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«Mierda...¿Por qué siento que...tengo una estufa en mi cara?....es muy...calentito...peludo...espera...¿Por qué no puedo respirar?» Mile comenzó a desesperarse al no conseguir oxígeno para sus pulmones, sus piernas se movían por la tensión y su mano fue directamente a su rostro, tocando una bola de pelos y retirándola de ese lugar.

"¡Mierda!" Tomó una buena cantidad de aire considerable para llenar el interior de sus pulmones. Dios, casi muere ahogado por culpa de...espera... Por supuesto, tenía que ser ese gato que adoptó ayer.
Ese roedor aún seguía estirado en toda su cama, se estaba adueñando el muy desgraciado ¿Quien se creía? ¿Eeh? Sólo llevaba un día con él y se creía el rey de todo su penthouse.
"Maldito gato" ¡Y ni siquiera despierta! Luego de su gran susto dónde estaba desesperado por respirar.

Que buen comienzo para su día.
Maldición...
Suspiró, su alarma aún no sonaba y se había despertado media hora antes para irse a trabajar ¡Insomnio! Otra vez atacando su sueño, no era de esperarse. 
Se levantó de su cama, con el pijama puesto y el cabello desordenado fue hasta su cocina para prepararse un café mañanero y finalmente fumar un poco. Puso a hervir la tetera electrica y sacó desde un armario café instantáneo junto con una taza blanca que decía “Para el mejor trabajador del año” regalado especialmente de su madre, aunque suene ridícula está taza, estaba echa por el mejor material de cerámica y por un gran escultor con toda una carrera firmemente exitosa en Italia. Sí, esa taza valía millones a pesar del escrito.
Con un poco más de tiempo esperando a que el agua hirviera, preparó su café muy cargado, tal y como le gusta, y salió, tomando la oreja de la taza, hasta el balcón con una hermosa terraza diseñaba de mármol junto con madera de roble para tonificar aún más los diseños.
El viento tocó su cuerpo y una gran bajada de temperatura le recibió envolviendolo, se dejó caer contra la silla reposera. Desde lo más alto del edificio, poco se podía escuchar el sonido de los vehículos y las calles habitadas por la gente. Era una paz. Y más cuando podía ver el río de la ciudad junto con un hermoso amanecer, el sol recién estaba saliendo de su escondite.
Paz y tranquilidad mezclada antes de irse a trabajar.

"Miau" Oh sí, casi se olvidaba del pulgas.
El gatito que iba corriendo hasta su presencia, subió la silla reposera dónde estaba acomodado con gran dificultad, pero con logro, y se acostó entre medio de sus dos pectorales mayores, su pequeña cabecita reportaba contra sus patitas y lo miraba directamente.

"Deberías estar castigado por haberme casi ahogado" le dijo pensando que tal vez el gatito pudiera entenderle. Y vaya que no estaba equivocado de esa realidad.

"Miau, miau" le contesta con pucheros lindos y un maullido triste y con arrepentimientos.

"Eres malo, ga...to" Fue allí donde Mile se había dado cuenta de que no le había puesto ningún nombre al minino. En todo ese tiempo ni siquiera lo había llamado. Se sintió un poco mal por ello, pero aveces tendía en ser un poco olvidadizo. El gatito siguió molestando, aunque esta vez menos, porque luego vio que su dueño tenía una cara sumamente pensativa y se extrañó ante ello.

"¿Miau miau, miau?"
«¿Qué...pa...sa...a...amo?» era lo que hubiera dicho en palabras humanas, aunque el gatito apenas entendía de lo que su dueño hablaba.

Y escucha un fuerte suspiro "Debo ponerte un nombre, pero no sé cuál. Soy muy malo pensando en nombres" le afirmó. Y pensó en millones de apodos para bautizar a su gatito como: Bola de pulgas, Naranjita, Coco, Whiskas, Rayito de sol...
Pero ninguno le convencía, y para que mentiría ¡Eran horribles!

"¿Te gusta Pocholo?" Mile no sabía pero sintió que su gato le miró con asco al escucharlo "Lo siento, tienes el mismo pelo que ese empresario..."

"Quizás...¿Fifí?" Y su gatito golpeó con su patita si pecho "uhg no te gusta ningún nombre ¿Entonces como quieres que te llame?" Y se lo pensó en los siguientes minutos, hasta que recordó un nombre nostálgico de su infancia que siempre estuvo presente cuando sus padres estaban en el trabajo y él junto con su hermano estaban solos en su hogar "Que tal...¿Doraemon?" Y su felino volvió a pegarle "¡Oye! No seas malo, sabes qué luego buscaré un nombre, cuando vuelva del trabajo, así que, si me permites debo ir a arreglarme para asistir a mi empresa"

Y su bebito maulló triste «¿Cómo que te irás, amo?»

"Bien, voy a vestirme" tomó a u gatito y juntos entraron al interior del penthouse, dónde Mile dejó al peludito felino en el suelo para irse hasta su cuarto.
Eligió el típico traje grisáceo con una corbata negra totalmente impecable, su cabello estaba finamente peinado hasta atrás gracias al gel que utilizaba, aún tenía el pelo húmedo luego de su baño caliente y odiaba secarse el cabello, por lo tanto no lo hacía, dejaba que la misma naturaleza secara su pelo negro.
Se miró ante el gran espero frente a él. Cómo siempre, viéndose ordenado, pero le faltaba algo...como un...¡Reloj! ¡Claro! Casi se olvidaba. Eligió ante una gran cantidad de relojes lujos, un Rolex de oro blanco.
Ahora sí, estaba completo.

Mile recibió una llama cuando salió de su habitación y vio a su gatito en el suelo, sentado.

"¿Qué?" Habló, pero el cachorro le miraba con sus lindos ojitos sin contestar.
El minino estaba más que enamorado de su dueño, pensando en lo guapo que se veía con esas cosas en su cuerpo, pero tampoco no las quería para su amo, es decir ¿Por qué llevaba esas cosas puestas? El minino siempre iba desnudo o eso pensaba el gatito.
Mile recibió una llamada, era su secretario quien seguramente lo estaba esperando en su limusina fuera del edificio. "Bien, gatito. Me iré y tú quedarás aquí solo, no quiero que llores ni nada, tampoco hagas tus necesidades en mis paredes o en el suelo, tienes comida y agua suficiente para sobrevivir el día ¿Oíste?"

"Miau, miau"

"Bien dicho" Le felicito luego de haberle escuchado.

Y traduciendo lo que había dicho el felino, fue algo más o menos como esto: «No entendí nada, pero sí»

Y Mile finalmente cerró la puerta, dejando al gatito sólo.


Cuando Mile llegó luego de su ajetreado día, trató de estar en el edificio lo más temprano posible, haciendo de su papeleo lo más rápido posible, no es que siempre funcionaba de esa manera que encontraba un poco irresponsable de su parte, solamente fue revisando los papeles más fáciles de entender y los más difíciles los fue dejando de lado, incluso tuvo que cancelar una reunión, aunque no fuese tan importante, para llegar al penthouse lo más temprano y así ver a su gatito bebé.
No iba a admitir que estaba preocupado.
Saludó como siempre a Tong y luego se fue por el ascensor hasta su hogar, abriendo la llave un poco nervioso, vió...el desorden jamás visto antes.

Y frunció el ceño "Pero ¿Qué mierda acaba de pasar?" Había confort restregado en el suelo, manchas de patas por...¿eso era tierra? ¿De dónde salió eso? Oh... sí, sus plantas.
Y allí entre medio de más desorden en su sofá que...era de un color claro y estaba lleno de tierra, estaba su gato jugando con una pequeña caja que había quedado de ayer luego del encargo de los juguetes de su minino.
Por Dios ¡Ni siquiera estaba jugando con sus juguetes! Sino con una ¡Maldita caja sin valor!
«Tranquilo y respira, tranquilo y respira»

Cuando su gato lo vio, le maulló con felicidad y su colita moviéndose rápidamente de un lado a otro.
«Mira este gato hijo de...su mamá gata»

"¿Que significa todo este desorden?" Comenzó a retar a su felino, pero el desgraciado estaba tranquilamente arañando su cajita "oye, oye, para" le quitó la caja toda arañada y su gatito comenzó a maullar fuertemente.

"¡Miau, miau!"

"¿Qué? ¿Qué quieres?" Le decía sin entender y se sentó al lado del felino, quien sin vergüenza se sentó en sus muslos y con su patita indicó un lugar "No te entiendo ¿Quieres que vea algo?" Parecía un loquito por hablar con un animal pero no podía evitarlo, y estaba seguro que a muchas personas le pasaba lo mismo, pero lo trataba como si fuese un humano. El gatito siguió apuntando con sus patitas.
Fue allí cuando Mile leyó unas palabras sin sentido, que no lograba entender "¿A...p...o?" Y su minino le mueve la colita como si fuese una afirmación. "¿Qué es esa palabra?" Vió que la palabra que había leído anteriormente habían letras tras letras con rasguños como si estuvieran descartando esas otras letras para quedar esa palabra Apo cuando la palabra real decía Cat Pet Toys.

"Miau miau"
«Quiero que me llames así»

Y al parecer Mile le comprendió "Está... lindo como nombre" sonríe el empresario y su gatito le mira gustoso de que le haya gustado.
Comienza a acariciarle su pelaje al minino y este le responde con tiernos ronroneos de placer.

"Entonces, te llamarás Apo"


El mimoso gatito de Mile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora