Estaba estudiando en mi casa, el domingo era uno de mis días libres, y lo iba a aprovechar para estudiar. No quedaba mucho para que acabara mi grado, por lo tanto tenía que estudiar más que nunca, mi ¿relación? Con Pedro iba genial, aunque no habíamos hablado sobre el tema, no nos habíamos puesto etiquetas de ser pareja formal ni nada por el estilo. Pero sin duda creo que estamos en una relación, desde esa noche en mi casa venía cada día a la cafetería. Pedía el mismo café siempre, poniendo de excusa que la vainilla era uno de sus sabores favoritos, incluso un día vino con su hermano. Le dijo que nos estábamos conociendo y él me aceptó enseguida, sin duda estaba feliz e ilusionado. Tanto que le había hablado de Pedro a mis padres y a mi hermana, parece que todo fluye.
Era bastante temprano pero yo ya estaba estudiando, no quería desaprovechar el tiempo. Yo creía que mi domingo iba a ser un domingo de estar en casa, estudiando con un café y darme el lujo de pedir comida, aunque fuese un simple McDonalds. Pero ese plan se esfumó de mi cabeza cuando tocaron al timbre, ¿quien coño toca al timbre a las 8 de la mañana?. Me levanté de la mesa y caminé hasta la puerta de la casa, sin mirar por la mirilla abrí y me encontré con un Pedri sonriente con una bolsa y un par de cafés en la mano.
-Buenos días mi vida, te traje un café.-Dijo sonriendo mientras me daba un pico y se adentraba en mi piso.
-Vienes muy sonriente tu.-Le miré analizando su cara y bajé la mirada a la bolsa.-¿Que llevas en esa bolsa?.-Dije señalándola con el dedo.
-Espero que no tengas un plan para esta tarde.-Dijo dándome el café mientras yo le daba un sorbo.-Esto es una camiseta del Barça que, obviamente es mi dorsal.-Dijo sacándola mientas le daba otro sorbo al café y asentía.-Y esto.-Dijo sacando un papel que parecía un billete.-Es una entrada para que vengas a verme al partido de esta tarde con mi hermano y mis padres.-Sentía como el café se me atragantaba y tosí, jugaría que me salió el café hasta por la nariz.-Ey cariño ¿Estás bien?.-Dijo dándome golpecitos en la espalda.
-¿Como que un partido esta tarde?.-Hice una pausa.-¿¡COMO QUE CON TUS PADRES!?.-Empecé a agobiarme imaginándome muchos escenarios, no le caía bien a los padres de Pedri. El me deja porque a los aficionados no les parece bien que Pedri salga con un chico... miles de escenarios y ninguno con un final bonito.
-Si cariño, un partido esta tarde. No se si lo sabes, imagino que si, pero es el final de la liga.-Hizo una pausa para mirarme y sonreírme.-Y me gustaría que estuviera mi familia y mi novio.-Me cogió ambas manos mientras las acariciaba con su pulgar, ¿novio? ¿Había escuchado bien? Unos nervios empezaron a crecer en mi estómago, y unas mariposas revoloteaban hasta llegar a mi garganta.
-¿Novio?.-Él hizo una mueca.-Osea no quiero decir que no quiera serlo, pero nunca hablamos del tema...-No sabía que decirle, era obvio que iba a ir a verle, porque si era su felicidad y su ilusión, también era la mía.
-Ya, nunca hablamos de eso pero siento que es la palabra que más te define.-Puso su mano en mi mejilla y me besó, era un beso real, con significado, en ese beso me estaba diciendo que todo lo que decía lo estaba diciendo con el corazón.
-Te amo.-Le dije correspondiéndole el beso.
-Yo también te amo.
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Estaba en el Camp Nou, acababa de darle la entrada al señor de la puerta. El chico me dijo que estaba en el palco donde se ponen las familias y parejas de los jugadores, por lo tanto me preguntó mi nombre para ver si estaba en la lista. Una vez comprobado me guío hasta una sala donde había un catering, me dijo que los jugadores solían subir aquí y que está zona era donde podías comer y beber hasta que empezara el partido.
Yo me sentía un poco apartado, no conocía a nadie, había cogido una copa de champán, sinceramente me la merecía. Pensaba que no iba a hablar con nadie hasta que acababa el partido y viera a Pedri, pero de repente se acercó Fer, el hermano de Pedri.