[Capitulo V]

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Pasaron varios días desde que los Suratori se habían ido de aquella casa

Dixie y Tofu seguian totalmente confundidas, nadie entendía aquella decisión pero no tuvieron otra que aceptar aquella decisión

Unas semanas después, Terra entró a la habitación donde mantenía a la menor

Keiko había comenzado a abrir sus ojos rosados, era evidente que todavía estaba con dolor pero al menos no era tanto como cuando recibió sus heridas

Pronto se dió cuenta que no estaba en su hogar, eso hizo que se sobresalté un poco —¿D-donde...?— su voz era algo asustada o más bien aterrorizada por lo último que recordaba pero se hacia la fuerte, intentó incorporarse pero se le hacía algo difícil teniendo solo una mano

—Tranquila, estas en mi hogar— habló con un tono suave para calmar a la menor —No debes moverte demasiado o muy brusco, tus heridas todavía son graves— expresó algo de preocupación

—¿Quién eres tú?— había algo de desconfianza en la voz de Keiko, algo normal al no conocer a Terra

—Yo soy Terra, la diosa de la naturaleza— se presentó aquella divinidad de cabello verde —Estas en mi hogar, tu hermana te dejó aquí para que te curará—

—¿Mi hermana? ¿Te refieres a Layla? ¿Está aquí?— A pesar de su voz adolorida, había emoción, deseaba ver a su hermana mayor con todas las ansias de su mundo

Sin embargo, Terra negó con su cabeza —No se dónde está ahora, pero no te preocupes, ella no salió herida— sus palabras calmaron la preocupación de la menor

—Sera bueno si sales un rato, estar por semanas tumbada no es bueno— ayudó a la peli azul a levantarse, la llevó afuera

Aquéllos que veían el bosque de aquella Deidad se quedaban fascinados, era hermoso

Allí estaban las otras dos menores. Por muy sorprendete que sonará, Ochiro estaba ayudando a Mini a manipular su poder mágico

Estaba claro que a pesar que la loba era inexperta en magia porque no poseía apenas o nada de eso pero su determinación por ayudar a Mini superó los obstáculos

Mini se distrajo un momento al ver a su madre, con una gran sonrisa la miró y saludó con su mano —¡Hola mami!— pero al ver a Keiko se calló. Ser social con nuevas personas no era su punto fuerte

Ochiro se acercó para saludar —¡Layla! Cuánto tiempo ¿No?—  Se sentía feliz de volver a ver una cara familiar, pero no recibió la misma alegría

—Um... yo soy Keiko— por su tono se notaba que estaba nerviosa

—¿Te cambiaste de nombre? ¿O?— de inmediato noto la mitad de su brazo izquierdo faltaba, lo había ocultado poniéndolo detrás de su espalda pero se iba a notar aún así

—¡¿Qué te ha pasado?!— sonó histérica

—Y-yo...— Keiko intentó ocultar su brazo, claramente se sentía inseguridad e incomodidad acerca de eso

—Ochiro, déjame presentarte a la segunda mayor de los Suratori, ella es Keiko, la gemela de Layla, Keiko perdió parte de su brazo en una pelea y por ello voy a cuidar de ella hasta que se mejore ademas de entrenarla— explicó la deidad con tranquilidad para que el tema no sea tocado

—Oh... En ese caso, ¡yo soy Mini! Un gusto conocerte— a pesar que se mantenía detras de Ochiro por su timidez su tono parecia algo emocionada

Pasaron dos años desde aquello

Ochiro se volvió más poderosa al igual que las otras dos, Keiko gracias a su magia hizo un brazo mágico, era negro con hermosas estrellas por todos lados, tenía constelaciones y varios colores al alrededor del brazo mágico

Era un día como cualquier otro, en está ocasión entrenaban juntas Mini y Keiko

A pesar de que Keiko no era muy fuerte era bastante ágil, por esa razón a la menor le costaba tanto asestarle algún golpe o atraparla

Pero en cuanto bajó un poco la guardia.... unas raíces atraparon a la coneja, tenía una sobre la cintura, dos sujetando sus brazos y otras dos sujetando sus piernas prácticamente inmovilizandola

—Muy astuta en verdad— sonrió, a Mini no le daba buena espina los siguientes movimientos que haría

Al siguiente momento un manto de estrellas cayó sobre la nutria, haciéndole cortes no muy profundos ya que no quería lastimarla

Mini se aguantó el dolor como una campeona, hizo que las raíces obtuvieran espinas los cuales hicieron heridas en el cuerpo de la contraria

—¡Chicas! Suficiente, la comida está hecha— Gritó Terra al salir de la casa, las había llamado durante media hora pero estaban bastante concentradas como para escucharla

—¡Lo sentimos!— gritaron ambas a la vez, Mini al fina soltando a Keiko y corrieron a dentro de la casa para no ser regañadas

—Me sorprende que hayáis sido regañadas cuando siempre me regaña a mi por este tipo de cosas— Ochiro soltó una pequeña risa mientras lo comentaba

—Eso es porque tú eres una bruta y tardas mucho tiempo entrenando hasta incluso se te rompieron los nudillos en algunas ocasiones— contestó Mini, ella había cambiado un poco, era más contestona y un poco más social

—Si, si, muy bien, callar y comer— interrumpió la deidad

—¡Si señora!— hablaron en unísono como si se tratasen de robots, para no molestar a la deidad agradecieron la comida y comenzaron a comer

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Despues de mil años

¡Nuevo capítulo!

Continuará

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⏰ Última actualización: Aug 31, 2023 ⏰

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