capítulo 8

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-dámelo ya, gojo, decía yo saltando mientras intentaba rapar el zapato de la mano elevada de gojo, era realmente molesto, pues él era muy alto, cualquiera se podía ver empequeñecido a su lado

-que divertido es verte saltar, pareces una hormiga mmmm, cuál era tu nombre?, dijo él sarcásticamente, -no necesitas saberlo, poste idiota, dije yo susurrando con mis cejas fruncidas, él no me lo daba, ya me estaba cansando, paré de saltar, al ver que yo ya no seguiría su juego gojo salió corriendo, daba unas zancadas largas, -jejeje, era lo único que decía, no tuve más remedio que ir tras él, geto solo miraba apenado por la infantil acción de su amigo, corrí tan rápido que lo alcancé, pero no me di de cuenta que al frente mío había una pequeña piedra, aunque era pequeña, fue la causante de hacerme tropezar, tras eso caí en la espalda de gojo llevándolo al suelo junto a mí

-mi zapatooo, dije yo mientras observaba como el zapato volaba en los cielos, cuándo por fin cayó y me iba a disponer a ir por él, pasó lo más inesperado, un perro se acercó y lo tomó, yo corrí tras él pero fue en vano, el perro pensaba que yo estaba jugando, sólo caí de rodillas al piso viendo como un sucio perro se llevaba mi zapato, no es que no me gustaran los perros, yo los adoraba, pero ese momento no era el adecuado para ése incidente, estaba realmente cansada, solo me levanté y vi a gojo con una mirada un tanto impactada, en su cara se veía que no creía que su pequeña broma había llegado tan lejos

-oye, esp.., no lo oí, sólo le di la espalda y me fui, no quería ni mirarlo, no sólo por lo del zapato, sino porque yo realmente odiaba a las personas como él, personas que ven a los demás como simples bufones hechos para su entretención, era realmente humillante.

Estuve todo la mañana sin un zapato, maki solo reía, -te puedo prestar unos, dijo ella amablemente, yo me negué
-solo es un simple zapato, no te preocupes, dije yo con una falsa sonrisa, no quería decirle mi realidad, después de todo ella si tenía recursos, sus padres tenían dinero, ella no estaba ahí gracias a una beca como yo.

(...)

Unas horas después llegué a mi trabajo, con el ánimo un poco decaído, -¿que pasa hoy?, ____chan, te ves bastante desanimada, dijo yuta con una mirada muy dulce, viendo directamente hacía mis ojos

-digamos que tuve que lidiar con cosas muy molestas hoy, dije yo haciendo una cara de cansancio seguido de un fuerte suspiro, -espero que no consideres molesto el trabajo, ni la compañía, dijo él, yo me sonrojé casi al instante, pues ver a yuta era un deleite único, cada palabra que decía era muy reconfortante, sin olvidar el agradable aroma a queso y tomates que desprendía de él, era imposible no oler así trabajando todo el día haciendo pizzas

-trabajar contigo jamás sería molesto, digo, con ustedes claro, dije un tanto nerviosa, -que pasa yuta, porque la nueva te dice eso, que acaso están coqueteando?, dijo mei mientras se acercaba a nosotros con una cara de sospecha junto con una sonrisa un tanto inculpadora, -ha tenido un día difícil mei, no malentiendas las cosas, dijo yuta, fue cómo un balde de agua fría hacia mí, yo si quería coquetear con él, quería que por primera vez pasara algo con un chico, pues yuta daba esa impresión de bondad que no todos poseían, me atraía bastante, pero lo que mei dijo al momento se llevó todas mis esperanzas

-rika no estará muy contenta yuta, dijo ella riendo malévolamente -quien es rika?, pregunté yo con una cara de intriga, -mi novia, dijo firmemente yuta, yo no dije nada, simplemente sonreí y me alejé a la caja junto a rem, -puedo estar en la caja el resto del tiempo- le pregunté haciendo un puchero a rem, -bueno, dijo ella con su cara inexpresiva de siempre.

Terminé mi turno e inmediatamente me dirigí a mi casa, al llegar vi un paquete en la puerta, -seguramente se equivocaron de casa, dije yo levantando mis hombros, pero no, al ver su destinatario me llevé una sorpresa, estaba mi nombre, pensé que tal vez era un regalo de mi mamá, aunque probablemente ella me hubiera dicho, siempre me llamaba en las noches para saber de mí, tomé el paquete entre mis manos y entré a la casa, al abrirlo la sorpresa fue mayor, era una par nuevo de zapatos, zapatos blancos, tal y como el que perdí por culpa del poste de gojo

-imposible, dije yo, realmente me sentí molesta, seguro él lo hacía para humillarme, pues sabía que a mí no me alcanzaba para comprar un nuevo par de zapatos de un día para otro, los metí nuevamente a la caja dispuesta a entregárselos al día siguiente.

Gojo Satoru x Lectora (Toda Una Vida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora