—¿Entonces aceptas?—. La mirada fría y las manos apretando mi cuerpo me aterraban y al mismo tiempo me hacia sentir segura.
Los ojos azules de Fernando estaban clavados en el escote de mi blusa, se mordía los labios mientras sus manos acariciaban mi cabello castaño.
Quería gritar a los cuatro vientos que aceptaba ese trato, pero no salía nada de mi boca así que solo junte mis labios con los suyos.
Pero antes quiero presentarme, mi nombre es Amelia, actualmente tengo diecisiete años y vivo en una pequeña ciudad.
Esta historia inicia desde hace algunos años atrás, la noche en la que yo perdí a mis padres, primero perdí a mi mamá debido al cáncer y algunas semanas después mi padre se quita la vida debido a la culpa y al duelo. Yo tenía solo ocho años y me fui a vivir con mi tía, mi tío y mis dos primas mayores.
"Nueve años atrás"
—Bienvenida linda, espero que te sientas feliz aquí y ten por seguro que yo siempre voy a estar para ti—. Dice mi tía abrazándome y besando mi cabeza.
Sentir esa sensación me hizo soltar en llanto, recordaba las manos de mi mamá y extrañaba muchos sus besos.
Entramos a la casa cuando me sentí mejor y vi a Emerald y Goldie. Ellas me saludaron algo molestas y subí al segundo piso, habían cuatro recamarás arriba: Una de Goldie, una que era la de Emerald, la de mis tíos y una que estaba cerrada con llave.
"¿Dónde iba a dormir yo?". Pensé al ver que no había otra recamará libre, pero al parecer mi tía leyó mi pensamiento.
—Puedes dormir en la recámara de E y que ella duerma con Goldie—. Dijo y no evite sentirme apenada.
—No quiero ser molestia, mi mamá me contó que ustedes tenían un ático, si gustan puedo dormir ahí—. Les dije amablemente ya que sentía la mirada asesina de Emerald sobre mi.
—Ya lo hablamos, ya está la habitación libre de E por si quieres acomodarte, ya debo irme a trabajar, pero cualquier cosa que necesites, le puedes avisar a Beto—. Dijo mi tía para luego besarme la frente e irse a trabajar.
Entre a la habitación, era muy grande. Tenía una cama gigante que era demasiado cómoda, había un escritorio que tenía una laptop, un celular nuevo, tenía libros y cuadernos. Fui al baño y me emocione al ver lo hermoso, elegante y grande que estaba. No estaba acostumbrada a tanta elegancia; fui al armario y vi ropa nueva, eran vestidos hermosos, blusas de diseñador, jeans de marcas y accesorios que sin duda eran caros.
Luego de bañarme, saqué una pantalonera azul y una sudadera blanca, me acosté en la cama y mire las fotografías que tenía con mi mamá y mi papá.
—Amelia, despierta idiota—. Dijo Emerald, sus ojos verdes se quedaron viendo los míos, su mirada expresaba enojo y envidia.
—¿Te gusta tu nuevo cuarto, mocosa?—. Mencionó Goldie mientras me jalaba del cabello y me tiraba al piso.
—Suéltame, no te hice nada malo, le voy a decir mi tía que me estás lastimando—. Dije llorando y ella paró, iba a alejarme pero me aventó contra la pared. Estaba llorando en la cama mientras las miraba con odio y ellas a mi.
-Dices algo y te matamos idiota-. Dijo para luego salir de mi cuarto.
"Tres meses antes"
En tres meses cumplo mis diecisiete años, estaba emocionada y planeaba con mis amigos una increíble fiesta.
—Invita a Edward a tu fiesta—. Dijo Michell y yo me reí nerviosa.
—Es un bobo, además sale con Goldie—. Dije haciendo una mueca de asco.
—¿Qué le ve a esa perra? Ni siquiera es tan bonita, además no ve que le es infiel—. Preguntó Michelle e hice que se callará.
—Tal vez porque tiene una bonita cara, sus ojos azules, su pelo rubio y su lindo cuerpo hace babear a todos—. Dije sin despegar mi cel del celular.
—Ni está tan bonita, sus ojos están demasiado separados, sus dientes están chuecos, su cuerpo ni es tan bonito y además de eso es bien odiosa y presumida—. Dijo Michelle haciéndome reír.
Amaba su sinceridad y confianza, ella era la típica chica que no tenía pelos en la lengua y decía todo con sinceridad algo que a todos o a la mayoría les gustaba.
Envié mi invitación a todos los grupos de la escuela. Estaba emocionada, iba a ser la fiesta del siglo y yo sería la protagonista de aquella fiesta. Todos hablarían de lo perfecta que lucía y la perfección en aquella fiesta, rápidamente tome mis cosas y me dirigí al salón.
—Hola Amelia, te traje tu tarea hecha además de estos chocolates—. Las manos de Oscar tenían mis libros y en su rostro tenía con una sonrisa boba; él es el nerd del salón y por eso no tiene muchos amigos a excepción del resto de nerds.
No voy a mentir, es lindo, tiene los ojos café claro y su pelo café oscuro, se ve que hace ejercicio y que es elegante.
—Gracias Oscar, en la tarde te pago con un helado—. Dije intentando alejarme de él, pero él me acorraló en la pared.
—Se que estás planeando tu fiesta y me gustaría ser tu acompañante, pasar la noche contigo. Amelia, me gustas mucho y estoy harto de ver cómo todos pueden acercarse a ti excepto yo y no quiero parecer celoso pero quiero que enserio estés conmigo—. La sinceridad con la que lo dijo me dejó perpleja.
—Tu igual me gustas Oscar, eres increíble y lindo y me gustas desde el primer día-. Dije sonriendo para luego darle un beso en la comisura de los labios. Saque de mi bolsa una invitación y se la di para después irme a mi lugar.
Oscar es un nerd, es lindo y todo, pero mi corazón le pertenece a FERNANDO, aquel hombre que jamás en la vida va a corresponder lo que siento. Oscar es lo opuesto a él y puedo sacar provecho de la situación en la que ahora me encuentro.
Estaba metida en mi celular cuando de pronto oí esa voz que me vuelve loca, ese hombre estaba entrando al salón y se sentaba en la silla del maestro. No podía quitar mi mirada de él, aunque se que es hijo del maestro de literatura y que tiene poco más de veinte años, pero eso no evita que desee ser su novia y que me haga lo que llevo por años escribiendo.
Nadie sabe que ese chico me gusta, ni siquiera yo lo sabía, no sabía hasta donde estaba dispuesta a llegar con tal de conquistarlo. Ni tampoco del daño que nos haríamos...
ESE CHICO ME HACE PREGUNTARME... ¿Cuál es la línea que marca entre el amor y el placer?
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Entre el amor y el placer
Teen Fiction¿Qué harías si tu crush te quiere solo para sexo? ¿Aceptarías o rechazarías? Amelia es una chica popular en su escuela, pero fuera de ella vive un infierno... Hasta que conoce a Fernando y se dará cuenta de la delgada línea entre el amor y el placer.