Luís Zon
Parte Uno
Luís era un chico como cualquier otro. Era muy afortunado de ser el único hijo de una prestigiosa familia de la provincia de Corrientes.
Por supuesto iba a una de las mejores escuelas privadas de la ciudad y podría decirse que tenía todo. Sus padres lo adoraban…
A pesar de ser un chico kate, Luís tenía buen corazón y no se la pasaba fanfarroneando de la fortuna de su familia. Es más muchas de las actividades y deberes sociales le resultaban aburridos, aún teniendo todo lo que un adolescente de su edad pudiera querer, muchas veces se sentía muy aburrido…
En esos momentos solía pensar que, tal vez no pertenecía a ese lugar…
Pero después recordaba lo mucho que lo amaban sus padres y entonces disipaba esas ideas de su mente.
–¡nada que ver Luís! ya estás pensando cualquiera– se decía.
Así había llegado su cumpleaños número trece.
El sol abrazador y el calor infernal del verano lo golpearon súbitamente en la cara cuando salió al balcón a contemplar el hermoso paisaje de la costanera.
Era martes, pero como estaba en vacaciones de verano esa noche tendría una fiesta con sus amigos ahí en la casa. Aún no le interesaban los boliches y esas cosas para tranquilidad de su madre. Ya habían sucedido muchas desgracias en esos lugares, por lo que a su madre le horrorizaba que Luís fuera al boliche.
—no quiero que Luís termine como ese chico…. Me muero de solo pensarlo— decía ella con angustia recordando un caso muy famoso en el país, en el cual un chico había sido víctima de una terrible golpiza saliendo de un boliche lo que le había causado la muerte…
José, el padre de Luís solo le palmeaba el hombro para calmarla y que ya dejara de pensar en esas cosas. Luís no sería víctima de ninguna desgracia. Ellos no lo permitirían…
Así Luís pasó toda la siesta en su habitación en la comodidad con el aire acondicionado.
Un buen rato jugó Free Fire en su IPhone, después vio unos cuantos videos de tiktok graciosos. Ya se estaba durmiendo cuando pasando los videos se detuvo en uno bastante extraño…
En el unos exploradores urbanos paraguayos estaban haciendo exploración urbana en el monte de madrugada.
—¡ea! ¡Mirá! ¿Qué es esa llamarada allá?— decía uno de los chicos. No tan lejos de donde estaban una gran hoguera se levantaba.
Con cautela se acercaron y notaron que había unas cuantas personas.
Escondiéndose entre el matorral observaron la escena.
—listo, muerto el perro se acabó la rabia— decía un hombre alejándose del lugar.
—¡pero esto fue una atrocidad!—decía una mujer espantada haciendo la señal de la cruz.
—¡por favor! Le hicimos un favor a ese pobre hombre.
O decime ¿vos ibas a dejar que le pase la maldición a tu hijo?—
Ella negó rotundamente.
—yo creo que ya está bien muerto, así que mejor apagamos esto si no queremos tener problemas— dijo otro hombre comenzando a apagar el fuego.
Seguido de eso se alejaron del lugar.
Rápidamente los chicos se acercaron con la cámara a filmar
.
—¡pará boludo! Esto es un homicidio. Mejor nos vamos a la mierda— dijo uno de los chicos.
Pero su horror fue monumental cuando vieron que el cuerpo en carne viva no era el de un humano.
El torso si era como el de un hombre, pero su cabeza era la de un perro….
—¡puta madre! ¡Un luisón!— gritó él que tenía la cámara y rápidamente salieron corriendo del lugar dando fin a la grabación.
—está muy bien montado— se dijo Luís adormilado y seguido de eso se acomodó en su cama.
Había caído en un sueño profundo…
El ruido de unos huesos haciéndose añicos, un fuerte olor a putrefacción y la terrible sensación de tener tierra por todo su cuerpo hicieron qué despertara abruptamente.
Estaba empapado en sudor.
—hijo ¿estás bien?— preguntó su mamá preocupada que justo había entrado al cuarto.
Con los ojos desorbitados y muy agitado Luís se tocó los brazos y las piernas. Pero todo estaba normal.
Respiró un momento y dijo:
—sí mamá, solo fue una pesadilla—
—bueno, andá a bañarte. En cualquier momento van a llegar los invitados—
Él asintió en silencio dirigiéndose al baño.
Ya en la ducha aun podía sentir la sensación de tierra en su cuerpo.
Sacudió la cabeza y trató de no pensar más en eso. Ya se estaba descomponiendo.
Saliendo del baño sintió una leve brisa y de nuevo el olor a putrefacción.
—¿qué onda?—
Se vistió a toda prisa y tomando el perfume más fuerte que tenía se lo echó en los brazos, La cara y la ropa.
Respiró hondo y salió.
Al bajar al living quiso acariciar a su perro pero este viéndolo todo raro le gruñó y seguido de eso salió corriendo.
Luís quedó un momento pensando en la actitud rara que había tenido su mascota pero en ese momento un abrazo lo sacó de sus pensamientos.
—¿qué onda loco? ¿Ya te abombo el calor o qué?— decía su mejor amigo Marcos entusiasmado.
Saliendo de todos esos pensamientos Luís negó con la cabeza.
Así había transcurrido la fiesta tranquilamente.
Pero todo ese rato Luís estuvo como ido…
—che ¿y si vamos un rato a la costa? La noche está hermosa— dijo una de sus amigas.
Así fueron a la costanera. Pero Luís seguía inmerso en sus pensamientos y raramente la música y el ruido de los vehículos lo estaba irritando.
—amigo, ya me estaba olvidando. Tomá— dijo su amigo de repente pasándole una cajita de terciopelo.
—¿tan pronto le vas a hacer la propuesta de matrimonio?— dijo uno de los chicos y todos comenzaron a reír.
—¡calláte boludo! — decía este molesto.
Ajeno a eso Luís abrió la cajita.
Se sorprendió al ver el símbolo de Batman esculpido en plata muy fina y gruesa. La cadena también era de plata gruesa labrada y detrás tenía grabado su nombre.
Todos quedaron en silencio observando la hermosa cadena.
—gra, gracias Marcos— dijo Luís asombrado.
—no hay de que se lo mucho que gusta Batman—
Rápidamente Luís se colocó la cadena. Le quedaba muy bien.
Después de eso volvió a su casa. Se sentía cansado pero le costó mucho consolidar el sueño. Entre esa sensación de la tierra y el olor no pudo dormir casi nada...
—Luis no te olvides de preparar tu equipaje. Ya solo quedan dos semanas para que viajemos a Brasil— dijo su mamá que lo vio acostado en la cama con el celular.
Él solo asintió en silencio y levantandose pesadamente comenzó a preparar su equipaje…
Así había llegado el viernes. Esta vez él había quedado dormido profundamente. Pero un ardor en su pecho lo despertó de repente.
Se horrorizó al ver su pecho en carne viva donde reposaba el enorme dije de Batman.
Sin dudarlo se arrancó la cadena.
Al hacerlo sus manos también se quemaron cuando entraron en contacto con la plata.
Pero un dolor terrible como si le oprimieran la cabeza comenzó a atormentarlo.
Corrió al baño y casi grita al ver en el espejo como su mandíbula y su nariz, toda la cara se le deformaba y le comenzaba a crecer pelaje negro en todo el cuerpo. Su torso no había cambiado pero aun así la espalda y las piernas se le curvaron generándole un dolor terrible y haciendo que se pusiera en cuatro patas. Sus ojos marrones café se habían teñido de un dorado intenso.
Luís no comprendía qué estaba sucediendo. Estaba consciente pero ya no tenía dominio de su cuerpo…
Así saltó por la ventana y lanzando un aullido aterrador comenzó a correr muy rápido por la avenida costanera. Los perros del lugar ladraban enloquecidos.
Varias personas se atemorizaron al ver algo negro correr por la avenida. Pero no entendían que era. Lugar por donde Luís pasaba lugar donde los perros ladraban.
Así llegó al cementerio San Juan Bautista.
Comenzó a escarbar en una tumba mal trecha y masticando unos huesos retozaba en la fosa.
El olor y la sensación incluso el crujir de los huesos se le hicieron tan familiares…
Estaba aterrado. Quería gritar y salir corriendo de allí. Pero otra parte de él y su cuerpo que ya no le pertenecía lo estaban disfrutando….
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Luís Zon
WerewolfLuís jamás pensó que al cumplir 13 años su vida daría un giro cambiando su vida para siempre... Suspenso, comedia, romance y mucho de mitología Guaraní.