Tn Potter: la serpiente perdida

Capítulo 31

NARRA TN:

Me deslicé por el suelo siseando y Ron se apresuró en subirse a la primera superficie que encontró, que resultó ser un potro.

-¡Te mataré en cuanto asomes la puta cabeza! -exclamó Ron apuntando con la varita a los lugares de los que creía que venían mis siseos.

Me transformé detrás de un maniquí sin que me pudiera ver.

Mierda, no tenía magia libre. Sólo podía usar mi varita, y me la había dejado en el otro lado de la sala.

-¡Ron, tienes que creerme! -exclamé, esperando apelar a su bondad. Él lanzó un hechizo en mi dirección pero yo ya me encontraba escondida tras unos muñecos de balanza lejos del punto de choque.

Debía librarme de este imbécil rápido, joder.

-¡No soy de las malas!

-¡Mientes! -gritó él volviendo a lanzar un hechizo. Me convertí y esquivé el golpe de milagro.

-¡Te digo la verdad! ¡Puedo mostrártelo! Estoy en contra de Voldem...

-¡No lo nombres! ¿¡Qué puta manía tiene todo el mundo con nombrarlo!? ¿¡Qué acaso no entienden que por algo lo llaman el innombrable o qué!?

Este tipo tenía problemas mentales.

-¡No lo nombraré, pero tienes que saber que voy en su contra! ¡De verdad que quiero matarlo!

Mi escondite volvió a volar por los aires, el chico parecía no saber otro hechizo que el maldito Bombarda.

Me transformé de nuevo y empecé a rectar hacia él. Me había manifestado en una serpiente pequeña que pudiera deslizarse fácilmente y esquivar los hechizos. Ron empezó a gritar al ver que me acercaba y que ninguno de sus intentos por hacerme volar por los aires me alcanzaba, y saltó del potro para empezar a correr.

Me escondí para que no me viera y empecé a deslizarme tras los objetos. Al poco tiempo lo pillé escondido tras un maniquí y me acerqué a él desde atrás.

Me transformé y salté sobre él quitándole la varita. Él chilló y empezó a lanzar puñetazos y patadas, pero le pegué un buen golpe en el rostro, su cabeza golpeó contra el suelo y se desmayó.

-Joder, Ron -gemí. Hermione tenía que haberle dicho algo para que se pusiera así en mi contra, porque él sin duda no habría reaccionado así -. ¿Quién manipula a quién ahora?

«¡TN, DETRÁS TUYA!» gritó Draco.

-¡Incendio!

Me transformé, pero no lo hice a tiempo y una de las llamas me rozó el costado. Caí débilmente al suelo como una cobra y me deslicé hasta un escondite como pude, esquivando por los pelos otro hechizo de Hermione.

¿Qué mierda? Estos cabrones quieren matarme.

«Oye» escuché a Draco suspirar aliviado de que no me hubiera chamuscado, al menos no de forma grave «Creo que no van a ser un buen fichaje»

«Déjame ver si sobrevivo primero a esto y luego hablamos del gobierno» respondí, intentando quitarle hierro al asunto. Me miré el costado. Mi blusa y la túnica estaban rotas, chamuscadas. Cuando me di cuenta mi túnica se estaba incendiando y me la quité apresuradamente.

Hermione me descubrió cuando lancé la túnica y esta prendió fuego a un maniquí. Corrí y me volví a esconder en donde pude. Resultó ser una mesa.

Miré a mi alrededor y abrí los ojos con alivio.

«¡Ah, joder, menos mal!» Pensé asomándome por encima de la mesa y agarrando uno de los armas. Le agarré un cargador y lo cargué. El sonido que hizo llamó la atención de la chica, quién hizo explotar la mesa junto al resto de armas.

«Dios, no sé cómo estoy esquivando estás mierdas»

«Si nos dejaras intervenir...»

«Puedo sola, gracias» dije molesta. No, no necesitaba ayuda para unos críos idiotas con complejo de asesinos.

Me convertí en una serpiente lo suficientemente grande como para agarrar el arma con mi boca y me deslicé silenciosamente hasta estar a sus espaldas.

Me transformé y la apunté en la cabeza.

-¡Suelta la varita! -exclamé. Casi suspiré de alivio de que ella fuera hija de muggles, porque reconoció mi arma enseguida cuando sonó el click de sacarle el seguro y al momento dejó caer su varita.

Respiraba con fuerza. Maldita sea la lucha que me han dado estos dos.

-Lo reconozco, me habéis dado lucha... -admití -. Pero porque en estos momentos no puedo usar mi magia, porque sino... Bueno, digamos que tuvisteis suerte de no terminar peor a cuando os lancé contra la pared.

-Puede que hayas engañado a Dumbledore, y al resto de Hogwarts, pero yo sé la mierda de persona que eres, y no pararé hasta que todos lo sepan.

Tragué saliva, recuperando el aliento.

-Lo sé -dije, agarrándole de un brazo y empujándola hasta donde estaba el cuerpo desmayado de Ron -. Y por eso entenderás que no puedo permitir que sepáis nada de mí.

Le obligué a que se atara junto con Ron. Este empezaba a cabecear cuando estuvo inmovilizado espalda contra espalda con Hermione.

-¿Qué...? ¿Dónde estoy? -murmuró Ron despertando.

-Ron, tranquilo -habló Hermione.

-¿Hermione? ¿Qué pasó? ¿Qué hacemos atad...?

-Obliviate -conjuré apuntando a Ron con mi varita. Este cayó nuevamente inconsciente mientras que poco a poco le borraba los recuerdos de ese día.

-¡No puedes hacernos esto! -exclamó Hermione empezando a sacudirse -. ¡No lo hagas, terminaremos descubriéndote otra vez, verás!

-No, no lo haréis -aseguré cansada rodeando a Ron para pararme frente a ella -. Se acabó, Hermione.

-¡Es injusto! -chilló ella -. ¡Me has engañado! ¡Hiciste que me enamorara de ti! ¡Te has follado a la chica que me gustaba y la engañaste a ella para que creyera que estaba enamorada de ti y se olvidara de mí! Sólo quiero que regrese mi Pansy... Yo la quería... -empezó a sollozar -. Todo esto es tu culpa... No es justo...

Hice una mueca de desagrado.

-No te preocupes, pronto olvidarás todo eso -prometí, y después -. Obliviate.

Una vez terminé, me pasé una mano por el pelo todo desordenado y me quedé mirando a la chica fijamente. Sus palabras repitiéndose en mi cabeza una y otra vez.

¿Se suponía que así era como iba a convertirme en alguien del lado bueno? Podría dejarlo así. Hermione no recordaría nada del beso que le di con Pansy de espectadora, ni de la escena de Pansy en la clase de Pociones, ni de la escena de la cama rota, ni nada de lo que vino después...

Joder. Suspiré.

«Traeré a Pansy» informó Draco.

Suspiré y me dejé caer en el suelo. Me quedé mirando a la chica en silencio mientras esperaba a que llegase Draco.

Mierda, ¿qué estaba haciendo?

(***)

Aquí se queda por hoy, mi gente.

Esto quedó como película de Hollywood. Tn como la prota de esas pelis de acción del siglo pasado, tipo "hasta aquí llegó tu camino, ¿tus últimas palabras?"... Estoy emocionade, me encantó el resultado de esta parte de la historia.

Esta vez lo diré bien: Con esto y un bizcocho... Hasta mañana a las ocho.

Besos en la nariz,

Dani<3