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Hacia una semana de que Park Jungsoo, heredero de la más grande cadena hotelera se había casado con Kim Youngwoon, heredero de la más grande cadena de restaurantes en Asia.
Eran una joven pareja de solo 18 y 19 años, viviendo en una enorme y lujosa mansión, llenos de comodidades, pues básicamente tenían todo lo que deseaban, sólo faltaba una cosa...
AMOR... Esa simple pero importante palabra era la que hacia sus vidas miserables desde el día en que se comprometieron formalmente, un año atrás.
Había sido la única petición de sus padres, el único requisito para acceder libremente a sus cuentas bancarias y tener todo lo que deseaban, pero más allá de su ambición había estado su amor por sus padres que los habían chantajeado con lágrimas en los ojos.
Extraño? Pues lo era, las más hermosas y prestigiadas jóvenes en Seúl habían tratado de conseguir al menos una cita con tan atractivos hombres, pero para su sorpresa sus familias decidieron comprometerlos.
Y aquí estaban ambos jóvenes, en una aburrida reunión familiar, donde las más falsas sonrisas estaban pintadas en sus rostro.
Youngwoon sostenía la mano de Jungsoo sobre el mantel para así hacer felices a sus padres.
Unos minutos más tarde, el padre de Youngwoon les entrego unas copas de champaña, sonrió misteriosamente al verlos beberlas.
Algún tiempo después Jungsoo comenzó a sentirse mareado, se disculpó y juntó a su esposo regresaron a su hogar.
Al cruzar la puerta Jungsoo comenzó a despojarse de sus ropas, sintiendo un inmenso calor recorrer su cuerpo.
Youngwoon estaba ya en las mismas condiciones, sentía que el calor era tanto que su entrepierna comenzaba a despertar.
Se deshizo de su corbata y en cuestión de segundos estaba solo en bóxer, cuando dio vuelta se topó con la más erótica imagen que alguna vez soñó con ver.
Sentado en el sofá, estaba Jungsoo totalmente desnudo, cubierto de sudor mientras gemía al masturbar su hinchado miembro.
No lo pensó dos veces, y se lanzó sobre el, comenzó a besarlo de forma hambrienta mientras con sus manos separaba sus piernas.
Jungsoo no opuso la más mínima resistencia, al contrario, abrió más las piernas y se corrió un poco más al frente dejando un ángulo perfecto para que Youngwoon lo penetrara.
Ninguno razonaba en ese momento, lo único que había en sus mentes era saciar esa repentina necesidad de tener sexo salvaje.
Youngwoon no perdió ni un segundo y entro de una sola estocada, Jungsoo sintió como si alguien lo hubiera trozado en dos pero su excitación era tal que lo dejo pasar.
-"ahh Youngwoon dame duro.." Jungsoo gimió cuando sintió las primeras estocadas.
-"Jungsoo nggg tu entrada es tan pequeña... Y estrecha... Ahhh" Youngwoon se sostenía del respaldo del sofá para así moverse más rápidamente.
-"ahhh dame más duro... Estoy tan caliente Youngwoon, necesito que lo metas todo.." Jungsoo gemía cada vez más fuerte mientras encajaba sus uñas en la fuerte espalda de su esposo.
-"Jungsoo mmmm ahhh te gusta como te lo meto?" Pregunto entre jadeos.
-"si, me encanta ahh ahhhh siii aasii Youngwoon eres tan grande" Jungsoo se retorcía al sentir aquel palpitante miembro entrando y saliendo.
-"eres un fácil, siempre supe que terminarías rogándome que te lo hiciera... Eres una put*..." Dijo Youngwoon mientras le daba vuelta para dejarlo en cuatro.