Capítulo 2

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—Ya se, ya se—rió Jane mirando a su compañera de trabajo, una de las secretarias de su jefe llamada Vivi—Prometo apartar en primera clase cuando viajemos, no pienso volver a tener baba de otro sujeto en mi hombro—.

—Por favor, Jane. No pude dormir con los ronquidos de chico de adelante—Ríe.

—Yo me encargo para la próxima, tranquila—hace un gesto con sus manos restandole importancia y se fue a su oficina.

Habían pasado dos años y medio desde que se caso con Satoru Gojo. Vivía en la ciudad alejada de él, compró una linda casa y pasaba sus días trabajando ignorando su vida de casada. Luego de la luna de miel no volvió a mirarle la cara a Gojo y tampoco puso un pie en la propiedad, la que por ley le pertenecía a ella ya que era la nueva señora Gojo, menos no le podía importar. Lo único que acababa con su ánimo era ver la sortija de su mano, aveces se llenaba de odio pensando que quizás el debió hasta haberla perdido, pero pronto se concentraba y dejaba de pensar en ese idiota peliblanco.

Jane al igual que todos los viernes se quedaba hasta tarde dejando todo listo para el lunes, no le esperaba nada en casa y tampoco tenía planes, solo algunas excepciones pero eso es cuando Suki la obliga a salir de la casa o cuando quiere probar un nuevo restaurante, sin duda su amiga había aliviado toda la rabia y estrés que le causo su boda.

Dejo su abrigo en el perchero de la puerta y comenzó a prender las luces de su hogar, quito sus tacos y los dejo en la sala. Jane adoraba la sensación de estar descalza después de un arduo día de trabajo, sin duda era el paraíso. Cuando iba a entrar a la cocina sintió una energía extraña en su casa, no estaba sola y cuando se movió para encarar al intruso que estaba en sus sillones se llevó una gran sorpresa.

—Dios, Geto—toma su pecho calmando sus nervios—¡Casi me matas del susto!—lo regaña y el pelinegro ríe.

—Espero no te molestara que me hiciera un té—le muestra la taza y Jane niega acercándose a saludarlo.

—Me hubieras avisado que vendrías, hubiese llegado más temprano. Lo lamento—dice Jane apenada y Suguru levanta su mano en señal de tranquilidad.

—Para serte sincero yo tampoco sabía que vendría, pero Satoru hace su voluntad con todos—un mal sabor surgió en la panza de Jane, hace tiempo que no tenía noticias de él.

—Bueno prefiero que estés tu aquí que el honestamente—Suguru le brinda una sonrisa apenada.

Solo tres personas ese día supieron lo que paso y no, no hablo de Gojo, si no de la rubia que se estaba acostando con Gojo, Jane y Suguru. El vio toda la secuencia y aún que hubiese querido interferir no lo hizo, el ya se lo había advertido pero su amigo hace lo que quiere y si las cosas se dieron así nada podía hacer. Aún así el sabía que lo de Gojo fue una canallada por eso nunca juzgó a Jane por dejarlo después de la boda, el hubiera hecho lo mismo y admiraba los ovarios de la castaña.

—Entonces—se sienta en el respaldo del sillón la castaña—¿Qué a pasado?.

—Gojo quiere que vuelvas a la casa—le cuenta Suguru provocando que Jane sintiera un escalofrío en la espalda—Sus padres se quedarán unos días en la propiedad y esta seguro que es para vigilarlos—.

—¿Por qué más seria? Su mamá es una bruja y me odia. Seguro quiere saber si estoy siendo buena con su hijo—Jane se pone de pie suspirando pesadamente.

—Lo siento, Jane—se disculpa apenado el pelinegro, el sabía lo que significaba aquello para ella.

—No te preocupes, Suguru—sonríe tranquilizandolo—Gracias por venir hasta aquí, eres un buen amigo.

—Espero puedas manejar todo esto. Satoru dijo que vendrían dentro de tres días—Jane lo miro incrédula.

—Ese idiota espera que estén encima para avisarme—mordió su labio interno tratando de acomodar en su mente todo lo que haría.

—Suerte, Jane. Nos vemos luego y si necesitas algo no dudes en llamarme—ofrece amable el pelinegro y se dispone a irse sin antes voltearse a la esposa de su amigo—Shoko te envío sus saludos.

—Gracias nuevamente, mandale los mios también porfavor—se despide y lo acompaña hasta la puerta—Que tengas un buen viaje—.

El pelinegro salió dejando a una Jane cargada de preocupación, debía hacer muchas llamadas antes de irse y acomodar todo le tomaría bastante tiempo, sería lo ideal que comenzará ahora y eso haría.

Suguru al salir de la casa se percato de la presencia de su mejor amigo en el techo de la casa cercana a la de Jane, sonrío y se acercó a el imitandolo.

—¿Por que es tan amable contigo y a mi me odia?—pregunto el de ojos vendados cuando su amigo llegó a su lado.

—No fui yo el que se acostó con Mei Mei el día de su boda en sus narices—responde con simpleza dejando sorprendido al peliblanco.

—Ya decía yo—dice el peliblanco entendiendo la situación y lleva su mano hacia el mentón pensativo.

Ese día el sintió la energía de alguien más en la casa pero aún no estaba seguro si era ella o alguien más pero después de recordar como cambio de actitud con el la respuesta era más que clara. Ni modo, pensó. Satoru llevaría la fiesta en paz hasta que sus padres los dejaran y así ella podría seguir con su vida al igual que él.

—Bien, vamonos—dice Satoru dándole una última mirada a la casa de su esposa.

Se imagino su vida distinta con ella, penso que podían llegar a ser felices. Si bien no amarse pero si tolerarse y convivir pero eran como perros y gatos. Su orgullo no iba a permitirle aceptar que todo era su culpa pero lo sabía. Si alguien fue el que arruino esa posibilidad fue el mismo, ahora se regañaba mentalmente, no debió siquiera invitar a Mei Mei a la boda. Pero era el más fuerte del mundo, no el más inteligente en temas amorosos.

Suguru miro cuidadosamente a Satoru, sabía que a su amigo lo lastimaba un poco la indiferencia de Jane, pero no se entrometeria y dejaría que el arreglara su mierda. Actuar como mediador era más que suficiente.

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Holaaaa

Espero que les este gustando, gracias a las personas que han votado y leído🤍

Caro🧚

After Hours | Satoru GojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora