Capítulo 23

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Win no estaba seguro de cuánto tiempo duró en aquella posición, sin embargo, fue claro para él que fue demasiado, pues algo se presionó contra su cabeza y un bajo y amenazante sonido se dejó escuchar

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Win no estaba seguro de cuánto tiempo duró en aquella posición, sin embargo, fue claro para él que fue demasiado, pues algo se presionó contra su cabeza y un bajo y amenazante sonido se dejó escuchar.

—Entonces, ¿a qué asquerosa madriguera pensaste que escaparías, Suppasit? —Win tomó una profunda respiración y abrió lentamente los ojos, dejando su mirada pegada al metal frente a él—. Eres una perra estúpida, ¡levántate! —Vimuktayon no le dio oportunidad a hacerlo cuando se inclinó y tomó un puñado de su cabello.

Win jadeó cuando la pistola se le escapó de entre los dedos por el sobre salto y se deslizó bajo el contenedor de basura. Sabiendo que no había más remedio para ello, él llevó sus manos hacia arriba y sujetó la muñeca del alfa en un intento de aliviar el doloroso tirón.

Piya lo sacó de detrás del apestoso contenedor de basura y lo empujó directamente hacia el patio, aún entre el caos y los gritos de sus hombres que trataban de defender el lugar.

Todos ellos se detuvieron por un segundo, mirando en su dirección. Win se fue de boca contra el suelo y apenas tuvo tiempo de interponer sus manos para que su rostro no fuera a dar directamente contra él.

Vimuktayon hizo un ademán con su mano para dispersar a los hombres y les gritó que se concentraran en su maldito trabajo, que él mismo se encargaría del omega. Los guardias se dispersaron rápidamente.

—Estoy harto de tener que tratar contigo y tú estúpido hermano —él rugió, levantando la pierna para patearle justo entre las costillas.

Win gritó, doblándose y retorciéndose por el dolor del golpe, agregado a sus abiertas e infectadas heridas.

—Voy a acabar con ustedes hoy, empezando contigo. —Piya volvió a patearle y Win gritó una vez más cuando cayó esta vez sobre su espalda—. Me has dado muchas más molestias de lo que vales —continuó, acercándose hasta quedar erguido sobre él—, ¿realmente pensaron que podrían salirse con la suya? ¿Qué se meterían con los míos y saldrían impunes? ¿Qué podrían escapar de mí? Basuras engreídas. —Le escupió.

Win no respondió, él solo se llevó una de sus manos al costado y se mantuvo tomando profundas respiraciones en un intento de calmar el dolor y empujarse a mantenerse consciente. Sangre fresca cubrió su ya sucia camisa y sudor frío se formó en su frente.

—Debí deshacerme de ustedes hace años, justo como lo hice de sus inútiles padres —Vimuktayon gruñó y los ojos de Win se abrieron de golpe, su mirada centrándose directamente en la del alfa león, quien sonrió con burla—. ¿Qué? ¿Realmente no lo sabías? —Esta vez él rio a viva voz.

—Tú... fuiste tú quien... tú fuiste... —Win tragó, un doloroso nudo formándose en su garganta e impidiéndole terminar sus palabras.

—¿Si fui yo quien mató a tus padres? —Piya terminó por él, manteniendo su expresión burlona—. Sí, Suppasit, fui yo. Fui yo quien ordenó su muerte, fui yo quien mandó a cortar sus frenos, fui quien le pago a ese camionero para que se estrellara contra ellos.

El omega de un depredador-BrightWinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora