Capítulo 1

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~ Tres años antes ~

Camino por la calle algo inquieta, es de noche y nunca me ha gustado salir sola a estas horas, pero tampoco quería molestar a Alex, mi marido. Nos casamos hace un año y desde entonces ha estado más que paranoico con mi protección, es el candidato a la presidencia de Italia y sabe que tiene muchos enemigos.

Estaba muy preocupado cuando le dije que saldría a esta hora, así que le mentí diciendo que alguna de las chicas me recogería para ir juntas a la despedida de soltera de una de mis amigas.

Son las tres de la mañana y las calles están prácticamente desiertas, el frío se cuela entre la tela de mi abrigo y me estremezco.

De repente me tenso, me noto observada y eso no me gusta nada. Me giro lentamente para ver si hay alguien cerca de mí, pero no lo hay. Intento parecer serena, pero al pasar por una calle menos iluminada, me entra el pánico.

Decido acelerar el paso y caminar lo más rápido que puedo hasta el local. Está bastante cerca, así que no tardo mucho en llegar y entrar dentro. Una vez allí, me permito tranquilizarme.

Veo a la protagonista de la fiesta, esperarme, de seguro soy la última en llegar. Siempre he sido de las que llega tarde, nunca he sido muy puntual que digamos. Me acerco a ella y le doy un fuerte abrazo, es mi mejor amiga.

- Por dios Cala, se suponía que tenías que llegar tu la primera. Al fin y al cabo, has organizado tu la fiesta. - dice bromeando antes de estallar en carcajadas. Me río con ella, soy un desastre para estas cosas.

- Lo bueno se hace esperar Lidia, además esto no podía comenzar sin mí. He de decir que me había preparado con tiempo y legaba bien, pero me han entretenido un poco, antes de salir de casa.

Le guiño un ojo y después volvemos a reír. No es mentira, se puede decir que a Alex le encantan los vestidos rojos, cortos y provocativos.

- ¿Buscando ya el bebé? ¿Será que seré tía en unos nueve meses? - dice levantando pícaramente las cejas. - Si es así, avísame con tiempo, debo prepararme para poder soportar una copia de vosotros dos.

Me pongo un poco roja, así que le doy un golpe en la frente. Se ríe más fuerte que antes, así que decido ignorarla y entrar dentro del reservado. Todas las chicas están ya dentro, llevan un vestido también muy provocativo, pero ninguno como el mío.

Me quito el abrigo y los ojos de todas se posan sobre mí. Un vestido rojo, pegado al cuerpo, corto y con un escote en uve más que marcado, se les planta delante. Deja entrever un poco mis pechos y tiene la espalda algo descubierta, me encanta.

- Cala, tía, ya sé entiendo que hayas tenido un pequeño percance. - dice Lidia. - Definitivamente, tú quieres joderla hoy y que te jodan a ti fuerte al volver a casa. Hay que conseguir que te hagan un chupetón.

Nos reímos todas por sus ocurrencias, aunque puede que no sea mala idea después de todo. Hago que tomen asiento y allí es cuando se da inicio a la locura. Chicos semidesnudos entran, strippers.

Empiezan a bailarnos y a tocarnos por todo el cuerpo a todas, uno de ellos, el jefe, por así decirlo, clava sus ojos en mí. No puedo negar que no me satisface la mirada de deseo que me da y tampoco que está bueno, pero no enciende nada dentro de mí.

Se me acerca lentamente, sonriendo y me extiende su mano. La cojo y me hace levantarme, se pega a mí por detrás y bailamos. Restriega su erección contra mí y después me besa el cuello.

Lo dejo hacer, quiero mi chupetón y la buena follada que habrá después por él. Sé que he conseguido mi objetivo cuando noto que absorbe mi piel y cuando acaba, lo aparto.

El regresoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora