Capítulo 307

125 13 4
                                    

Narra Mateo

Toco el timbre de su casa. No creo que esta vez debería ser yo quien se disculpe, pero realmente no quiero irme a Miami estando disgustados, por lo que prefiero olvidar lo ocurrido esta mañana y despedirnos bien.

Mis labios buscan los suyos, encontrando su mejilla.

+ Malú, no quiero viajar enfadados.

Suspiro.

+ Además tengo algo que decirte.

- ¿El qué?

+ He hablado con...

J: Cuñado...

Su hermano sale a saludar desde la cocina con cara de circunstancia, interrumpiendo sin resultados. Mi chica es suficientemente lista para entender a donde iba a acabar aquella frase.

Su mirada de desaprobación se alterna entre ambos.

+ Y con Manu...

Dejo caer el final de la confesión.

+ Y antes de que me digas de todo.

Advierto.

+ Ya sé que puedes cuidarte sola, pero no sabemos de lo que es capaz Sebastián.

Le recuerdo. Si no tuvo miramientos para hacer sufrir a Eva alejándola de mí, no podemos contar en que se irá con cuidado tratándose de Malú.

+ Y aunque no te guste que yo también te cuide, no puedo dejar de hacerlo, porque te quiero demasiado para correr el riesgo.

- ¿Tú te estás quedando conmigo? ¿De verdad te piensas que con dos frases románticas me va a dejar de importar que seas un bocazas y mandes a mi hermano y a Manu a tenerme vigilada todo el tiempo?

Me recrimina a gritos.

- Vete a Miami y ya si te da la gana te quedas allí.

+ Malú.

Resoplo sin perder la calma. Que mal pronto tiene esta mujer.

- Ni Malú, ni leches.

Se aparta de mí, que ingenuo, he intentado apaciguarla con caricias.

- Vete.

+ Venga, cariño.

Pido una tregua.

+ Me voy por muchos días, déjalo estar.

Yo también estoy dolido y molesto, pero no merece la pena anclarse a aquellos sentimientos. Prefiero irme con el sabor de sus labios en mi boca.

- ¿Me has mentido dos veces y luego me pides que lo deje estar?

Me reprocha.

+ No, la verdad aquí, es que no te he mentido ninguna, porque lo primero que he hecho tras hablar con José y Manu es venir a contártelo, y lo de Sebastián te lo aclaré esta mañana, pero siempre es más fácil culparme a mí, recurriendo a un error del pasado que dices haberme perdonado, pero que evidentemente no lo has hecho.

Me defiendo.

+ No puedo cambiar las cosas que ya pasaron, Malú.

Le recuerdo, aunque nada quisiera más que poder hacerlo.

+ Voy a arrepentirme cada día de aquello.

Reconozco. Puede que algún día ella me perdone de verdad, pero no sé si yo mismo consiga perdonarme.

+ Pero te lo he dicho esta mañana y te lo repito ahora... Lo nuestro no va a funcionar si dudas constantemente de mí, o si piensas que cada cosa que digo o hago es una mentira.

Advierto.

+ Igual estos días que me voy te vienen bien para reflexionar, y pensar si lo nuestro tiene algún sentido, o con querernos no es suficiente.

Me despido entristecido.

+ Cuídate.

Pido saliendo de su casa.

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora