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Por momentos finjo escribir cuando en realidad estoy garabateando en la hoja del examen con unos nervios que disimulo lo mejor que puedo. No puedo creer que me haya visto atrapado en esta situación otra vez cuando me juré a mí mismo que iba a estudiar un mes antes del jodido examen.
Busco otra vez entre las preguntas del examen algo que mi cerebro pueda responder, pero es incapaz de dar sentido a algo de lo que hay en esta puta hoja de los cojones. Mis nervios solo van en aumento mientras escucho a los demás garabateando a la distancia. Busco a Hoseok con la mirada y lo encuentro mirando muy concentrado el papel que tiene delante. Somos dos idiotas sin remedio. Concentrarse en lo que hay escrito en el papel no es suficiente, ni remotamente. Todo lo que trae eso consigo es más estrés con tanto número y garabato absurdo al que no le encuentras ningún puto significado. Mi mente es incapaz de conjurar respuestas y eso solo me hace pensar en qué utilizará esta vez mi mamá para golpearme al ver mi boleta de calificaciones… pensarlo no me hace gracia. Parece que Hoseok finalmente se rinde porque resopla, aparta la hoja y recuesta la cabeza en su asiento dispuesto a dormir… mmm, se dispone a hacer su actividad favorita. Río internamente. Pienso en hacer lo mismo. Pero creo que mejor escribo alguna mierda y espero a que algún Dios se apiada de mi pobre y desdichada alma, quizas con un poco de suerte consigo acertar una y salvo mi pellejo… ¡no! Debo esforzarme lo más que pueda porque no creo poder aguantar otra paliza por parte de mi madre y la verdad… es que también…
-Quedan veinte minutos.- esa voz que me hace estremecer resonó firme por todo el salon. Mierda, eso si que es una voz poderosa. Eso iba a contar justo ahora…no quiero seguir quedando como un inútil, bueno para nada delante del señor Jeon. Cada vez que entrega nuestras boletas quiero morir de vergüenza cuando me mira a través de esas gafas con sus preciosos ojos cafés reprobatorios. Y me humilla frente a toda la clase anunciando mi fracaso en los exámenes… sin ninguna piedad. Hoseok lo tuvo más fácil. El es un crack con la música y casualmente babea por el profesor de dicha asignatura, todo un espécimen debo decir. No hacen más que lanzarse miraditas cargadas de deseo, mientras entre ellos se puede incluso olfatear la tensión sexual, toda la clase puede sentirlo. Pero vamos, no es justo. Yo hago lo posible por enterarme de que va todo este rollo de la astrofísica pero ni mierdas, soy un puto asco. El hombre de mis sueños tenía que dedicarse a enseñar astrofísica. En verdad la vida es una puta, joder.
La verdad, siempre me gustaron estas cosas pero con mi condición de vida no me aplico demasiado con mis estudios… cuestión de pura flojera… o que paso mucho tiempo leyendo, jugando videojuegos o viendo anime, si, soy un fracasado total. Sí, sí, soy un desecho social. Todo en lo que soy capaz de pensar durante esos pequeños períodos en que disfruto de la presencia del más que deseable profesor Jeon, es en que me folla el coño a lo bestia contra su escritorio mientras me pega y me susurra todo tipo de guarradas al oído con esa boca tan perfecta que se carga. Esa boca perfecta en la que ahora apoya un bolígrafo mientras escudriña con la mirada unos papeles. Retira el cabello que cae sobre su frente y suspiro de forma exagerada. En cuanto el levanta la mirada yo bajo la mía y me paso medio siglo revisando la pregunta sobre no sé qué chisme de espectro electromagnético. Eso me suena a un fantasma que lanza descargas… ¡como pikachu! Diablos, niño concéntrate en pillar alguna. ¿Qué haces en medio de un examen de astrofísica pensando en ratones eléctricos o en la entrepierna de tu profesor? Me recrimina mi subconsciente. Levanto lenta y disimuladamente la vista y veo que sonríe mientras lee esos papeles. Diablos… es tan asquerosamente sexy que no debería andar suelto por las calles. Me encuentro a mí mismo pensando en cuanto me encantaría tener ese hermoso rostro entre mis piernas, follandome el coño con la boca… esa boca que ahora se curva en una sonrisa burlona solo para mi.
¡Mierda! Es tan evidente que estoy tan jididamente mojado por el que me doy hasta asco. Y él debe de estar pensando: lo sé, estoy como un queso, cariño. Pero concéntrate en acabar ese examen porque ya sabes lo cruel que puedo ser, y no voy a tener piedad a la hora de calificar… algo como eso…
Lo más raro es que pese a estos pensamientos lujuriosos y descarados, soy un ser tímido y cohibido. Soy un doncel virgen de 17 años. A pesar de todo eso me la paso fantaseando con ese hombre sexy que está sentado allí delante… y antes de darme cuenta ya me he encontrado a mí mismo varias veces con la mano sobre mi intimidad, frotandome con la almohada… pensando en mi profesor. Lo sé. Estoy como una regadera. Pero soy un adolecente curioso y enamorado con las hormonas revolucionadas. Sí. Le deseo. Pero es mucho más que eso.
Estoy empapado y con unas ganas tremendas de aliviar esta ansiedad… esta necesidad de él… pero ¿Qué posibilidad hay de que disfrute con un niñato como yo que ni siquiera ha besado a alguien?
-Cinco minutos-
Diablos. Quince minutos pensando en cualquier cosa menos en el examen. Maldita sea. Escribo lo más rápido que puedo lo primero que se me ocurre, recordando algo de lo que vi en las clases (después de que me pillara viéndolo y tuviera que fingir que atendía a la clase y no al exuberante bulto en sus apretados pantalones de vestir) y espero con eso ganar algunos puntos.
Sensei se acerca al pupitre de Hoseok y golpea con sus nudillos en la mesa. Hoseok despierta muy a su pesar.
-De nuevo en blanco, señor Jung le regaña Sensei mientras revisa su prueba con gesto ceñudo. El sonríe como una bobo perezoso cuando lo mira y yo me retuerzo en mi asiento. Él se voltea y suspira mientras camina hacia su escritorio. Indica que todos entreguen sus exámenes. Entrego mi examen y cruzamos la mirada por unos segundos, antes de regresar a mi asiento. Una descarga eléctrica recorre mi cuerpo y a mi corazón le cuesta un poco recuperarse. Todos salen al recreo, pero como es habitual en mí, decido quedarme en el salón. Hoseok camina disparado a mi asiento y me desea suerte. Se dispone a seguir de largo pero le agarro de la manga de su chaqueta a tiempo, aterrado.
-No iras a dejarme solo, ¿verdad?- ¿Verdad, traidoror de mierda? Ruego asustado. Veo que Jeon-sensei planea quedarse aquí a preparar la siguiente clase. Por más que adore verlo, ahora preferiría que se largara. Estoy nervioso y jodidamente ansioso. Hoseok me sonríe de forma siniestra. Aquí termina mi vida.
-Aprovecha que estan solos. Seguro y tu prueba es igual de desastrosa que la mía.- apunta lo suficiente bajo como para que no nos oiga. Pero yo me siento en primera fila y paranoia es mi segundo nombre. Ustedes aten hilos. ¿Acaso está sugiriendo…?
-No, no, Hoseok, por favor no…-
-Me voy a echarle el ojo a Taehyung. Nos vemos, lindura.- me da su habitual beso en la mejilla y yo lo maldigo miles de veces.
Saco mi ejemplar de Ana Frank y me dispongo a leer un poco pero no logro concentrarme en nada. No paso de página. Leo una y otra vez las mismas líneas pero no entiendo nada…
-Blancas, ¿eh?- murmura el Señor Jeon con voz ronca. Espera, ¿Qué?
Alzo la vista, pero solo lo encuentro sonriéndole a un montón de papeles. ¿Pero qué le pasa?
Por más que me haya acostumbrado a su hermosa sonrisa, sigo reaccionando como si la hubiera visto por primera vez. Joder, es tan guapo. Pasados unos minutos suena la campana que acompaña a un montón de estudiantes adentro del salón y empieza la otra clase. Hoseok ha pasado frente a mí con una sonrisa satisfecha y alzando el pulgar.
¡Un momento!
***
Me tumbo sobre mi cama con un resoplido.
-Está más que claro-dice Hoseok con una risotada.
-No, no, no. No puede ser eso.-
Salimos hace unos minutos del colegio y llegamos a mi casa para almorzar. Nuestra residencia está cerca del campus, así que podemos salir a comer. Pero ahora Hoseok está ocupado explicándome por qué nuestro sensei Jeon se estaba recreando la vista en mi ropa interior…
Hace unas horas…
Después de dos clases consecutivas de astrofísica quedé aún más convencido de que mi sensei debe ser el hombre más dotado y perfecto del mundo. Nos dejó un montón de ejercicios en el pizarrón y luego se dispuso a calificar exámenes. Siempre odie que lo hiciera delante de la clase. Me pone nervioso saber que en cualquier momento puede aparecer mi examen y pueda ver esa expresión desaprobatoria en su rostro. Hay una sala de profesores, pero él tiene su despacho personal, sigo sin entender por qué. Entonces, si es así, ¿Por qué no puede calificar allí?
Aunque quisiera resolver los ejercicios no podría, no sé cómo hacerlo. Y ahora estoy ocupado solo mirando sus perfectas facciones, sus divertidos gestos y sus elegantes y sensuales movimientos. Si, si, hasta verlo asomar la lengua me parece de lo más atractivo… genial, ya caí…
Le comenté a Hoseok que finalmente trataría de hablar con sensei. Quizás me daría otra oportunidad de hacer mi examen. Así que nuevamente me quede solo en el salón con él, mientras que el seguía sumerguido en esa gran montaña de mierda que eran nuestros exámenes Hasta que dijo…
-Las blancas son bonitas e inocentes…-
Espera… ¿Qué? Lo mire confuso y el escudriñaba los papeles en sus manos con una sonrisa, que luego rodó en mi dirección.
***
Ayer fue el examen y estoy seguro de que Jeon-sensei ya debe haber visto el mío. Pero no tendré que verlo hasta el final del día, ya que no toca su clase hasta el último turno de la tarde.
El día transcurre normal. Hoseok no deja de freírme la oreja hablando de Taehyung-sensei. Lo normal…
-Me quedaré hoy en la tarde. Ve y espérame en mi habitación.- le tiendo mis llaves y el las toma con un sonrisita traviesa.
-¿En qué estás pensando, pervertido? ¡No voy a tirarme a mi profesor!
***
-Hum… sensei-murmuro tímido acercándome a él. Cabe mencionar que me tomó varios minutos decidirme a acercarme a él. No es cualquier cosa lo que le voy a pedir.
Me mira desde su escritorio, distraído, con sus labios fruncidos.
-¿Joven Min?- interrogó mientras reagrupaba unas hojas.
-Estoy preocupado por mi examen. No creo haberlo hecho muy bien…-juego con el dobladillo de mi falda, en un gesto nervioso.
Noto como sus ojos recorren mis muslos, con los cuales no estoy nada a gusto pero a el, para mi enorme sorpresa, parecen hacerle algún daño psicológico
-No has estado atento en las clases, y no te has esforzado este año…-dice sin inmutarse.
-Lo sé, y lo siento mucho. Por favor, deme otra oportunidad.- me inclino dando una reverencia en modo de súplica.
-¿Y qué pretendes que haga, Yoongi? Tu esfuerzo se refleja en tus notas, y creo que sabes que no son para nada buenas… no veo por qué debo hacer algo por ayudarte, cuando no pones de tu parte - se regodea en el poder que tiene mientras se recuesta en la silla y juega con el boli.
-Voy a esforzarme desde ahora, en serio. Haré lo que sea necesario Sensei, lo que sea- digo mirando el suelo. No me creo que alla dicho eso, por una mierda que no lo creo. La vergüenza cubre mis facciones de un color rojizo. Espero que no haya interpretado lo que dije como ‘podrías follarme si quisieras, sensei’
Aunque… seamos sinceros… no me importaría si pasara. Me encantaría, de hecho.
Pasan minutos y sigo con la cabeza gacha.
- Está bien, Yoongi. Repetiré tu examen el viernes. Pero no habrán más oportunidades- Retira sus gafas con un suspiro y tras reagrupar las hojas que tiene delante me examina con la mirada. Esa que tiene que me hace mojar las bragas en custión de segundos. Trato lo mejor posible de aparentar tranquilidad -De momento siéntate a mi lado. Vamos a repasar un poco-
Dioses. Esto es un sueño. Acerco una silla junto a él y me siento. El saca un libro. Estoy muy cerca de él. ¿Podrá escuchar el latido errático de mi corazón? Dioses, no. Por favor tranquilo, Yoongi.
Busca un ejercicio en el libro y comienza a hacerme preguntas. Lee una pregunta en el libro y luego me mira con paciencia. Le sostengo la mirada por pocos segundos. Cuando siento que mi rostro se sonroja, aparto la mirada y me concentro en responder. Nada.
- Mmm, no lo sé- Le digo mirándome las manos. Será mejor que trate de sostenerle la mirada al menos. Al menos asi no pensará que soy una mierda.
No tengo respuestas para ninguna de las preguntas que me hace. Se empieza a notar la impaciencia y la exasperación en su rostro. Ay... ¡¡no es tiempo para pensar en lo atractivo que se ve así!! Haber... respuestas, respuestas... mmm... hace demasiado calor aquí. No tiene nada que ver con esta estúpida tensión entre los dos. Seguro que sólo es cosa mía pero joder...
Desabrocho dos botones de mi camisa.
-Mmm...- tiene los labios fruncido mientras escudriña el libro. Mantiene los hombros relajados y toda su compostura. Tiene una espalda ancha...
No creo ya que esto de resultado. Si no estudio por mi cuenta ya me puedo dar por vencido. No me entero de nada si el esta aquí, luciendo tan malditamente caliente. Esta idea estaba destinada al fracaso desde que se cruzó por mi cabeza, pero quería convencerme de que podía convencer al señor Jeon. La cuestión era de qué forma podía convencerlo. Las palabras de Hoseok retumban en mis orejas y rápidamente la descarto con un ligero movimiento de cabeza.
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𝐒𝐞𝐧𝐬𝐞𝐢
FanfictionDonde Yoongi es uno de los estudiantes que babean por su sensei. Jungkook lo sabe y no duda en usar su poder sobre Yoongi y persuadirlo para que tenga sexo con él. 1+1=3, más claro ni el agua. Jungkook quiere un hijo de su precioso alumno -Cualquier...