. A pesar de eso, aquí estas. Fuiste alguien que se resistió a hacer el mal pese a todo lo que viviste. Bien hecho-

-Y... mi premio será... ¿Qué?-

-Tu premio serán oportunidades. Muy pocas la verdad, pero tendrás oportunidades de tener tu vida soñada, en un lugar hermoso-

Un portal se abrió bajo mis pies y comenzó a devorarme lentamente.

-Llegaras sin nada más que la apariencia que siempre deseaste . No tuviste oportunidades, pero aquí se presentarán. Solo ten cuidado, porque cualquier paso en falso podría conducirte a un mal final. Y como este es tu premio, lo malo que hagas no será castigado por mí. Así que diviértete. y buena suerte... en ese mundo la vas a necesitar-