As time goes [lipsoul]

~I miss you, miss you~

Desde su primer encuentro con Jinsol, Jungeun pudo ver cuánto amaba el espacio. Es la cosa que más le apasionaba. Podía pasar horas mirando el cielo, contando lo que había aprendido de él y sus deseos de algún día llegar a lo más lejos.

Jungeun la escuchaba con atención, atrapada en cómo sus ojos brillaban al hablar, como las comisuras de sus labios se levantaban levemente cuando daba un dato curioso o cómo sus manos se movían cuando quería dar una mejor explicación.

No había persona que amara más el espacio exterior que Jinsol y eso llevó a que Jungeun también deseara que se cumpliera su deseo.

Ver el fuego en los ojos ajenos hizo que tomara acción y la ayudara, buscaban formas de que pudiera llegar al espacio.

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Después de mucha información y esfuerzo, se logró.

Jinsol fue aceptada en un programa. Jungeun fue la primera en enterarse.

Estaba muy feliz por ella o incluso más. Recuerda cómo sus lágrimas de alegría caían por sus mejillas al ver a Jinsol contándole a sus padres y estos abrazándola, orgullosos.

Los siguientes días no se veían mucho, porque Jinsol estaba ocupada con su entrenamiento y Jungeun estaba metida en sus cosas. Aún así se daban el tiempo de hablar por las noches, cada una fuera de su casa, mirando hacia el cielo nocturno.

- Pronto estaré allá, Jungeun, y cuando llegue lo primero que haré es tomar una foto. Serás la primera en recibirla.

- ¿Lo prometes?

- Lo prometo.

"Porque después de todo, tu fuiste quien creyó en mí"

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Cuando el día llegó, Jungeun estaba más nerviosa que Jinsol.

No permitieron que se acercaran mucho, protocolos del programa, pero, aun con el gesto de abrazo que Jinsol le hizo, Jungeun pudo sentir su calidez y cariño.

-Es difícil dejarlas ir. -alguien le dijo a su lado. -Tengo miedo de lo que pueda pasar allá afuera.

Jungeun no iba a negar que desde hace un tiempo había estado leyendo casos de fallas en este tipo de programas (los cuales eran pocos pero, hubieron), lo había hecho y hubo momentos en donde sus emociones y miedos casi se apoderan de ella para ir donde Jinsol y decir que se olvidara de todo. Pero, luego recordaba esa sonrisa brillante, esos ojos soñadores y la felicidad que Jinsol mostraba en sus llamadas y todo se desvanecía.

No pensaba más en ello, en cambio, piensa y reza que todo iba a estar bien. Heejin, la chica que le habló cuando vio por última vez a Jinsol, se unió a ella. Ambas compartían en común que la gente a la que más querían se había ido y, para no sentirse solas llegaron a hablar más y más hasta llegar a ser amigas.

-Hyunjin desde pequeña me llamaba para ir al parque y ver las estrellas. Terminaba con picaduras, pero, valía la pena porque me hablaba de las constelaciones.

Conoció la historia de Heejin y Hyunjin, amigas de la infancia convertidas en novias, próximamente a casarse; lo hubieran hecho antes de no ser porque Hyunjin insistió en ir a la excursión, recoger una piedra y dejar que esta sea parte de sus anillos.

Una historia tan dulce como graciosa que hizo que Jungeun se de cuenta que, así como el amor que Heejin le tenía a Hyunjin, ella también tenía su amor hacia Jinsol.

-Hiciste un gran esfuerzo para que ella lo lograra. Debes quererla mucho.

-Sí... es lo más preciado que tengo en la vida.