Tu hilo rojo...

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Había llegado temprano como de costumbre, por lo que no me quedaba más que sentarme a mirar cómo la gente iba llegando cada vez más apurada. Era agradable estar solo por la mañana, al igual que abrumador.

Esta mañana fue cálida, justo como la sonrisa que se dibujaba por ese rostro, su rostro. Yoongi era una persona muy linda aunque su apariencia ruda no deja ver esa parte de él, al menos no para los demás, pero sí para mí.

Han sido dos largos años desde que nos conocimos, en esa tarde nublada de abril. La primera impresión obviamente no fue nada digna de un drama romántico, nos empujamos el uno al otro por querer entrar al aula primero, por el tonto pánico a unas gotas de agua.

No me creo aun que seamos amigos, que me eligieras en esa aula de desconocidos. Fue bueno tener a alguien a mi lado en ese tiempo; a pesar de los tres primeros meses que me mostró ese lado molesto e irritante. En ese tiempo aún no conocía la persona increíble que era, por lo que no me percate de que esa forma de ser inmadura y tosca era para ocultar al dulce chico del que me terminaría enamorando.

El es todo lo contrario a su apariencia fría y tranquila... es agridulce, y apasionado.

— Jiminie.

Dulce, cálida, y agradable. Tu voz era la música que me gustaba escuchar cada mañana. Lo que complicaba esconder estos sentimientos.

— Yoongi. Buen día —salude, llevando mí mirada al chico de tés blanca, y hermoso cabello negro quien estaba frente a mí.

Sonreí al ver esa sonrisa de goma, que siempre me alegraba las mañanas. Verle tan cansado, y con sueño... me provocaba unas inmensas ganas de abrazarlo.

— Toma es para ti, se que lo necesitas —extendió su brazo regalándome mi bebida favorita, mientras me mostrabas una hermosa y linda sonrisa—, te veo en el aula. Aun tengo que terminar algo del trabajo de ayer.

Oh Min. No podía ser más increíblemente genial, y un tonto al mismo tiempo.

Siempre supo exactamente cómo alegrar cada una de mis mañanas, una linda sonrisa y cualquier gesto encantador me ganaba por completo. Era algo obvio ese deseo de quererme de buen humor, tenía claro que si todo en mi entorno era tranquilo, dejaría que rondara a mí alrededor.

Le seguí con la mirada mientras se alejaba, y me centré en su mano izquierda. Su hilo rojo seguía igual, aun estaba atado a alguien más.

Dos años de conocernos, seis meses desde que se que siente algo por mí, y al mismo tiempo sabría que el destino no estaba a nuestro favor.

El destino, la vida o dios... quien sea, fue tan cruel darme el don de ver el hilo rojo del destino, aquel hilo que te une a tu pareja predestinada o alma gemela.

Por años, mi hilo rojo estaba y está aún sin continuidad. No hay un final, que sea el inicio del hilo de otra persona. Y sí, quiero que continúe así, porque aunque mi hilo no vaya a ningún lado, no necesito encontrar a nadie ya que estúpidamente me enamore.

Cuando por fin Yoongi tuvo el valor de atreverse a decirme que no solo me veía como un amigo, yo no supe cómo responder quede en shock al ver que mis sentimientos eran recíprocos. Pero el estúpido hilo tomo toda la importancia en ese momento, pues aun que los sentimientos estaban sobre la mesa, el hilo de ambos seguía incompleto.

Fui tanto tonto para pedir algo de tiempo, solo para que días después que lo vi... me desmorone al ver que el hilo en su meñique seguía, y se perdía a lo lejos.

Ese hilo, su hilo rojo estaba conectado a su alma gemela, y si lamentablemente no era yo. Aun con todos esos sentimientos, no éramos él y yo. Solo era yo. Es por eso mismo que no puedo decir que también le amaba y lo amo, porque sé que al final el que será dejado de lado seré yo, solo yo.

Tu hilo rojo [OneShot/YoonMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora