cap 3

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-Diablos - grito asustada, cayendo al suelo por la impresión que se llevo, al ver a Nathanael suspendido en la ventana.

-Hola otra vez Emilia, un placer volver a verte -le dijo juguetón.

-Es broma? - le preguntó incrédula. - Que haces aquí mocoso?, yo no te dije donde vivía, acaso me seguiste? estas loco o que te pasa? - iba alternándose más a medida que le hacía cada pregunta, es que no lograba entender lo que estaba pasando.

Nathanael observo detenidamente a Emilia. Era una chica promedio, debía medir entre 1.60 y 1.65, tenía el cabello castaño, lo llevaba en una coleta alta y aún así se podía ver lo largo que era -se río al pensar en el contraste con su estatura- sus ojos eran color miel con betas en verde, y un bonito delineado le hacían juego - la idea de lo difícil que de seguro era hacer esas cosas paso por su mente y sonrío- su carita era pequeña y la resaltaba grandes cachetes redondos, los labios estaban acorde con su medida, no eran ni muy gruesos, ni muy finos.

Cuando se dío cuenta de que se había mantenido en sus pensamientos y que a medida que avanzaban los segundos ella le gritaba aun más, no entendió. Él realmente pensó que le podía gustar su visita, había estado observando a la chica el resto del día y se veía bastante solitaria. Además de que por supuesto quería descubrir que pasaba con el hecho de que ella conociera de su existencia, su encuentro de la mañana había dejado demasiadas preguntas en su mente, que por razones muy obvias no esperaba dejar sin responder, así que lo más imprudente y apresurado que se le pudo ocurrir fue seguirla, ¿muy cliché? tal vez si, pero y que, si con eso lograba descifrar algo.

Ahora lo que si no espera era haberse caído del techo, en su intento de espionaje fallido, así que como todo buen "Angelito" pues era hora de actuar y hacerse el inocente.

-Mmm que te puedo decir- dijo rascándose la nuca en un acto de timidez.
-Si te digo que hago Parkour no me vas a creer, así que mejor te digo, que si,obvio te seguí.
-Pero no por acosador ni nada de lo que puedas creer- se apresuro a decir.

-Espero tu convincente explicación- le dijo ella perdiendo la paciencia que le quedaba.

-Es que verás, me siento un poco avergonzado por decirte esto- bajo la mirada.

-Nathanael, no tengo toda la noche para ti, si no me dices ya!, llamaré a la policía - nuevamente le grito.

-Emilia no tengo hogar, me viste hoy en la azotea por la situación en la que me encuentro, porque mis padres me corrieron de la casa, y viaje hacia la ciudad en busca de mejoría, pero llevo meses sin lugar donde vivir y solamente quedándome por ahí, sin comer bien, sin dormir lo necesario y no podía seguir así, pero cuando te vi, subiendo ese edificio como si no hubiese un mañana, para socorrer a un desconocido, me conmoviste, realmente no tuve el valor de saltar, por el hecho de que intentaste salvarme. Solo tenía que saber quien había sido mi Angel de la Guarda, por eso te seguí, te pido disculpas.

Ella no podía creer lo que había escuchado, al final si lo había salvado, de tanto pensar en lo ocurrido, había llegado a la conclusión de que el chico solo había subido a tomar aire, por su aspecto relajado y conducta tranquila, descarto la idea de un suicidio. Pero ahí estaba él, con la misma ropa de esta mañana, sin un hogar aparente y parado frente a su ventana.
...Frente a su ventana- se repitió la frase y reaccionó.

-Nathanael no! - exclamó.
-Esta muy bien que yo te haya salvado, y me alegra en serio haberlo hecho, no tienes idea lo feliz que me hace saber que ayude a una persona, pero ni se te ocurra, y si ya se te ocurrió sacalo de tu mente, porque aquí no te vas a quedar - término de escupir todas las palabras sin siquiera respirar.

El la miró expectante, con los ojos bien abiertos y moviendo las pestañas varias veces en el acto - Emilia mujer, tranquila que no era mi intención- se rasco la nuca con una sonrisa tímida.

-Me alegra oír eso, porque cuando digo no es no - respondió orgullosa de su "firmeza".

........45 minutos después......

Ella se encontraba arropada en su cama y lista para dormir después de haber interrumpido el sueño hacia casi dos horas, era las cuatro y algo de la madrugada, y en estos momentos se alegraba mucho de estar suspendida de clases, así su madre no entraría al cuarto para despertarla en el horario de la mañana, pues no le gustaba que sonará el reloj alarma, y la verdad no sabía como iba a explicarle a dicha mujer obstinada, que había un muchacho durmiendo en el piso al lado de su cama, el cual acababa de conocer en el día, realmente ni ella sabía explicar como era que él la había convencido de hacer eso. Lo cierto es que no le podía echar las culpas, Nathanael ni siquiera hizo el intento por convencerla, ella solo se dejó ablandar por la cara de perrito mojado que había puesto después de la precisa que le dijo.

-Nathanael- hizo una pausa en espera de su respuesta, al ver que el murmuró, siguió- Estaba pensando, como iré al baño si me entran ganas? -ella le preguntó, pues el se encontraba a los pies de su cama y está estaba horizontalmente pegada a la pared, asi que la única salida evidente era donde el dormía.

-Pues me pasas por encima sin aplastarme demasiado por favor - término de decir lo último y río.
-Ah y Emilia

-Si

-Gracias

-No es nada -y dicho esto, Morfeo la llevo.

Él sin embargo, quedo meditando un tiempo todo lo que había hecho, repasando cada una de sus respuestas y acciones, no lo negaba, se sintió mal al engañarla, por el contrario fue el camino más corto para llegar a su bondad, y en efecto no se equivocaba, no espero que ella lo aceptara tan rápido, ni siquiera se esforzó, pero ahí estaba acostado a su lado, y con una puerta... o bueno ventana abierta ya.

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. holis...creo que ya saben que mi nombre es Leanet, pueden presentarse y así nos conocemos 😊

Ida y vuelta al más allá Donde viven las historias. Descúbrelo ahora