Harry Crow

Capítulo 86: La noche de los muertos vivientes

Los tres ocupantes adultos del faro en las islas Flannan eran diferentes al resto de los magos y brujas que escuchaban la transmisión en vivo de la final de la Copa Mundial de Quidditch, y no solo porque les robaron el equipo inalámbrico mágico que estaban escuchando. No les importaba qué equipos estaban jugando, qué movimientos intentaron los jugadores o incluso quién ganó. Todo lo que les interesaba era a qué hora terminaría el partido. Cuando el buscador búlgaro atrapó la snitch, no les importó un comino el puntaje, sino que sus ojos estaban fijos en el reloj de la pared.

"¡Perfecto! Si el juego hubiera continuado hasta la noche, es posible que hayamos tenido que cambiar nuestros planes. Le daremos algo de tiempo para que sus celebraciones realmente comiencen antes de arruinar su fiesta".

Bella había estado sentada amamantando al pequeño Sorvolo y ahora se levantó para poner a su niño en crecimiento en su cuna. Augustus la siguió y se paró con sus brazos alrededor de Bella mientras acomodaba a su hijo para pasar la noche.

"No te preocupes, mi gran mago fuerte, tu pequeña Bella ha estado esperando esta noche".

"Lo sé, amor, solo desearía ir contigo..."

Se dio la vuelta y besó a su pareja. "Me alegro de que no vengas, podré concentrarme en matar a tantos de estos bastardos como pueda. Sé que mi gran mago fuerte estará a salvo y podrá volver aquí para cuidar de nuestra hermosa bebé."

"Nuestro bebé está de acuerdo con su padre, ambos te necesitamos aquí también..."

Esto le valió a Augustus otro beso apasionado antes de que su pareja, ahora casi sin aliento, le hiciera una promesa. "Regresaré, y luego mi gran mago fuerte se ocupará de su pequeña bruja toda la noche. Incluso podríamos hacer un hermano o una hermana para Sorvolo".

Unos cuantos besos más y era hora de irse, Augustus tenía un trabajo que hacer. Si bien estaría preocupado por Bella, su compañero tenía razón, su misión no era realmente peligrosa y debería verlo regresar a salvo con su hijo.

-oOoOo-

Molly estaba traqueteando en la casa vacía, supuso que el vacío se sentía más pronunciado esta noche porque la Madriguera había estado llena a reventar antes de que toda su familia se fuera al partido de quidditch. Había escuchado el juego en la radio mágica, más interesada en que el partido transcurriera sin problemas que en el hecho de que Irlanda ganara. El silencio de la casa fue roto por la alarma que indicaba que las protecciones de la Madriguera estaban siendo atacadas.

Agradeciendo a todas las deidades que se le ocurrieron por la ausencia de sus hijos, Molly arrojó un poco de polvo Flú al fuego y se sorprendió un poco cuando se puso verde. Ella esperaba que el fuego se mantuviera rojo, bloqueando el escape de la familia del ataque. Mirar el reloj de la familia la confundió aún más, su mano en el reloj apuntaba infaliblemente a casa. Si la Madriguera estaba bajo ataque, debería indicar que estaba en peligro de muerte. Algo no estaba del todo bien aquí.

Molly intentó desaparecer en su habitación y logró esa hazaña, mirar por la ventana del primer piso nuevamente la confundió ya que no mostraba amenazas visibles. Sin embargo, lo que vio segundos después hizo que su corazón se disparara con alivio y alegría, un escuadrón de guerreros duendes acababa de entrar en su jardín delantero con las armas desenvainadas.

Molly bajó las escaleras para saludar a sus muy bienvenidos visitantes, agarró su reloj antes de salir por la puerta principal.