Capítulo 18. Intento

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POV Narrador

Genya se encontraba en un largo pasillo oscuro, nada de ese lugar le sonaba no entendía que hacía ahí exactamente, justo cuando iba a llamar a su hermano escuchó unos gemidos detrás de la única puerta que había en ese pasillo, prefirió pasar de esos gemidos y alejarse de allí pero cada paso que daba para alejarse esos gemidos se aumentaron, percatándose que estos pertenecían a una mujer, se tapó las orejas para dejar de escucharlos hasta que esa voz pronunció un nombre que lo hizo comenzar a negarse mientras que por fin decidió caminar hacia esa puerta, sin pensarlo dos veces abrió y la imagen que vio le hizo helar la sangre.


Comenzó a negar, como si esas negaciones hicieran que esa imagen se eliminara, hasta que una voz masculina comenzó a decir su nombre, volvió a taparse los oídos y cerró los ojos, aún así la voz masculina no paro de llamarlo hasta que decidió volver a abrir los ojos.


—Genya.

—Aniki —se levantó rápidamente quedando sentado mientras su hermano lo miraba con sorpresa —ha sido una pesadilla, solo una pesadilla —la respiración agitada al ver que se encontraba en su cama junto a su hermano—.

—¿Y qué mierda estabas soñando para decir tanto no?

—Con esos años de los que no quiero hablar.

—Ya veo, venga volvamos a dormir, si quieres te cogeré la mano para que no te den pesadillas.

—No tengo cinco años —sacó sus piernas de la cama y se puso las pantuflas —voy a ir un momento al baño.

—¿Quieres que vaya contigo?

—No te preocupes Aniki, solo será unos minutos.

—Ok, por cualquier cosa me avisas.


Tras sonreírle a su hermano salió del dormitorio y puso paso al baño, donde nada más entrar cerró la puerta. Y fue al lavabo para echarse agua en la cara. Le había metido a su hermano, pero ¿cómo iba a decirle exactamente lo que había soñado? Solo con recordarlo sus mejillas se tornaron a un color rojo. Tras tranquilizarse un poco más volvió a su habitación, allí su hermano ya estaba dormido, volvió a colocarse en su espacio de la cama y antes de dormirse le dio un beso en los labios para girarse en la posición que estaba para dormirse, lo que no sabía era que su hermano seguía despierto y no pudo evitar sonreír por el beso, así que cuando Genya ya se había girado este lo abrazó y lo acercó a su cuerpo para dormir en esa postura.


Aprovechando que el día siguiente era sábado todos en esa casa estuvieron todo lo que quisieron en la cama. Acabaron despertándose aproximadamente a las 12 del mediodía, debido a la hora pensaron esperar directamente para almorzar, tras comer el resto del día fue normal hasta llegar la noche donde tras cenar cada pareja se fue a un dormitorio aunque al cuarto de Sanemi fue solamente Genya ya que su hermano iba a ducharse. Debido a que el pelinegro se encontró mejor tomo la decisión de darle el segundo regalo a su hermano, mientras que su hermano estaba en el baño, este comenzó a desnudarse dejándose solamente sus bóxer, aunque tenía seguridad se sonrojó al ver a su hermano entrar al cuarto con solamente una toalla alrededor de su cintura y otra en los hombros secándose el pelo.


—Genya, ¿qué estás haciendo?

—Ya me encuentro mejor, quiero darte tu regalo.

—¿Estás seguro? —su voz se agravó mientras se acercaba a su hermano—.

—Sí.

—¿Tienes experiencia? ¿Lo has hecho alguna vez? —el menor negó —espera, ¿eres virgen?

—Si, quería esperar a Aniki, ¿tú si lo has hecho? —le preguntó mientras su hermano lo tumbaba en la cama y comenzó a besarlo en el cuello—.

—Yo sí.

—¿Fue con Kanae? —los labios del alvino se pararon—.

—¿De verdad quieres hablar de eso? Aquellos años son difíciles de hablar.

—¿Tenía mejor cuerpo que yo?

—Genya, es diferente, ella era una chica y tú eres un chico —siguió bajando sus besos —relájate, el estrés no ayuda en un momento como este —bajó sus manos hasta la ropa interior y comenzó a bajarla—.

—Aniki...

—Tranquilo, te prepararé, intentaré que no te duela

—"A mí no me tuvo que preparar" —esa voz sonó en la cabeza de Genya—.

—Aniki para.

—¿Qué? ¿¡Ahora me dices que pare!? —miró a su hermano bastante molesto pero se calmó al ver unas lágrimas corriendo por sus mejillas —Genya... tranquilo hermano —volvió a acomodarle la ropa interior y tras acercarse a su rostro le dio un beso en la frente —está bien, otro día será.

—Lo siento de verdad.

—Tranquilo —se levantó de la cama— duérmete, voy a ponerme los bóxer.

—Vale —se levantó del lugar donde estaba y tras caminar alrededor de la cama para ir a su lado de la cama se tumbó dándole la espalda a su hermano quien terminaba de secarse y se puso la ropa interior—.


Continuará...

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