Capítulo 16

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NARRA DRACO:

-Segunda pregunta -dijo Tn, parada frente a mí. No podía verla, pero sentía su presencia -. ¿Qué fue exactamente lo que le contaste a Mattheo sobre mí? Quiero todos los detalles.

Por un momento pensé en responderle mal. No me habían gustado un pelo los golpes, pero luego había dicho que sólo eran para que me callase y que el verdadero castigo era otro. Y si ese castigo implicaba tenerme amordazado, sin poder ver y hablar, mientras jugaba con mi cuerpo de mil formas... Joder, no sabía si era en el sentido sexual o no, pero prometía mucho.

Aunque estaba muy dolido por su prácticamente rechazo. Había hecho como si no le importase una mierda que le hubiera hecho un regalo, y después de casi una semana de trabajo ni siquiera se había dignado en abrirlo. Además, me había ilusionado con el regalo que vi en mi puerta esta mañana pensando que era de ella aunque debí pensar que era demasiado bueno para ser verdad. Que ella hubiera admitido que me extrañaba tras un ataque de pánico por su aracnofobia no significaba nada. Había soltado la lengua en un estado de debilidad, nada más.

Tonto de mí que pensé que sí podría significar algo.

Todo eso me enfurecía.

Me tensé y ahogué el grito de dolor cuando me golpeó con lo que supuse que era un látigo bondage en el abdomen. Un cosquilleo me recorrió el lugar, y una punzada en el vientre me advirtió de que me había excitado. La sensación sin duda había sido intensa, y no era una mezcla de dolor y placer como se describían en los libros, sino más bien era un dolor gustoso. Un dolor excitante, agradable.

Joder, nunca me sentí así cuando mi padre me pegaba con el cinturón, ¿por qué estaba haciendo Tn que se sintiera así? ¿Cómo lo hacía? ¿Era la tensión sexual entre nosotros, lo que convertía cualquier dolor en algo placentero?

-¡Respóndeme! -exclamó.

No lo pensé. Su voz, su tono, no sé el qué, pero cedí y le respondí entre jadeos entrecortados.

-Le conté que... tuvo pesadillas la prime-mera noche... que estuvo... en mi dormitorio por lo de la pierna. También le... dije que le escuché... murmurar... antes de que despertase... y que suplicaba que pa-rase... Luego le dije que me... comentó que sólo... habían sido recuerdos...

-Entonces, le mentiste en todo -acortó. Su tono morsaz hizo mella en mí.

-S-Sólo quería que hablase con usted porque sabía que a él le escucharía. Le me-mentí en cómo supe todo eso... sí... pero no le dije lo de sus transformaciones y tampoco... tampoco dije lo de la parálisis del sueño... Porque nunca quise traicionarla... Ama... sólo quería ayudarla.

-Esos sentimientos, Draco... Sólo harán que terminemos muertos. Lo sabes.

-Pero no podemos evitar tenerlos.

Se quedó cayada. La impotencia de no poder verle a la cara por estar vendado empezó a hacer efecto en mí. Vaya, tal vez sí fuera un inconveniente haber perdido el privilegio.

-Tercera pregunta -dijo después de un rato -. ¿Volverás a cometer el error de traicionar mi confianza?

No respondí.

Gruñí tensándome otra vez. Un latigazo en el costado.

-¡Responde!

Silencio.

Latigazo en el brazo, luego en el pecho.

-¡Habla!

Intenté aguantar, mordiéndome el labio hasta hacerme sangre mientras recibía otros tres latigazos, en la espalda, hombro y pierna.

Joder, joder, joder... ¿por qué paraba? Necesitaba más... Joder, dolía mucho...

Relajé el cuerpo jadeando después de otro puñado de latigazos.

-Voy a tener que usar métodos más acertivos -dijo, alejándose de mí para rebuscar entre cachivaches. Tragué saliva, intentando relajar los latidos acelerados de mi corazón.

Escuché que se acercaba después de unos momentos.

-Probaremos con algo diferente, pero primero obtendrás una pérdida de privilegios a causa de tu silencio.

No supe qué iba a hacerme, ya que me necesitaba con la boca sin amordazar para que pudiera responderle a la pregunta.

Entonces sentí un metal frío rozar mi vientre y gemí. El metal se resbaló por dentro de mis calzoncillos, y no fue hasta que escuché el sonido que hizo al cortar la tela, que supe que se trataba de unas tijeras.

Mis bóxers cayeron al suelo, inservibles.

-Que sepas que eres tú el que no me está dejando opciones, Draco. Si colaborases, pasaríamos a la parte buena. Seguro que esa te gustaría más que los puñetazos. ¿O tal vez no?

Caminó lentamente hasta quedar a mis espaldas y me pasó por el cuello algo frío de cuero. Parecía un cinturón cuando me lo ajustó y me apretó, cortándome parte de la respiración y dificultándomela.

-¿Me traicionarás otra vez, Draco? -preguntó apretando el ajuste. Jadeé en busca de aire. Mi miembro se endureció un poco más.

Apretó cuando no le respondí. Gemí sin poder evitarlo.

-Joder, Draco. Me estás haciendo la tortura más difícil que he tenido nunca -dijo quitándome el cinturón -. No me queda de otra.

De pronto sentí que clavaba sus uñas en uno uno de mis hombros, y antes de darme cuenta, había retirado la mano rápidamente, llevándose mi piel por delante.

Solté un grito.

Tn chasqueó la lengua cuando terminé. Me aruñó otra vez, en el pectoral derecho.

-¿A qué ya no te parece tan excitante esto, eh? Vamos otra vez, Draco: ¿Me traicionarás?

-Ah... -suspiré -. D-Depende...

Un aruñazo en el brazo. Dos.

-Vamos avanzando. Pero mal. Draco, ¿cómo así que 'Depende'?

-Si es por tu bien...

-Mal. -Me aruñó otra vez. Y otra y otra. En la espalda dos veces, y en el brazo una vez -. No puedes traicionarme, Draco. Da igual si incluso mi vida dependiera de ello, tú no debes...

-Si tu vida dependiera de ello, no me lo pensaría.

-¡Mal! -Aruñón en la pierna -. Y encima me interrumpes. -Una cachetada en la mejilla.

Mierda, esto ya no era excitante. El dolor en el rostro era fuerte después de tantos golpes. Escupí sangre antes de hablar, a pesar de no haberme preguntado nada.

-Asúmelo de una vez, Tn. Te jode tener sentimientos, y me da igual si prefieres ignorarlos. Yo no voy a hacerlo. Y lucharía por ti incluso dando mi vida y arriesgando tu confianza si así puedo salvarte de cualquier peligro, Tn. Porque yo te...

Un puñetazo en toda la boca me calló.

(***)

Besos en la nariz,

Dani<3

Tn Potter: la serpiente perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora