Sentimientos paralelos (Draco Malfoy, Fred Weasley y tú)

Sentimientos Paralelos (Draco, Fred y tú)

Todo comenzó desde ese día... Aquel día en que mi madre me pidió que le acompañara a una de sus reuniones, tan sólo tenía seis años e intentaban educarme con el prejuicio de los sangre sucia, fue ahí donde lo conocí, aquel chico de ojos grises y cabello platinado. Me acerque a él; aunque no muy segura pues mi madre me había dicho que no me moviera de su lado, él me miró de manera curiosa, y para mí, era la primera vez que veía a otro niño. Escuché a mi madre llamarme, ella me tomó por la espalda y una señora de cabello rubio se colocó detrás de aquel niño, mi madre sonreía de forma complice con aquella señora y mi mirada era confusa, aunque parecía que la de él no. Sonrió y yo me sonrojé inocentemente, fue entonces que escuché esas palabras...

—Hola. — Se acercó a mí con la mano extendida. Yo miré con duda a mi mamá, quien asintió con aprobación y tomé la mano de aquel niño, era suave, cálida y demostraba confianza.

—Hola. — Respondí.

—Mi nombre es Draco. — Soltó mi mano. —Draco Malfoy. Tú eres _________ Lodge ¿no es cierto? — Yo asentí con lentitud, miré sus ojos y sentí el rostro de mi madre cerca de mi oreja.

—Él es tu prometido. — Susurró a mi oído. Yo confundida la miré, ella sonrió dulcemente interpretando mi mirada y volvió a hablar. —Con quien te casarás cuando tengas diecisiete. — Vi una vez más al niño, quien sonrió de manera sincera y devolví aquella sonrisa. Matrimonio... Como mamá y papá, eso era lo que seríamos él y yo algún día.

Mi infancia fue un manojo lleno de confusión, tenía en claro lo que era ser un sangre pura: Un matrimonio planeado, prejuicios y demás cosas en las que estaba en completo desacuerdo. A pesar de saber que aquel chico de ojos grises era mi prometido, no lo veía con continuidad, nos veíamos en muy pocas ocasiones y todas ellas eran reuniones de nuestros padres... Reuniones en las que platicábamos por horas, conociéndonos mejor, él me había besado algunas veces... Aunque todos fueron besos inocentes, pues habían sido por ataques de nervios, como si fuera la manera de calmarme o consolarme... Tan sólo éramos un par de niños.

Fue entonces que llegamos al esperado día en que recibí mi carta de Hogwarts. La leí con gusto y el día en el que íbamos a comprar los útiles, la familia Malfoy y la mía decidieron que sería buena idea ir todos juntos, algo que reconocí como sumamente agradable.

En realidad... yo veía a Draco más como mi amigo que mi prometido, pero sabía que ese era mi futuro, aquellos ojos grises eran mi presente, mi pasado y serían mi futuro. Él era tan parecido y diferente a mí; ambos influenciados por nuestros mayores: como comportarnos, en qué momento hablar, la manera de tratar a tus superiores e inferiores, y otras cosas más... pero Draco, a diferencia mía, denotaba arrogancia y superioridad todo el tiempo, fuera la persona con la que estuviera, a excepción de una... y esa persona era yo.