Capítulo 5

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NARRA TN:

Había evitado el tema anillos, porque, aunque estuviera dispuesta a arriesgarme para descubrir porqué de repente había empezado de nuevo a tener esas pesadillas, tenía demasiado orgullo como para arriesgarme a hacer nada o pedirle nada a Draco sin antes haberlo castigado por haberme traicionado.

Suspiré, dejando que Mattheo colocara sus manos en mi cabeza.

Y aunque pronto podría hacerlo, una vez el viernes pasase y su castigo fuese realizado, cuanto antes pudiera saber la verdad mejor.

Después de dos semanas pidiendo ayuda a Mattheo, mediocremente conocedor de las magias psíquicas, para que me ayudase a integrarme en mi cabeza en un trance que simulaba un sueño lúcido, no podía simplemente echar todo el trabajo de estos días por la borda y esperar a que llegase el viernes.

-Prueba número 13... -empezó a registrar Theo, con su pluma voladora, que le había regalado una servidora, escribiendo por él en un pergamino en donde anotábamos el proceso, ya que el señor Lovemoon necesitaba tener un registro de todos sus logros mágicos -. Vaya, mal número. El trece predice mala suerte.

-No te pongas con predicciones ahora, Theo -me quejé. Tenía los ojos vendados, y estaba sentada en el sillón de su despacho. Mi hermano tenía sus manos en mi cabeza, para estar conectado a mí cuando intentase ayudarme a entrar en mí misma.

El tema era así: existía una manera muggle de entrar a tu subconsciente (no había hayado ninguna mágica que sirviera para lo que yo necesitaba) y el proceso de realización constaba de practicar durante un mes, aproximadamente, y requería de sueños profundos.

Yo no tenía sueños profundos, tenía pesadillas ligeras que me despertaban a cada momento. Así que le pedía ayuda a Mattheo para que él, con sus escudos mentales, me retuviera en la nada cuando me quedase dormida. Yo podía hacer el trabajo desde mi pesadilla, pero necesitaba tener el sueño lo suficientemente profundo para no despertarme a mitad de proceso.

Cada día estábamos más cerca. Al principio debía repetirme diciendo lo mismo una y otra vez, mientras hacía una técnica respiratoria para dormirme enseguida. Cuando consiguiera dormirme, me quedaría durante unos momentos en la nada antes de ser empujada a mis pesadillas. Pero tendría conciencia de ellas, y podría cambiarlas a mi antojo.

Durante esos segundos en los que estuviera en la nada, debía repetir una y otra vez lo mismo, haciendo un ejercicio corporal que me ayudaría a ser consciente de mí misma y más royos que no vienen a cuento...

Las primeras veces, cuando llegaba a la nada antes de la pesadilla, no lograba terminar de realizar el ejercicio, ya que el sueño me impedía ser consciente mientras me atraía hacia sus garras. Poco a poco pude avanzar.

Mattheo me ayudaba a que el tiempo en el que me quedaba en la nada fuera más largo. Como él se conectaba a mí, podía escuchar su voz mientras aún estubiera consciente. Cuando estaba en la nada y empezaba los ejercicios, al principio los estaba copiando en la realidad. Theo me decía que estaba moviendo los puños. El ejercicio consistía en que llegase un momento en el que Theo dejaría de verme moviendo los puños, pero yo estaría mandando esa orden desde mi cerebro a mi cuerpo. Lo que pasaría entonces es que había logrado ser consciente en mi sueño y lo que estaba haciendo es realizar el ejercicio físico en una representación de mi cuerpo dentro de mi mente.

El punto era que hasta el momento no había llegado a ser consciente. De un momento a otro estaba en la nada, escuchando la voz de Mattheo mientras le decía a mi cuerpo que abriera y cerrara constantemente los puños, y al segundo me encontraba metida en mis recuerdos, en mis pesadillas, y la voz de mi hermano había sido reemplazada por sus sollozos y sus súplicas de cuando era pequeño.

Pero esa noche, siendo dos días antes de navidad y del baile de Yule, y siendo dos días antes del viernes en el que castigaría a Draco, todo el esfuerzo de semanas tendría resultados.

Esperé a que las pesadillas me tragasen mientras hacía los ejercicios y escuchaba la voz de mi hermano de fondo. No había nada a mi alrededor, todo estaba negro. No sentía nada, ni siquiera sentía si estaba haciendo el movimiento o no.

Esperé, y esperé, y esperé. Y el momento se estaba acercando, cuando...

Parpadeé, sin dejar de abrir y cerrar los puños. Había una luz muy potente que me dejaba sin visión. Mis manos fueron a mi rostro para cubrirme, dejando de lado el ejercicio.

-Tn, ¿sigues conmigo? -escuché la voz de Mattheo. Hacía eco en el lugar como si viniera de todas partes y a la vez de ninguna.

-Eso creo... -respondí. De pronto me sentía a mí misma, estaba parada en un lugar completamente blanco. Cuando mis ojos se acostumbraron a la cantidad de luz, descubrí que la única superficie a la vista era el suelo que estaba pisando. Las paredes estaban tan extendidas que parecían infinitas, al igual que el techo, y se perdían en el horizonte.

-Te estoy oyendo, Tn. Has dejado de moverte, creo que lo has conseguido.

Su voz alegre fue contagiosa, y no pude evitar sonreír.

-Creo que soy consciente de mí misma, y ahora mismo estoy viéndome como si mi cuerpo estuviera en un espacio infinitamente blanco -describí mirando hacia abajo. Sip. Era yo, era mi cuerpo. Podía tocarlo y sentirlo y moverlo a voluntad, aunque sabía que sólo era una representación dentro de mi cabeza.

Sonreí aún más. Lo había logrado.

-¡Mattheo! Esto es increíble. Estoy exhuberante. ¡Ahora podré buscar a mi subconsciente y...! -El suelo, de pronto, desapareció bajo mis pies y grité.

-¡Tn!, ¿me oyes? ¿Sigues aquí?

-¡Aquí! -grité. Caí de golpe sobre una superficie blanda, similar al colchón de una cama -. El suelo desapareció, y he caído sobre un colchón... -Miré a mi alrededor. Estaba en la habitación de Draco, en su cama, y el basilisco de la última vez seguía exactamente en el mismo lugar en el que lo habíamos encontrado-. Theo, creo que encontré a mi subconsciente -dije cuando la serpiente se dirigió a mí y por el camino se transformó en una criatura parecida a mí, pero con escamas en vez de piel y... era rojo bermellón, como el basilisco que me había salvado de las acromántulas.

-Tenemos mucho se qué hablar, querida -dijo el ser de ojos amarillos. Su voz era exactamente igual a la mía. Me sonrió.

(***)

Perdón su las explicaciones del proceso son un poco liosas. Básicamente trata de abrir y cerrar los puños mientras intentas dormirte y cuando Mattheo te diga que ya no las mueves pero tú sientas que las sigues moviendo querer decir que has entrado en el subconsciente y las estás moviendo ahí dentro, en el sueño lúcido.

Bueno, estos capítulos advierto que van a estar cargados de confesiones y descubrimientos. La segunda parte del libro en sí está cargada de ellos, pero porque quedaron muchas dudas en el libro anterior que tengo que resolver y no tengo tampoco tres libros más para resolverlos poco a poco. Así que toca todo un poco de golpe.

Pero no hay problema. Ya anuncié antes que esto es sólo la base de la historia que me animaron a subir para tener una razón para terminarla. Luego la empezaré a editar correctamente, con capítulos más largos y en menor cantidad (como por ejemplo en vez de 50 cortos, sólo 30 capítulos el doble de largos). Pero eso será cuando termine de subir la historia, haré una pausa y borraré la primera parte para empezar a resubirlo.

5/10

Besos en la nariz,

Dani<3

Tn Potter: la serpiente perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora