ESPECIAL 01:
Mark Lee.Lágrimas de la primera nevada.
Si tan sólo pudiera volver un año atrás, ¿lo nuestro sería diferente?
Las letras se mezclaban entre ellas frente a sus cansados ojos. Si parpadeaba a una vez más, podría sentir el ardor carcomer sus cuencas áridas al punto de robarle un jadeo doloroso. Había perdido la cuenta de todas las horas desperdiciadas que invirtió en vano al intentar escribir su reseña final para literatura clásica II, pero lo cierto era que, de mil quinientas palabras, él sólo llevaba cien a duras penas. Observó cansado el puntero de su laptop, pulsando la última oración que dejó a medias y que esperaba porque la completase. El reloj digital a su lado marcaba las ocho en punto de la mañana, y sus dedos paralizados ya no le permitirían escribir alguna cosa más antes que perdiese el conocimiento.
—Hyung —Llamó la voz rasposa a sus espaldas, dando indicios de que estaba despertando de un profundo sueño. Él se acomodó en su escritorio de madera blanca, tenso ante el inminente hecho que, reprobaría la asignatura si no entregaba aquél condenado ensayo—. Hyung —Volvió a llamar a sus espaldas. Por un momento, se maldijo por haber dejado abierta la puerta de su habitación en busca de un poco de la calefacción general del departamento que compartía—. Maldita sea, Mark Lee, ¿estás ahí? —El chico llegó a él adormilado, agitando su cuerpo al agitarlo bruscamente por el hombro hasta despegarlo de su silla.
Mark tuvo una reacción tardía, dejando expuestos sus aletargados movimientos cuando quiso pelear contra el chico que lo atacaba. Quejándose, despeinó ya su crecido cabello enmarañado mientras murmuraba cosas incomprensibles despotricando contra su hermano menor. Jeno chistó con su lengua en respuesta, restándole importancia al evidente hecho que, le debía respeto por sus diferencias de edades. Lo sabía, sabía lo mucho que su hermano menor vivía preocupado por él y su escasa salud mental de esos últimos días.
Estaba lleno de problemas, ¿pero aquello era un secreto para quién? Según los demás, era algo oculto para todos. En su cabeza, él creía que todo mundo a su alrededor conocía el desastre hecho persona que era. Sin embargo, la realidad era muy diferente a lo que en la mente del chico se desarrollaba. Incluso para la prensa amarillista, Minhyung era el hijo más racional de los Lee, sobrepasando al mayor, Taeyong, y siendo llamado "El príncipe con cerebro". Era el que mantenía los problemas en las sombras, el buen ambiente y las amables sonrisas, Mark era, sin dudas, el chico que todo mundo querría tener como futuro heredero.
No obstante, todo aquello era una buena fachada. Él estaba deshecho, deshecho por dentro. Y también se hallaba poco cuerdo, la verdad.
—Se acabó, no toleraré que pases un día más sin dormir —Jeno no alzaba su voz, nunca. Pero lucía al borde de su impaciencia, paseando sus pies descalzos por todo el piso brillante y enmaderado—. Sé que mamá te tiene el cerebro frito por todo lo del supuesto divorcio, y que papá está presionándote por tus calificaciones. Aún así, sigues preocupándote por todo lo que ocurre con Minyoung noona, pero ella ya está bien, está segura por el momento —Puntualizando todo, Mark creyó que perdería el conocimiento debido al cansancio que lo consumía—. Pero es obvio que tu insomnio viene gracias a otra cosa. Joder, Hendery hyung y yo sabemos que es por Lee Donghyuck.
—Acusándolo sin previo aviso, él se sintió acorralado.El recién anunciado divorcio de sus padres, sin dudas, era una noticia que no terminaba de digerir. Tenía un nudo atrapado en su garganta cuando la llamada de su desconsolada madre le despertó en medio de la noche hacía tres días atrás contándole la decisión que había tomado Lee Minyeon. El nudo en la garganta de Mark aún seguía intacto, justo como la madrugada de hace tres días atrás, tirante y asfixiante, a la espera de ahogarlo al fin. Le carcomía el cerebro pensar que el sacrificio que había hecho su gemela por salvar el matrimonio roto de sus padres fue en vano, totalmente en vano, porque la decisión ya estaba tomada mucho antes que Miranda cediese ante las absurdas peticiones de su padre.
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𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]
Hayran Kurgu« Oh, pobre niña rica... ¿O debería decir, pobre niña pobre? » El lugar de una mujer de alta sociedad estaba más que claro: tras las espaldas de un hombre. Miranda Lee no fue hecha para ir detrás de nadie, y le demostraría a cualquiera lo contrario...