Carretera, Sol, Playa y La Élite.4🌊

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Rachel

Después de jugar voley y habernos relajado en el agua durante un tiempo más, vamos de regreso al hotel para descansar y así retomar fuerzas para lo que promete la noche. Laila mencionó una discoteca, la cual, no está lejos, y por decisión unánime no vamos a perder la oportunidad de ir.

Satisfecha con el leve bronceado que obtuve, guardo mi teléfono en la bolsa playera, tomo mi short para vestirme y despierto a Chris con delicadeza —se quedó dormido hace un rato— para avisarle que ya es hora de irnos.

Cada quien sube a su auto y Christopher toma la delantera, para llegar más rápido al hotel.

Subimos en el primer ascensor vacío y marco el número de nuestra suite. Abrazo al Coronel recostando mi cabeza en su pecho, cansada por el ajetreo de la mañana.

Salimos del ascensor abriendo la puerta de la suite mientras dejo la bolsa playera sobre la cama y Christopher se adentra en el baño para sacarse el agua salada, tomamos una ducha tranquila y sin tanto manoseo consecuente al cansancio.

Una vez fuera, tomo unas bragas y una playera de Chris y me lanzo a la cama. Él me sigue usando un simple boxer, la superficie acolchada se hunde tras de mí y me giro para hundir mi cabeza en la curva de su cuello mientras él enreda nuestras piernas, adoptando la posición en la que usualmente dormimos.

***

Después de la siesta reparadora. Y de haber solicitado servicio a la habitación para apaciguar nuestro apetito, tomo la iniciativa para alistarnos.

—Amor —me remuevo entre sus brazos y gruñe—. Ya debemos empezar a vestirnos.

—Duerme conmigo —pide con voz adormilada.

Me muerdo el labio para no reír.

—Anda —dejo besos por su pecho—. Liberame ¿si?

—Nunca —masculla con los ojos cerrados.

—Vale, pero en serio, ya suéltame.

Suspira ruidosamente, pero acaba soltándome a las malas. Corro fuera de la cama antes de que se arrepienta y saco un putivestido de la maleta, de color azul —un tono similar al de mis ojos— excesivamente pequeño, de tirantes y con corte recto acompañado con unos tacones negros de aguja.

Arreglo mi cabello dejándolo lacio a mi espalda, me maquillo sutilmente resaltando mis ojos con la máscara de pestañas y cubro mis labios de un rojo intenso. Tomo el collar de diamante azul que me obsequió Christopher, y me aplico perfume. Una vez que acabo, me encuentro con él, luce una camisa blanca con los primeros botones abiertos que permiten ver los tatuajes en su pecho, un pantalón de lino oscuro y zapatos acordes.

«Todo un prostituto»

Consciencia...

«¿Qué? ¿Acaso mentí?»

—Estoy considerando no ir a la maldita discoteca —dice mientras me repara de pies a cabeza. Doy una vuelta negando con el dedo.

—Nada de eso, ya estamos listos y le envié un mensaje a Laila hace poco, avisándole que ya íbamos de camino —le digo marchitando su esperanza.

Bufa.

—Vamos —lo empujo hacia la puerta.

Le indico a Christopher la dirección habiéndonos puesto en marcha, Alexa me escribe; impaciente, reiterando que nos esperan y que debemos apresurarnos.

Al llegar, el Coronel aparca en el estacionamiento, y nos encaminamos hacia la entrada del lugar tomados de la mano, donde nos encontramos con dos gorilas trajeados. La discoteca resulta ser mejor de lo que imaginé, es enorme, sofisticada y está a reventar. La música latina retumba en todo el lugar. Subimos a la parte superior donde están los chicos, en una esquina de la zona VIP veo a Laila bailando con un sexy moreno, me sorprende ver a Gema y Bratt sentados en una mesa cerca del sofá donde están algunos de la Élite.

✯𝑭𝒂𝒏𝒇𝒊𝒄𝒔 𝑪𝒉𝒓𝒊𝒔𝒄𝒉𝒆𝒍✯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora