Garantía

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Su madre había tratado de tocar el tema nuevamente de los vídeos, externando su preocupación, temiendo que Sarada hubiese sido manipulada u obligada a hacerlo. Las acciones por parte de ella eran terreno nuevo, y las palabras que le había mencionado su pequeña le seguían haciendo ruido, todos estos años ella se sintió engañada, pensando que la educación que le brindó fue suficiente, que había confianza entre ellas y se contarían las cosas que surgieran, sentía demasiada culpa por guardarle el secreto de la paternidad de Sasuke, y se sentía con mucha más culpa al ver que su educación recayó en lo perfeccionista que tenía que ser a los ojos de ella.

No le molestaba el hecho de que haya decidido hacer vídeos, podría ser una forma de independencia hacía su perfeccionismo del rol de la hija buena, le molestaba el hecho de que no quisiese hablar del tema con ella, pudo advertirle de lo que podía encontrar en su teléfono, no estaba decepcionada o enojada, entendía los cambios culturales que había alrededor de la generación de Sarada, pero Sakura quería que Sarada estuviera sensibilizada con las consecuencias, que su hija estuviese preparada para cualquier jugada que le quisieran hacer los ex novios, quería ahorrarle el doloroso proceso de la cruel realidad donde no se pueda confiar ni en las personas que crees amar. Pero supo que Sarada sentía eso respecto a ella, una traición de la persona que piensas que más te ama.

Al menos Sakura trataba de comprender las actitudes de su hija, el estado depresivo en el que se encontraba, pero Sarada por su lado, nuevamente se centraba en si misma, en como odiaba estar adecuándose a la vida privilegiada de Sasuke, adaptarse a las necesidades nacientes de su madre de demostrar que la había criado a la perfección y podía estar a la altura de un mundo que nunca toco.

—Tengo que tomar dos transportes para llegar aquí—Le dijo a Sarada—Y no dejan entrar a cualquier transporte aquí, nos tienen que dejar a la entrada del residencial, tengo que caminar mucho tramo

—¿De verdad? No puedo creer que Sasuke te haga trabajar bajo esas condiciones

—Oh no, su padre es un ángel caído del cielo, el hizo mucho por mí, como pedirme un carro para que me recoja en la parada y me traiga hasta acá, también para moverme a las casas que tengo que limpiar—dijo con las mejillas rosas— a veces si me incomoda tanta amabilidad pero no he podido hacer el test de manejo, no es la única casona que limpió así que mi tiempo es de aquí y de allá, pero mire' gracias a los apoyos de su padre he podido hacer mi curso de uñas, a veces me presenta entre sus amigas weras' para que me recomienden, eso es una ayuda que agradezco demasiado y me paga un 70% de los estudios, estoy muy agradecida con él

Sarada intentaba poner una sonrisa, pero no podía

—Ahora ponga la mano aquí—Empezó a limar la otra uña, en lo que se secaban las otras—Sé que puede ser un cambio feo para usted, pero recuerde, ¿Quién no quisiera ser hija de alguien con harto dinero de un día para otro? Ya sabe, no batallar por conseguir chamba, tener la opción de poder decidir donde no trabajar, a donde ir con seguridad, no preocuparse por el pan de cada día...es el sueño que todas quisiéramos—suspiro

Por más que trataba de hacerse una imagen errónea de Sasuke, las circunstancias decían lo contrario, quería encontrar una falla en esa perfección que tanto le adulaban, cuando ella terminó agradeció las uñas, sintiendo un hueco en el estómago.

—Agradézcale a su padre, él me dijo que tal vez la pondría feliz

—Gracias—Mencionó Sarada abriendo los ojos, pensando en que tal vez tenía un argumento para su madre

Entro corriendo a la habitación, buscando la lista de posibles defectos que había hecho de Sasuke, pero había cajas encima de la cama, se acercó lentamente, enfocando los objetos que estaban en su antigua casa, las cosas de su habitación, las estrellas que tenía pegadas en el techo, la lampara de cerdito que le había regalado Denki... Dio la media vuelta, y se retiro de ahí no sabiendo que sentir, buscaba a su madre por toda la casa, su silueta la delato en el jardín, disfrutando del sol. Tenía que darle esa lista de pretextos antes de que su madre se decepcionara aún más de ella, tal vez si le hacía ver que ella siempre tuvo razón le haría ver que Sarada seguía teniendo juicio.

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