FAITHLESS

Tres metros

El calor y el viento vibraban en perfecta sintonía sobre el ambiente rápido y aventuresco de Los Ángeles, tal y como siempre sucedía en la ciudad, sobre todo en esa época del año.

Por inercia mental, uno tiende a creer que los funerales se dan en días nublados, pálidos, o lluviosos.

Como si de una extraña fuerza sobrenatural se encargara de convertir el día en algo acorde a los densos sentimientos de luto y melancolía que normalmente experimentan las personas amadas de un fallecido.

Nada más lejos de la realidad.

Durante el complejo juicio contra Jason Ferguson, la fiscalía tuvo que retener el cadáver de Lobo; ésto para llevar a cabo su autopsia y las demás investigaciones sobre su asesinato.

Y una vez Jason fue sentenciado y el juicio concluido, finalmente se devolvió el frío cuerpo a sus devastados amigos.

Tan pronto como pudieron, empezaron a organizar su último adiós.

Ninguno quería tener a la prensa presente durante la ceremonia, así que con la ayuda de Diane, planificaron un funeral privado sin dejar que la nada de la información se filtre al público, o por lo menos no hasta que el entierro haya terminado del todo.

Después de una lenta y desagradable discusión sobre todo eso, Diane salió encapuchada a caminar fuera de la guarida.

Simplemente para hacer algo de esfuerzo físico, o sólo para librarse de alguna forma de esos tormentosos sentimientos.

Mientras el sol se irradiaba sobre la capucha de cuero, provocando una sensación muy fuerte de calor, Diane seguía pensando.

Así que ahora iban a enterrar a Lobo en un pequeño cementerio muy alejado de la ciudad, en las aéreas montañosas del noreste del estado.

Lugar donde nadie iba a sospechar que alguien tan famoso y controvertido como él, pudiera estar ahí.

Se pusieron en contacto con una empresa funeraria para que haga todo lo demás.

Ahora sólo quedaba esperar.

Estar en la guarida con los chicos se sentía completamente diferente.

Algo faltaba, todos lo notaban de alguna forma pero nadie se atrevía a decir una palabra.

Cosa que, irónicamente, sólo lo hacía más doloroso para todos.

En parte por eso Diane salió de la guarida, aunque sea simplemente para caminar e intentar escapar de todo eso.

Pero entonces la ironía se multiplicaba.

Diane no pudo evitar recordar todas esas veces en las que había pasado por ese lugar junto a su amado, ya sea en auto o caminando.

En cierto momento, la gobernadora encapuchada llegó hasta un cruce de semáforo, en donde habían más personas caminando.

Algunos salían a pasear a sus mascotas, otros a hacer ejercicio, o lo que sea.

Pero Diane se dio cuenta que, mientras ella estaba pasando por uno de los momentos más oscuros, tormentosos y miserables de su vida; a todas las demás personas, era otro jueves.

Sí, la noticia de Lobo muerto y el encarcelamiento de Jason fueron toda una tendencia, pero excepto por la incógnita de dónde y cómo iban a sepultar a Lobo, todos simplemente se olvidaron de la noticia y siguieron con su vida.