Capitulo 30. Cuanto más alto mejor.

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Grecia

Correr con la mochila era vergonzoso pero si quería saltarme las clases y hacer pellas bien no debía de tardar mucho en llegar a casa de Pedri, la policía hacía controles siempre por las zonas en horario lectivo y recuerdo cuando a Julia la pillaron, sus padres la castigaron varios días, pero era algo que nos gustaba hacer de vez en cuando y que yo desde luego había hecho muchas veces antes de enfermar, ahora ya no podía faltar tanto a clases porque iba muy justa debido a todas las veces que había faltado por la neumonía, pero oye que aquí estaba yo sacando el curso adelante, o bueno eso intentaba.

Llegue hasta la puerta, ocho de la mañana y yo en vez de asistir a clases me iba a colar en la cama de Pedri, esperaba que me saliera bien la bromita.

Mande mensajes a Fer para que me abriera con la excusa de que ayer se me olvidó algo y espere a que los leyera, sabía que estaba despierto porque Fer madrugaba siempre, no toqué al timbre por no despertar a Pedri quien seguro dormía.

—¡Hola! —dije animada cuando Fer me abrió—

—¿Y bien? ¿Que se te olvidó ayer?

—Ayer...¡Cosas de mujeres, cotilla! —dije pasando rápido inventándome algo rápido—

—Vale, vale.

—Lo cojo rápido y me voy —mentí—

—¿Has desayunado?

—¡No! —dije yendo hacia las escaleras—

—¡Ahora coges algo o no te dejo salir eh!

—¡Vale!

Subí rápido y me metí en el baño rápidamente disimulando, hice tiempo mirándome en el espejo y analizando si mi plan saldría bien.

Pues claro que si Grecia.

Era tan sencillo como bajar y despedirme de Fer quien se había ido directo a la cocina, hacer ruido con la puerta para que se creyera que me había ido y subir silenciosamente a la habitación para estar con Pedri.

La cosa es...¿Pedri se enfadaría por faltar a clases? Con suerte si tenía el sueño cogido solo me esperaría esa pequeña bronca por parte de él horas más tarde.

Coloqué mi mochila sobre el otro hombro, tenía una mala costumbre de llevarla solo de un hombro y seguro que en un futuro me perjudicaría, así que ya bien colocada y hecho el paripe salí y baje las escaleras acudiendo a la cocina.

—Ya está Fer, me voy a clases.

—¡Eh! Coge una magdalena, una manzana o algo, pero desayuna por el camino.

—Que si —dije agarrando una magdalena de chocolate con muy buena pinta— ale un besito —dije cogiendo su cara y apretándola—

—Muy besucona estás tu.

Mierda, que me pilla.

—Llego tarde.

—Que vaya bien ratona.

—Chao.

Me moví apresuradamente para salir de la cocina y hacer mi papel bien, observe que no me acompañara a la puerta y la abrí como haría de normal, cerré y sigilosamente caminé de puntillas a las escaleras para comenzar a subirlas en silencio.

Solo faltaba que apareciera Alma a joder la marrana.

Termine de subir las escaleras y caminé por el pasillo hasta la habitación la cual estaba cerrada, tenía que abrir y entrar sin hacer escándalo cosa complicada, llevé mi mano a la manivela y abrí con cuidado, entré de pasito a pasito y cerré.

Nankurunaisa - Pedri González Donde viven las historias. Descúbrelo ahora