Un desafortunado cambio de género - Autor OG Abralhugres

Parte 7

La trama original de la novela no era realmente tan buena. Honestamente, fue una maravilla que Kim Rok Soo se hubiera involucrado tanto en ello para empezar.

Probablemente fue porque le gustaba el estilo de escritura y la construcción del mundo, incluso si ahora maldecía la falta de detalles en este último departamento.

Una historia de fantasía sobre un príncipe y una princesa que se conocen, se enamoran, se casan, y en medio de todo ese drama tienen que derrotar a una organización secreta dirigida por un maníaco que incendia el continente con la guerra.

El título tampoco era tan interesante. Aunque causó más y más preocupación a Roksu cuanto más pensaba en ese estúpido título.

Estaba lo suficientemente familiarizado con el género de fantasía como para saber que el "héroe" era normalmente alguien de otro mundo y, según el conocimiento de Roksu, era la única persona en este mundo que se ajustaba a esa descripción.

No tenía absolutamente ninguna intención de ser un héroe. La pareja principal había manejado la situación muy bien sin ninguna ayuda externa. No había razón para que se involucrara.

Él solo ... Modifique algunas cosas para que su entorno sea más seguro y luego déjelo.

Ese era su plan. Infalible, ¿verdad?

Roksu Henituse se sentó torpemente en la sala de estar con su hermano mayor y ese aterrador mayordomo.

Entre el caos de su recuperación y el cariño casi constante del conde Deruth, esta reunión se había retrasado aproximadamente una semana.

Pero ahora el conde Deruth Henituse estaba en la capital ayudando con el juicio de los culpables y no quedaban absolutamente ninguna excusa para evitarlo.

Roksu podría haber complacido a su padre más de lo estrictamente necesario para evitar esta situación exacta.

Aún así, estaba bastante seguro de que sabía qué decir para resolver esta situación después de una semana de reflexión. Confiaba en su lengua simplista y sus maquinaciones manipuladoras.

Eso fue hasta que Cale finalmente habló.

Parecía mucho más sereno que la semana pasada, lo que fue un alivio para Roksu, que nunca quiso ver a su hermano tan enojado de nuevo en su vida. Ron también se había calmado. Al menos exteriormente. Cale colocó su taza de té sobre el mostrador y se dirigió a ambas partes con una declaración que casi destrozó todos los planes de Roksu.

"No voy a andarme por las ramas porque no tiene sentido. No soy quien ninguno de ustedes piensa que soy. Mientras soy Cale Henituse, tengo cuarenta años y retrocedí a mi cuerpo desde que tenía ocho años debido a un trato con el Dios de la Muerte". Cale levantó su taza de té, luciendo completamente imperturbable por la bomba que acababa de lanzar. "Ahora que me he confesado, no hay razón para ningún secreto entre nosotros".

Las pupilas de Roksu temblaron de sorpresa, aunque sus signos externos de sorpresa eran algo mínimos de lo contrario. Fue principalmente porque había sido tan inesperado que Roksu se congeló de shock. Miró a Ron, que parecía imperturbable, pero Roksu también podía ver sorpresa en sus ojos.

"Ja..." Ron se rió sin piedad. "... Sabía que había algo extraño. Sin embargo, esto va más allá de mi imaginación". Su mirada se agudizó mientras miraba a su joven maestro. "¿Puedo suponer que el joven maestro Cale está aquí porque el futuro no es un lugar agradable para estar?"

"Esa es una suposición justa". Cale dijo, distante como cualquier cosa en el mundo. "Quiero evitar que ese futuro suceda". La emoción brilló en Cale con una intensidad que enfrió la habitación. La mano que agarraba la taza de té tembló con su feroz agarre. "... Tengo que detenerlo".