︰✦꒷ 🥥 ៸៸ : 1 !

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ᘏ ☁️  ꒱︰⌒⌒ ₊ ๑˚☁️  ⌒⌒  ₊ ๑˚

Amor.. una palabra que lleva grandes misterios y dichas fantasías con la persona la cuál más amas, no importa si es hombre o mujer, es lo de menos, o bueno, más bien para nuestro azabache de ojos azul oscuro.

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Pero , por qué le daba igual?, Esa es la verdadera pregunta que aún busca su respuesta.. era una pregunta curiosa y simple, pero la respuesta parecía ser más difícil de encontrar , algún día podrá encontrar esa respuesta que tanto busca? O cupido le tirará una maldición para nunca encontrarla?, Quien sabe no?, El futuro depara muchas cosas que las personas simples no pueden ver.. o si?, así de complicado le era pensar al azabache .. más en un día lunes, dónde sus clases estaban a nada de comenzar.

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Narrador ✩꒷₊˚  യ:

──  Giyuu Tomioka, Joven de 16 años, pelo oscuro lacio y algo alborotado, 1,76 de altura ojos azul como la noche y su coleta esponjosa como una almohada recién lavada, era el tipo de chico soñado por cualquier chica del planeta , por lo que era popular entre las mujeres, el azabache de ojos azules se encontraba recién despertado por los rayos del sol , su mirada era como ver la noche y las estrellas algo único.. y admirable la cuál ahora estaba siendo iluminada por los rayos del sol, Giyuu soltó un pequeño refunfuñó, odiaba el echo de que era lunes, primer día de la semana donde todas las personas comienzan sus malditos trabajos, los niños vuelven a la escuela y las mujeres hacen sus deberes de hogar, simplemente era un fastidio para nuestro azabache, su piel era blanca como la nieve.. y suave como el pelaje de un conejo su cuerpo era delgado pero formado, se podría ver a simple vista su musculatura.. el azabache era el tipo perfecto para cualquier mujer, quién no estaría a sus pies ? (Me incluyo //blush//) , soltó un suspiro, giyuu no había amanecido de humor.. quizás este día sería algo pésimo, pero ya le daba igual ya estaba sentado en el borde de su cama y sus pies tocaban la suave alfombra, su alarma sonaba marcando las 07:00 en punto, y el sol cada vez entraba aún más a su habitación, giyuu tomó algo de paciencia y trato de empezar el día con algo de normalidad.

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── Luego de que sus pies tocaran la alfombra, de levantó con algo de pereza dela cama dejando aquel paraíso de sábanas en otro lugar.. ahora comenzaba el infierno de cada semana , no hizo más que solo quejarse.. algo que ya era costumbre para el azabache, estaría caminado hacia el baño, dónde se lavaria la cara como cada bendito día de escuela.. no mentiría, era un fastidio ir a la escuela.. pero no tenía de otra , por lo que luego de unos minutos el azabache habría comenzado a posar sus pies en la fría cerámica del suelo.. estaba fría, haciendo que el azabache se quejara un poco más.. con dicho mal humor, entró por completo al baño y caminó hacia el espejo del lugar,  notó como por debajo de sus párpados habían ojeras, y no de las normales eran de estás que pareciera que te hicieron 10 exorcismos en una noche en el bar luego de beber 5 botellas de licor.. estaba del asco, refunfuñó.. al menos vivir con una madre fanática de las apuestas le había enseñado a tener maquillaje en su baño por si su rostro sufría de sombras horribles, aún que odiaba maquillarse ya que le recordaba a su madre.. extendió una de sus manos con algo de delicadeza hacia la gabineta del baño, la cuál agarró la perilla y la jaló abriéndola con cuidado y con algo de cansancio, con las misma mano  la acercó hacia el maquillaje que tenía guardado casi siempre, este era una crema especial para retocar su rostro y que no pareciera que lo habían secuestrado.

𝚖𝚒 𝚖𝚊𝚎𝚜𝚝𝚛𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora