Siempre para ti [#STQAT 2]

Capítulo 17

Burbuja

Llevo más de diez minutos viéndolo dormir. Soy una masoquista. Debía haberlo echado en la primera oportunidad. Obviamente no pude. Lo notaba tan triste, sus ojos me pedían a suplicas ayuda. Estaba borracho y triste. No hay nada peor que eso. Bueno y visitar a una ex... pero yo no entro como ex ¿cierto? Estoy cansadísima . No pude dormir ni un poco. Sus últimas palabras siguen encajadas en mi corazón. ¿Realmente sé que me quiere? No es fácil pensarlo de esa forma cuando ha hecho acciones que demuestran lo contrario. También su móvil no ha parado de sonar durante la noche. Supongo que por su repentina desaparición. Me tambalea el corazón. Ha faltado a su propia fiesta para verme.

No puedo despertarlo pero tampoco puedo dejarlo encerrado aquí. Piper no estará aquí hasta tarde. Podría apostar mi sueldo a que se ha quedado con G, y me alegro por ella. Por lo menos el amor triunfa para algunos. Conociéndola también se ha pillado un pedo fuerte. Ha estado estudiando con mucho énfasis, esta noche era su recompensa. En conclusión, no habrá nadie que le pueda abrir. Yo estoy obligada a salir y cerrar esta habitación. Han reportados varios robos en diferentes residencias, no puedo darme el lujo de ser la próxima víctima.

Me levanto de la cama. Me he vestido y arreglado para el trabajo. Y no, no hice ningún ruido brusco. Se ve tan relajado durmiendo. Su cabello cubre gran parte de su rostro. Sus labios están entreabiertos y el hambre me pica la garganta. Su mandíbula y mentón terminan en una línea recta marcando aún más sus facciones. Su nariz es incluso preciosa. Tiene unos pequeños lunares cerca de su boca me dan ganas de darles pequeños besos. Me fijo en sus brazos que rodean el edredón. Es fuerte, y vaya que lo es pero en plan cuerpo atlético y no como los monstruos de fútbol americano. Esbelto y musculoso. ¿Por qué debe ser tan lindo? Supongo que si fuera menos agraciado podría ser más fácil pasar de él, o bueno es lo que me gustaría pensar. Me muerdo el labio inferior antes de tomar la palabra.

—Boomer. —le llamo tranquila. Esto es incomodísimo a morir. Pensaba que la primera vez que un hombre se quedara a dormir sería luego de mi primera vez. Habríamos pasado los momentos más candentes de todos y luego habríamos terminados abrazados el uno con el otro. ¿Y cómo realmente fue? Mi crush de toda la vida vino borracho y con ganas de resolver nuestros problemas, se quedó dormido en mi cama obligado por mí.

—Mmhmh. —sus murmuros son inentendibles. Vuelvo a llamarlo. —Ahh. —se queja y se da media vuelta dándome la espalda. Tomó iniciativa y le tomo el hombro. Su cabeza se alza y se gira hacia mí. Me ve con ojos bien abiertos. Torpemente se quita las sábanas. —B-Burbuja... buenos d-días. —tartamudea evidentemente nervioso. Me alejo y le doy algo de espacio.

—Hola. —saludo. Mi madre crió a una jovencita educada aunque él se merezca carbón. —Lo siento, tenía que despertarte. Debo ir a trabajar y no me gustaría dejarte encerrado aquí. —explico. Boomer se pasa una mano por el rostro, se talla los ojos.

—No, está perfecto. —se levanta y joder, ¿cómo no sentirse intimidada si me saca varias cabezas? —Dios, ¿qué hora es? —toma su móvil. Sus ojos se agrandan por la sorpresa. —¡Mierda!, vas sobre la hora, te llevo. —afirma y se coloca rápidamente su calzado.

—No es necesario.

—Sí que lo es.

Termina el debate porque realmente no me deja seguirlo. Está influenciado por su culpabilidad y en parte sí es tierno y empático pero no seguirá esto así. No voy a usar lo que siente él por lo que me hizo a mi favor, no está bien. Ya lo había dicho, no voy a vivir con el rencor en la garganta constantemente y eso significa no aprovecharme de esta situación. Él lo tendrá que entender de alguna forma u otra como el hecho de que no creo que lo perdonaré tan fácil.