Capítulo 22. Baella

2 0 0
                                    

Los años posteriores pasaron con normalidad, Baella a quién le pusieron por nombre, creció como cualquier otra niña humana, fue educada con cariño y respeto, sus padres siempre fueron cuidadosos con ella, después de todo no sabían si había una posibilidad que heredara algún poder de su madre. Durante sus primeros seis años Baella no presentó nada extraño, por lo que sus padres decidieron no hablarle sobre Ashkaly, sin embargo a medio año de cumplir los siete Baella comenzó a hacer cosas que ningún humano ni mucho menos un residente de Ashkaly pudiera hacer, la pequeña niña abría portales hacia el plano 73.

- Cariño ¿podrías mostrarnos lo que has estado haciendo? – Emma se agachó para quedar al nivel de Baella, mientras su padre la miraba atónito. La niña con un solo movimiento de mano hizo aparecer un portal

- ¿Cómo es eso posible? ¿No se necesitaba de una daga especial? – preguntó Terrence

- Sí, nunca se ha tenido registro que un residente de Ashkaly pueda hacer esto, ni siquiera los más poderosos

- ¡Ashkaly! Vamos mamá, me gusta mucho el Tendi

- ¿Trendi? ¿Cómo sabes qué es eso? – Emma miró a su hija esperando una respuesta, y finalmente lo entendió – Baella ¿has estado cruzando los portales? ¿desde cuándo?

Emma y Terrence no sabían que su hija no sólo podía crear portales, sino que también podía visitar Ashkaly a través de sus sueños. Desde que Baella tenía cinco años había estado visitando el plano 73 sin que se diera cuenta, al inicio ella pensó que solo eran sueños pero después de que empezó a abrir portales se dio cuenta que Ashkaly no era parte de su imaginación, todo eso era posible debido al cristal que ahora llevaba por corazón. Los padres de Baella no tuvieron más opción que comenzar a educarla sobre el mundo del que provenía su madre, le hablaron sobre su origen y cómo debía ocultar que era diferente a los demás niños.

- ¿Crees que ella pueda manejar el viento como tú? – preguntó Terrence a Emma, quienes ya se encontraban acostados

- No ha dado indicios que me hagan pensar que lo heredó, tal vez más grande lo hará – Emma guardó silenció - ¿Oíste eso?

Ambos se levantaron y se dirigieron hacia la habitación de Baella, quien se escuchaba hablar con alguien más, abrieron la puerta de su habitación y quedaron sorprendidos al ver a niños residentes de Ashkaly entrando y saliendo de los portales que Baella había creado, los niños al ver a Emma y Terrence gritaron y entraron nuevamente al portal, a excepción de uno quien no pareció darle importancia, por lo que siguió corriendo y jugando con Baella. Sus padres trataron de detenerlos colocándose frente a los portales para evitar que siguieran jugando, sin embargo en un mal movimiento tanto como el niño como Terrence terminaron cayendo al portal.

- ¡Baella suficiente! – Gritó Emma mientras se aproximaba al portal por el que su esposo había caído, por otra parte Baella se detuvo y vio a su madre, quien comenzaba a derramar lágrimas, después de todo ningún humano podía cruzar un portal sin antes morir

- Mamá no llores, vamos con papá – Baella jalaba a su madre para que la siguiera

- Papá ya no está – sollozó Emma. Baella no entendía que le pasaba a su madre, así que dio un salto adentro del portal, Emma ya enfurecida la siguió adentro, estaba por reprender a Baella, cuando todo su dolor y enojo se disipó al ver a Terrence sano y salvo, quien se encontraba abrazando a su hija. Emma se limpió las lágrimas y corrió hacia ellos. Poco después se dieron cuenta que los portales que creaba su hija, hacia posible que los humanos también entraran.

Si bien Emma sabía que estaba prohibido ingresar humanos a Ashkaly, a ella no le pareció mala idea viajar unas cuentas veces con su familia para que conocieran el lugar en donde creció, ingresaron a Ashkaly tanto, que incluso Baella adoptó algunos comportamientos de ahí e incluso había hecho amigos.

Todo parecía ir a la perfección, sin embargo nada puede ser perfecto. Cuando Baella cumplió siete años se desató una lucha interna cuya razón era desconocida, parecía que no les afectaría a los residentes que estaban en ciudades lejanas a la capital, sin embargo en solo unos meses inició una guerra civil que afectó a la tribu niebla, un clan que acogió a Emma y a su familia.

Era el segundo día que Emma y su familia se quedaba en la tribu niebla, cuando a lo lejos escuchó gritos y objetos siendo destruidos, salieron de su casa improvisada y vieron como los habitantes del clan corrían despavoridos. Emma quien tenía un gran sentido de la justicia, no pudo simplemente huir al plano humano.

- Terrence, no puedo dejarlos, es mi gente. Vete con Baella, pónganse a salvo

- No iremos a ningún lado, yo no podré ser de ayuda, pero nuestra hija puede abrir portales, podemos ayudarlos a huir – Emma regresó a la tribu para rescatar a quienes se habían quedado. Cuando el último salió se dirigieron con Terrence y Baella, quienes los esperaban con un portal que los llevaba a un lugar dentro de Ashkaly, lejos de aquella lucha.

Emma junto con su familia desde aquella vez no volvieron más al plano humano, se quedaron en Ashkaly ayudando a los sobrevivientes de la tribu niebla a construir un nuevo lugar para quedarse. Y así pasaron dos años en donde pensaron que ya todo había quedado atrás.

ASHKALY: en búsqueda de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora