XVII

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Pov Dios

No he visto a Lucifer desde lo ocurrido frente al castillo a pasado un mes y medio, estoy muy preocupado por el, me siento el peor ser en la historia, Santo Cielo EL ES INOCENTE! pero soy lo suficientemente cobarde para admitirlo, trabaje más de 200 años para llegar a dónde estoy ahora. Soy el ser más poderoso de todos los mundos, se que soy muy egoísta, pero por más que ame a Lucifer, no quiero perder lo que me hace lo que soy, un Dios.

Los integrantes del consejo ya prepararon un lugar para exiliarlo, solo espero que no sea tan malo. Todos los angeles están llegando a mí castillo,es la primera vez que destierran a un ángel, por lo que todos quieren saber cuál es su destino.

Estando todos presentes, los del consejo mandaron a traer a Lucifer. Minutos después dos guardias lo traían a rastras, todos lo miraban con asco y odio, si tan solo supieran que el verdadero monstruo no es el, sino el Dios en el que todos ciegamente confían. Pero eso no era así y eso me dolía, porque él es el ser más puro e inocente que había conocido en mí vida, capaz de ayudar a quien hiciera falta, entregándome sin duda su amor cuando se lo pedí, el cuál estoy destruyendo poco a poco.

Cuando llegaron frente a nosotros tiraron a Lucifer sin piedad alguna contra el suelo, se veía muy débil, estaba tirado, apenas tenía fuerza para enderezarse, pero al parecer a nadie le importaba, era de esperarse, todos creen que el es un asesino que destruyó a toda la vida humana.

-- vean aquí al ser más despreciable que a pisado nuestro mundo-- hablo fuerte el director del consejo para que todos escucharán -- hemos creado un lugar perfecto para abominaciones sin corazón como el--

El no era una abominacion, quería gritarselos, pero no ganaba nada diciendolo, solo pondría mí mandato en peligro y no podía hacer eso. Me mantuve firme en mí lugar y me quedé escuchando el discurso que estaba dando el consejo

-- no podemos mostrarselos ya que los estaríamos exponiendo al peligro, pero les aseguro que el pagará con sufrimiento lo que causó-- no me gustaba nada lo que estaba escuchando, ni siquiera se me ocurre como sería el lugar donde mandarían a mí pequeño, pero se escucha demasiado peligroso. -- Y TU!!-- señalando a Lucifer -- arderás en las llamas!! En un lugar al que nombraremos Infierno, por estar en lo más profundo y alejado de todos los mundos, pagarás con sangre el daño que hiciste, pero no te preocupes, tendrás compañía, ya que enviaremos a todos los seres que se atrevan a pecar de la manera en la que TU LO HICISTE! Sufrirán cómo tu lo haras y arderan hasta que solo queden cenizas, ya que ese lugar también fue diseñado para que pierdan su inmortalidad -- con esas palabras, se alejo de él. -- es tu turno -- me dijo, yo aún en shock

No sabía que tendría que hacer esto, pues en cierta forma era de esperarse, yo soy el líder, esperan que descargue el odio que ellos creen que tengo hacia él. Con todo el dolor del mundo tendré que hacerlo, no podré despedirme de la forma que me gustaría, besándolo y disculpándome por todo lo que le pasará. En cambio lo destruiré frente a cientos de angeles que están esperando mí palabra. Seguramente se lleve la peor parte de mí y me odiara por el resto de su vida, pero ya está hecho debo hacerlo, debo hacer el sacrificio de destruir a mí niño para poder conservar mí puesto. Solo espero que algún día me perdone, ya que yo voy a odiarme por el resto de mí vida por lo que estoy apunto de hacer.

A paso lento y firme me acerque a él, lo tome de sus cabellos y lo obligue a mirarme -- arderas en las llamas del infierno por todo lo que hiciste, eres el ser más asqueroso que a podido existir -- mí voz sonaba tal dura y convincente que hasta yo me creería lo que estaba diciendo. Pero la verdad es que estaba sufriendo al ver las lágrimas de mí pequeño brotar a mares, sus ojos detonaban tristeza y decepción, pero aún así no decía nada, solo me escuchaba, cómo si realmente creyera lo que le digo. Por favor no, perdoname. -- ojalá te mueras, porque este mundo sin duda alguna estaría mejor sin ti-- al terminar de decir eso solté sus cabellos con fuerza contra el suelo, provocándole un hiriente chillido.

Mí corazón dolía, me convertí en un verdadero monstruo, solo espero que sea fuerte y pueda sobrevivir al castigo mortal que le espera por mí egoísmo.

Te amo Lucifer, quería decírselo, pero hacer eso seria un acto muy valiente, algo que me he dado cuenta que no poseo. Lo siento pequeño, deseo que puedas perdonarme.

Sin perder el tiempo, los guardias lo tomaron de sus ropas y lo arrastraron hacía una de las puertas del castillo, la cuál dirigía al mismo infierno. Eligieron ese lugar para crearlo ya que yo al ser el líder, tenía la seguridad suficiente por cualquier inconveniente que de presentará. Aunque dudo mucho que eso ocurra, lástima que yo no tenga acceso a ese lugar, ya que la llave está en el poder de los del consejo. Lo único que me queda es esperar.

Sin ningún tipo de delicadeza arrojaron a Lucifer por la puerta, era una gran caída, aproximadamente de unos 12 metros. Un fuerte impacto y grito de dolor desgarrador fue lo que recibimos como anuncio de su llegada al infierno. Su grito fue tan lastimero que podría jurar que a más de uno se le erizo la piel, pero solo eso, ya que, nadie hizo ni dijo nada...

Ni siquiera yo.

El Pecado De Dios -[En Emisión]-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora