Ascender

12. Seguir

Cuando la camioneta se detiene en aquel viejo almacén Liam es el primero en bajar, la brisa suave de la mañana le azota el rostro sobresaltandolo.

La segunda camioneta se estaciona rápidamente a su lado y luego la tercera, Liam ve a Aieden bajar de la última y juntos corren a cerrar las puertas del almacén.
Habían localizado ese lugar en su camino de ida y lo habían acordado como un primer punto de reunión para esconderse de los agentes que pudieran haberlos seguido y hacer un recuento de daños, antes de continuar con su camino, habían escondido gasolina para recargar los autos, y habían explicado a todos que el día se pasaría ahí en caso de que alguien se quedará atrás.

Cuando las puertas estuvieron sellada Liam mira a Aiden, pero el pelinegro no le devuelve la mirada, trota de vuelta a la camioneta para abrir las puertas de par en par dejando que todos bajarán.

Liam avanza por el lugar buscando un rostro en específico. Cuando todo el caos se desató el mismo había querido adentrarse a buscarla, pero Lisina lo había sacado de ahí apresuradamente. Cada paso resonaba con la mezcla de ansiedad y esperanza que sentía. Habían pasado meses desde que había visto a su madre por última vez. Pero cuando Stella y él se alejaron de la manada estaba confiado de que si madre, había permanecido con ellos, hasta hace unos días.

Dejar de sentir el vínculo y lo que Michael les había dicho habían sembrado el terror en su interior. Ahora, finalmente, había señales de que la habían liberado.

Un rayo de sol se filtra entre las tablas del techo, iluminando el lugar donde se reúnen todo un grupo de rostros nuevos, personas que habían sacado de las celdas. Sus manos tiemblan, mirando a su alrededor, su mente se llena de recuerdos de su madre, su manada, su familia. Se permite entonces, por primera vez preguntarse, ¿Si su madre había sido capturada, eso significaba que el resto de su manada también?

De repente, una figura familiar aparece entre las personas. Su madre, demacrada pero inconfundible. Su cabello, una vez brillante y lleno de vida, ahora estaba desordenado, y su piel lucía pálida, pero cuando sus miradas se encontraron Liam sabe que la chispa en sus ojos no ha desaparecido. Liam siente que el mundo a su alrededor se desvanace; todo el miedo que había experimentado en los últimos dias se desmorona en un instante.

-Mamá...- murmura, y en un segundo, las distancias que los habían separado desaparece. Corre hacia ella y la abraza con fuerza, sintiendo el calor de su cuerpo y el latido de su corazón. Su madre lo envuelve en sus brazos, dejando caer las lágrimas que había contenido durante tanto tiempo.

-Oh, mi niño, pensé que nunca volvería a verte,- dice la mujer, su voz quebrada por la emoción. -Te he echado tanto de menos.

-Yo a ti.- responde Liam, su voz amortiguada por tener la cabeza hundida en el hombro de su madre.

La mujer se separa un poco y lo mira a los ojos.

-¿Dónde has estado? ¿Estabas capturado? ¿Estás bien?- pregunta rápidamente mientras sostiene el rostro de su hijo entre sus manos examinandolo atentamente

-Estoy bien, mamá, tranquila, no me atraparon, he estado... En muchas partes, en realidad, con Henrik y Jade, estuvimos en Luisiana y...

-¿Henrik y Jade?- pregunta la mujer confundida

-Ellos son geniales, te agradaran...- Liam se aparta ligeramente de su madre buscando a ambos entre la multitud, logra divisar a Jade ayudando a Lisina a tratar a un par de chicos heridos, pero no había rastro de Henrik. -mamá, espera aquí un segundo, ya vuelvo.

Liam se aleja de su madre caminando entre la multitud lentamente, buscando entre todos los rostros a Henrik, pero no tiene suerte, tampoco encuentra rastro de Hope lo que solo hace que la preocupación naciente comience a intensificarse. Llega hasta donde Jade y Lisina y pregunta a la rubia por el paradero de Henrik.