Esta es la historia de las sandiaxies, esta división del potaxio con arroz blanco donde están las potaxies de Colombia, República Dominicana, Venezuela, Puerto Rico y demás zonas tropicales.
Seguro conoces a las uvaxies, las tilinas o las kawaiis, p...
Ya conocemos a las cinco diosas que controlan la marea en el planeta tierra, pero ya es hora de movernos a otras ligas. Debemos movernos hasta el cinturón de asteroides del sistema solar de la tierra, lugar donde habitan unas entidades muy poderosas; son conocidas como las angelinas del arroz blanco, seres que poseen una estrecha relación con nuestra creadora Cristina González. Fueron creadas y enviadas por ella misma para mantener el orden universal y para cantar salsa, merengue y música tropical, pues son estos sonidos junto con sus voces lo que armonizan la vibración de nuestro universo.
Creadas en el Precámbrico (Algunas casi al mismo tiempo que Francy), su nivel de poder se encuentra inferior al de una diosa y superior al de una semidiosa, aunque claramente hay unas angelinas más poderosas que otras, todas comparten en su ser dones especiales entregados por la esencia aguacatal. Se caracterizan por ser muy sabias, amorosas, entregadas y por ser de los seres más antiguos que habitaron el universo potaxie.
Entre todo lo que envuelve a las angelinas, hay una historia a destacar, una historia que toda sandiaxie debe conocer y honrar por su significado para nuestro presente. Era la mitad del Plioceno, aproximadamente 3,6 millones de años antes de Jiafei, se acababa de dar el tratado de paz entre les fifes y les potaxies en el cual se llegaban a muchos acuerdos de convivencia entre puebles, entre estos estaba que Adriana Bottina y Paula Andrea prestarían sus servicios al planeta fife, también se concertó que una población de potaxies se iría a vivir al planeta fife para abarcar mayor territorio a nivel espacial. Junto a lo anterior se llegó al acuerdo de proteger la fauna nativa de la tierra que Francy había donado al planeta fife en el Cretácico y en el transcurso del Cenozoico.
Por su parte, las angelinas del arroz blanco serían las encargadas de tantear (Evaluar) el terreno para que les potaxies pudieran vivir allí sin correr peligro alguno, así fue que Mimi Ibarra, la reina de las angelinas del arroz blanco, envió a un grupo selecto de angelinas al planeta fife.
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La gran Mimi Ibarra
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El anillo de asteroides vecino a la tierra
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Algunas angelinas del arroz blanco
La llegada de las angelinas al planeta fife fue todo un acontecimiento, organizaron un concierto y una feria de bienvenida, a les fifes les parecieron hermosas y al poco tiempo cada una tomó por su lado para ver cómo era la marea en este planeta. El grupo se conformaba por seis angelinas, en orden de izquierda a derecha: Jailene, Jessica, Yamilette, Olga, Giselle y Ashley.
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De todas ellas, Yamillette y Jessica serán muy importantes a partir de aquí, especialmente Yamillette, pues esta sin saberlo se convertiría en la libertadora potaxie.
Se sabe que a Olga, a Giselle y a Jessica les fue muy bien en el planeta fife; Jessica tenía un encanto especial, hoy sabemos que ese encanto se llama el poder del guión y con este las cosas se fueron dando para ella en gracia.
A Yamillette le iba bien hasta que sufrió la desgracia de enamorarse no de uno, sino de varios fifes, a estas alturas es bien sabido lo que pasa cuando una potaxie de cualquier división se enamora de un fife, agárrense porque aquí viene el registro: Uno la discriminó por ser de una raza alienígena, otro le dio falsas ilusiones, uno la cambió por otra (Por una fife), uno difamó de ella diciendo que era una loca tóxica (Casi termina en un psiquiátrico por eso), uno la calumnió y la tachó de acosadora, uno le dijo que solo era una amiga más, uno le salió drogadicto, dos le salieron casados, tres le fueron infieles, uno le salió alcohólico y otro le salió con creencias limitantes (Historias mal contadas).
Todas estas experiencias sucedieron en un transcurso de catorce años, al final Yamillette se enteró de la verdad; con este tratado de paz el daño que les fifes hacían no se había acabado, había evolucionado. Yamillette entendió que enamorarse de un fife era tres veces peor que ser sentenciada a muerte.
Pero lo peor aún no llegaba, como ya se dijo anteriormente, las angelinas estaban ahí tanteando el terreno para les potaxies que llegarían quince años después de ellas para hacer valer los acuerdos del tratado de paz; el momento había llegado y Yamillette se había dado cuenta tarde.
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En la realidad de nuestra creadora, Jessica Cristina es una cantante Puertorriqueña de merengue (principalmente) y de pop latino, es la voz más potente de todo el merengue femenino.
