Narra autora
Hank cabalgaba en el campo rápidamente rumbo a la capital de manera feroz para llegar lo más pronto posible al castillo.
Sabia que había sido una falta de respeto haber tomado de esa manera el caballo de Sr. Luther, pero por caballo se sabía un atajo y llegaría mucho más rápido por ese medio que por carruaje.
En la carta que Kara le había dado, la reina lo solicitaba urgentemente, por lo que no atenderla sería literal un crimen.
Pero mientras cabalgaba, solo una cosa llegaba en su mente en ese momento.
-Connor...
Lo había dejado literalmente ahí tirado en el campo sin una sola explicación.
-Soy un verdadero idiota.- Pensó.
De pronto los árboles dejaron ver a lo lejos un enorme y hermoso palacio completamente blanco.
Por fin había llegado y antes de lo que había previsto.
Cruzando el campo, llegó justo enfrente de la puerta, pero unos guardias lo detuvieron al momento al bajarse del caballo.
-¡Identifíquese!- Dijo uno de ellos cerrándole el paso, pero Hank ni se inmutó.
-Mi nombre es el Teniente Hank Anderson y me solicitó la Reina Amanda de urgencia.-Dijo con el poco aliento que le quedaba, mostrando la carta con el sello real.
Los guardias se miraron entre ellos un momento, para luego volver su mirada al contrario.
-¡Sígame!- Dijo el otro guiándole hacia adentro.
El palacio era inmenso, jamás había entrado, por lo que era su primera vez, inclusive la diferencia de ese lugar a su propia mansión era increíble y quedaba en completo ridículo ante tal inmensidad.
Hank seguía con firmeza a aquel soldado, pero con cada pasillo que doblaba quedaba impactado.
Había múltiples habitaciones, obviamente en cada puerta del castillo tenía guardias muy bien colocados, pero todo se veía fenomenal.
Aún así, guardaba la compostura para mostrarse como todo un profesional.
-Connor amaría ésto.- Pensó para si mismo imaginando cómo sería la sincera y tierna reacción del menor al ver semejante belleza, que para Hank lo único magnífico en el mundo era ver la hermosa sonrisa del menor.
Cuando terminaron de doblar el último pasillo, al fondo se veía una gran puerta que el soldado después la abrió con fuerza para dejarlo pasar.
Cuando entraron a la habitación, está mostraba un cálido salón para tomar el té, pero solo una persona se encontraba justo ahí.
-¡El Teniente Hank Anderson está aquí!- Anuncio el guardia quedándose justo atrás de él.
Hank se quedó en blanco al ver a la persona que tenia justo enfrente, pero reaccionando, hizo una reverencia para presentarse.
-Reina Amanda, es un placer conocerla en persona.
Ella solo le dio un sorbo a su té de manera calmada, para luego dejar la taza a un lado de la mesa y contestar.
-Teniente, el placer es todo mío, por favor, tome asiento.- Indicó haciendo el gesto con su mano, a lo que Hank obedeció al instante.
-Retírate.- Sentenció la Reina dirigiéndose al guardia, por lo que sin rechistar obedeció dejándolos completamente a los dos solos.
La sala se quedó en silencio, pero no duro mucho ya que ella volvió a hablar.
-¿Desea una tasa de té?- Ofreció amable aunque su cara no mostrará ninguna emoción, siendo fría y sería.
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La Herencia del Alfa~💙Hannor💙
Fiksi PenggemarLa herencia familiar es lo que todo pariente siempre espera con ansias para ver qué le tocó, aún cuándo el duelo sigue presente. En mi caso yo ya sabía que no recibiría nada por el simple hecho de ser un Omega ya que solo los Alfas de la familia pue...