Capitulo 2

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2 - Mí amigo

Megan Simonetti

Mí madre dice que el amor es algo bonito pero doloroso a partes iguales. Ella se casó tres veces, y ningúna de las tres fue con el amor de su vida, y no, el amor de su vida no es mí padre, definitivamente no lo es.

Cuándo era pequeña mí hermano y yo pasamos por demasiados "Padrastros" pero no nos encariñamos demasiado, ya que ningúno llego a quedarse.

Mamá siempre me recomienda no apegarme demasiado a las personas, mí hermano se lo toma muy literal, por algo hay una chica nueva en casa todos los meses, el amor no es algo que reine en mí familia, o al menos por parte de mí madre.

Mí padre, William Simonetti, si logró encontrar al amor de su vida con la que ahora está casado, Luna Moreira, ella es linda, pero no tanto como mí madre. A diferencia de mí madre, mí padre dice que el amor no solo es un sentimiento, que si te enamoras de verdad pueden pasar mil años y cada vez que veas a esa persona volverás a sentir cosas, cosas que nadie más puede provocarte.

Hay dos personas importantes en la vida de un humano, su alma gemela, y el amor de su vida, lamentablemente las almas gemelas no siempre están destinadas y el amor de su vida está para quedarse, pasé lo que pasé. Las dos son muy importantes pero diferentes, pero no puedo decir demasiado, ya que a lo que me va de vida no he experimentado ningúna.

—¿Megan estás despierta hija?—La voz de mí madre me saco de mis pensamientos reflexivos.

—¿Si, que pasó?—Pregunté ahora más centrada.

—Tu padre va a venir el viernes con Luna, quieren verte a ti y a tu hermano—Me repitió.

—Esta bien—Asenti indiferente.

—¿Hija estás bien? Estás un poco ojerosa—Me dijo con su típica cara de preocupación—¿Has vuelto a dejar de comer?

—Claro que no mamá y no me preguntes eso, menos sabiendo que hay gente en casa.

—Por favor Megan, Nathaniel es como de la familia.

—No sé en qué familia estás entonces—Inquiri.

—Megan...

—Dejalo así mamá, me voy al instituto—Dije levantandomé de la mesa.

Salí de la cocina y me encontré con los amigos monster bajando las escaleras entre risas, les dedique una mirada de soslayo y me dirigí hacía la salida.

—Ey tú ¿No vas a despedirte?—Hablo mí hermano.

Moví la mano en señal de saludo y despedida y me marché.

Al llegar al instituto me fuy hasta mí casillero donde mí mejor amiga hablaba con Sabino y Amadeo.

—Holaa—Salude colocando la clave para abrir la taquilla.

—Hola Meg ¿Cómo estás?—Me pregunto Sabino.

—Bien—Respondí con una sonrisa.

—Escucha, el viernes tenemos una fiesta—Me avisó Vanesa.

—Me encantaría Vane, en estos momentos salir de mí casa es lo mejor, pero mí padre y Luna quieren verme, así que estará toda la familia en casa—Hice una mueca de disgusto.

—Incluido Heath—Agrego Amadeo.

Heath, Heath, Heath. Estúpido mejor amigo de mí hermano, estúpido Nathaniel, hasta mí mamá lo amaba ¿A quien más va a ganarse? ¿A mí padre también?

Un paraíso de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora