≈Prólogo≈

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Todo en ese lugar se sentía tan tranquilo, era un lugar espectacular, una pequeña cabaña en mitad de un bosque hermoso, ¿Qué hacía allí? No lo sabía, pero quería seguir ahí, comenzó a recorrer el bosque, alejándose de la cabaña en la que se encontraba, por alguna razón le parecía muy familiar y no sabía porqué, estaba siguiendo un camino que no podía ser visto pero que aún así lo tenía claro, lo guiaba algo más allá de él. Los paisajes eran de lo más hermoso que había visto, tan hermoso que ni siquiera podía describirlo, nunca había visto tanta naturaleza en su vida, llegó a un lago y se sentó ahí para apreciar la belleza de lo que estaba viviendo, ¿Qué era ahí? Y más importante, ¿Qué hacía ahí? No sabía la respuesta y tampoco entendía lo que pasaba, pero se dejaba llevar.

A lo lejos empezó a escuchar una voz que cantaba su nombre, una voz que podía escuchar pero no reconocía, ¿Quién lo llamaba?, Rápidamente se levantó y regreso por el camino a la cabaña, la voz cada vez se hacía más fuerte pero seguía sin saber de quién era, o si, al menos, había escuchado esa voz en su vida. Una vez llegó de nuevo a la cabaña vio ahí parado a un hombre, alto y fornido podía ver, estaba de espaldas, solo podía ver su ropaje y su largo cabello rojizo oscuro, agarrado en una coleta que caía por toda su espalda, ¿Quién era ese hombre? ¿Porqué lo llamaba? Seguía sin entender la situación, quiso hablar y no pudo, quiso moverse y no pudo, cuando parecía que aquel hombre se percató de su presencia comenzó a voltear su cabeza pero no pudo ver su cara, lo único que pudo notar fue una marca rojiza en su cara, ya estaba por voltear completamente y ver por fin quien era el misterioso hombre, la duda lo consumía, pero...

-¡Sumiyoshi!
Gritó una mujer cerca del oído del mencionado, este se levantó asustado, estaba soñando.

-Suyako, me asustaste, casi me da un infarto.
Se agarró el pecho con preocupación, su respiración estaba muy agitada.

-Lo siento, Sumi, pero no despertabas, ya me estaba asustando, si no fuera porque respirabas hubiera pensado que estabas muerto.
Agarró los hombros del muchacho con mucha fuerza y empezó a agitarlo, de verdad se había preocupado.
-Crei que habías muerto, tonto, ¿Qué tanto soñabas? Que no despertabas.

La mujer de ojos azules dejo en paz a Sumiyoshi, este se puso a pensar en su sueño, casi lo había olvidado por completo, se sentía muy confundido, ¿qué fue ese sueño? Se había sentido demasiado real.

-No fue nada, fue un sueño raro, ni siquiera me acuerdo, pero creo que me metí mucho en el sueño.

-¿Y de qué iba? No me digas que fue algo cochino, ayyy.
Se burló golpeando el hombro del mayor, este solo pudo sonrojarse y negar rápidamente.

-No, no fue nada de eso, estás mal.
Aclaró con la cara roja de vergüenza.
-No podría hacer eso y menos si estás durmiendo conmigo, yo soy decente.

Ah sí, habían dormido juntos en el departamento de Sumiyoshi.

-Ajá, sí, decente.
Seguía burlándose Suyako.

-Ya déjame en paz, mejor vamos a desayunar.

Dicho y hecho, ambos amigos fueron a desayunar, hoy sería un gran día porque ambos entrarían a la universidad, y Sumiyoshi estaba muy impaciente, él había trabajado mucho para poder estudiar como siempre había querido y no perdería la oportunidad de triunfar por nada del mundo, el sería el mejor de su generación, tendría la mejor de las calificaciones y nada lo iba a impedir... Nada.

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—¡Vamoos, Sumi! Llegaremos tarde si no te apuras.
Decía Suyako, era la que parecía más emocionada de los dos, pero lo parecía solo porque Suyako había podido descansar bien, por otro lado Sumiyoshi se sentía más cansado, no parecía haberse recuperado con el sueño, lo cuál es una lastima porque su primer día lo iniciaría bastante mal, al menos eso pensaba.

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⏰ Última actualización: Sep 15, 2023 ⏰

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Ensueño ≈Yoriisumi≈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora