- ¿Entonces eres una qué? – preguntó Terrence
- Una elemental, es algo complicado de explicar. Pero en sí hay cuatro razas de elementales, agua, fuego, tierra y aire, al que yo pertenezco
- ¿Entonces controlas las nubes? – Emma rio
- El aire más bien, puedo controlar las corrientes de aire, puedo hacer que vayan más rápido o más despacio y gracias a eso puedo mover objetos, como si fuera telequinesis, pero no lo es, solo es aire – volvió a reír
- Nunca me quisiste contar sobre ti ¿por qué ahora?
- Porque ahora somos uno, y no debo guardarte secretos
- ¿Qué hay de tus padres?
- Te dije que es complicado explicar sobre los elementales, siendo sincera ni siquiera sé si tengo padres, no sé ni cómo llegué a Ashkaly
Los días, meses y años pasaron, y ambos parecían estar tan enamorados como la primera vez, tanto fue su cariño y deseo mutuo que tras seis años de matrimonio su amor dio fruto.
- ¿Embarazada? – preguntaba Terrence incrédulo - ¿Es verdad?
- Pensé que no podríamos, los cielos se apiadaron de nosotros y nos enviaron un hermoso regalo. Seremos padres Terrence
Ambos esperaron con gran devoción el nacimiento de su primogénita, estaban tan felices de que una niña viniera en camino, sin embargo entre más se acercaba el momento de parto, la preocupación los invadía, tenían miedo que algo saliera mal. ¿Cómo era posible que naciera una hibrida? Casi no se tenían registros, era una en un millón. Finalmente, tras nueve meses de espera el momento de conocer a su pequeña había llegado, era un viernes por la noche cuando Terrence manejó apresurado hacia el hospital más cercano, pues la fuente de Emma se había roto.
Terrence se quedó en la sala de espera, rezando que todo saliera bien, pero sobre todo se encontraba entusiasmado pues en unos minutos tendría entre sus brazos a su querida hija. Sin embargo su felicidad se desvaneció cuando el médico salió a darle la noticia que su bebé había nacido sin vida.
- ¡No, no, no! Terrence dime que no es verdad por favor, nuestra bebé no – Emma lloraba desconsoladamente
- Lo siento tanto Emma – Terrence aguantaba las lágrimas, no podía permitirse derrumbarse
- Terrence, tengo que ir a Ashkaly, estoy segura que encontraremos una solución
- Sabes perfectamente que cuando renuncias a ser residente, no puedes volver más
- Ve a nuestro hogar, tengo la daga del portal, nos vemos en el parque Cris en media hora
Terrence no estaba seguro de lo que haría Emma, pero aun así le hizo caso, y tal y como quedaron, ambos se vieron en el parque Cris. Emma se había teletransportado con todo y bata del hospital y en sus brazos yacía el cuerpecito envuelto de su hija en una sábana, Terrence le dio la daga a Emma, y esta rasgó el aire abriendo un portal hacia Ashkaly
- ¿Cómo conseguiste esa daga?
- ¿No es obvio? La robé – sonrió tratando de dejar la tristeza que le invadía hace un momento – Los humanos no pueden cruzar nuestros portales, espérame aquí
- Nuestra hija es mitad humana ¿estás segura que pasará?
- Eso quiero creer – tras esas palabras cruzó el portal y al instante se cerró. Terrence se quedó ahí, suplicando que las dos hayan pasado con bien
Emma al momento de poner un pie en Ashkaly, con sus últimas fuerzas se teletransportó al templo de la sacerdotisa, allí le pidió ayuda.
- Por favor, te lo suplico, sé que solamente tú conoces una forma de salvarla. Todavía no pasan 7 horas, todavía puedes recuperar su alma
- Emma, sabías que los bebés híbridos no siempre se logran y en casos así no puedo hacer nada – Emma soltó más lágrimas y abrazó fuertemente a su hija, estaba por irse cuando la sacerdotisa la detuvo – Sin embargo, veo algo especial en ella – descubrió la cabeza de la bebé y posó su mano sobre ella – Pobre criatura, es tan pequeña y su destino ya está sellado, ella logrará muchas cosas
- ¿De qué habla?
- No debemos interferir con el futuro o el mundo se convertiría en un desastre, me gustaría impedirlo, pero no es mi deber
La sacerdotisa junto con Emma y la bebé se introdujeron al centro de la laguna y ahí comenzó un ritual. El cielo se volvió celeste y dorado con destellos lilas, el suelo y el agua se sacudieron y del fondo de la laguna emergió un gran cristal, un ópalo quien parecía albergar el universo. El ópalo emanaba un gran destello, tanto que hizo que la noche fuera día, la sacerdotisa introdujo su mano dentro del ópalo y sacó un cristal. Después cargó en sus brazos a la bebé y dejó reposando el cristal en el pecho de la niña a nivel de su corazón, tras unos minutos el cristal se absorbió completamente y en unos instantes la hija de Emma volvió a la vida.
Emma no pudo evitar llorar de felicidad al escuchar por primera vez el llanto de su pequeña, la tomó entre sus brazos y la abrazó con ternura; le agradeció a la sacerdotisa y se fue nuevamente al plano humano en donde los esperaba Terrence con angustia, sin embargo esta se disipó cuando vio salir del portal a Emma con una gran sonrisa. Terrence corrió hacia ella y la abrazó.
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ASHKALY: en búsqueda de la verdad
Roman d'amourMilena es una huérfana que a menudo se sentía como si no perteneciera a ningún lado. Sin embargo cuando conoce a un chico que la lleva a Ashkaly, una dimensión alterna donde viven seres míticos, se da cuenta que su lugar siempre fue ahí, y que tal v...