Capítulo 25: Un nuevo ángel

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Brianna

Siempre me han gustado los días lluviosos, tienen un encanto participar que las personas no saben apreciar, solo que a medida que más tiempo permanecía en San Jorge, estos comenzaban a perder su encanto.

La fuerte lluvia azotando contra mi ventana me advirtió que ese día se avecinaba una tormenta, a pesar de eso y el anuncio del mal tiempo, nada evitó que las clases se suspendieran un lunes por la mañana y mucho menos que la hermana Socorro o la hermana María iniciaran la semana con su típico sermón.

Faltaba aproximadamente una hora para que tuviera que levantarme y alistar mis cosas para comenzar la mañana, a pesar de eso, ya me encontraba vestida con mi uniforme; además de un pesado abrigo y unas horribles botas de lluvia para complementar mi estilo.

Últimamente, Kristal y yo caminábamos juntas, evitando encontrarnos con Valentina, cada vez que nos dirigimos a clases. Incluso, preferíamos saltarnos el desayuno o la cena con tal de no ver su rostro a una distancia cercana, pero esa mañana ni siquiera quería encontrarme con mi mejor amiga.

No había podido descansar mi mente del fin de semana, por lo que preferí enviarle un mensaje de texto, diciendo que necesitaba estudiar, aunque no fuera verdad. Necesitaba mi espacio, aclarar mi mente de ciertas situaciones y lo mejor para ello era estar sola.

No podía irme de lengua y contarle a Kristal algo que tal vez no debía y justo en ese instante, mi interior me gritaba que no debía arriesgar a nadie, no cuando no sabía a qué me enfrentaba.

Así que con toda la determinación pude, tomé entre mis manos la caja que había sido dejada durante la noche del viernes en mi cuarto y salí del lugar. Necesitaba sacarla de mi vista lo más rápido posible, así que cuando estuve lo suficientemente lejos de los dormitorios, la dejé caer en la primera papelera que encontré; soltando con ello un suspiro tan largo y desesperado que cualquiera que estuvo a mi alrededor pudo notarlo.

Era como si la tensión acumulada del fin de semana hubiese desaparecido de mi cuerpo y con ello las pesadillas que se habían apoderado de mi cabeza las pasadas tres noches.

No me importaba que justo ese momento el abrigo que llevaba se estuviera mojando y que el patio pareciese inundarse cada vez más. A medida que me dirigía hacia el edificio principal, totalmente desolado, solo me importaba que aquella caja había desaparecido en la oscuridad de un bote de basura.

Cuando llegué al lugar, la lluvia había cesado un poco, a pesar de ello, no había rastro de ningún estudiante; excepto por un chico que le daba largas caladas a un cigarrillo con cara de exasperación. Al principio no me acerqué, sino que me quedé quieta, esperando que las puertas del lugar se abrieran para poder ingresar.

Eso me llevaría aproximadamente una hora de espera, pero no me importo. Por lo que tome asiento en una banca, cerca de la entrada, pero lejos de la única persona que estaba en el lugar.

Tenía una postura familiar, a pesar de que parecía perdido en sus pensamientos, y solo pude confirmar mi sospecha cuando este alzó la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos, haciendo por primera vez en esa mañana contacto visual.

Sebastián Alonzo.

Un chico con el que podía contar con los dedos de mis manos las veces en las que habíamos entablado una conversación, pero también la única persona en todo el campus con la que Alec tenía alguna clase de amistad. Hasta la llegada de Ethan al internado, jamás lo había visto cruzar más de diez palabras con otro ser humano que no fuera Sebastián o Aleksandra, y por lo tanto, tal vez tenía algo que me pudiese interesar.

Sabía que las cosas eran fáciles de solucionar enviando un DM por Instagram o escribiendo un mensaje por Facebook, pero no quería parecer desesperada ni demasiado preocupada. Nunca había estado en una relación con alguien y tampoco sabía cuál era el papel de una novia para Alec; lo único que sí supe, fue que antes de que me diera cuenta, mis pies ya estaban llevándome al único estudiante que me podía ayudar.

Psicosis: bajos instintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora