! ୧ Seis.

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Minho había vuelto luego de dos días

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Minho había vuelto luego de dos días. Pero esta ocasión, en vez de marcharse luego de pedir, se sentó en la misma silla donde usualmente se sentaba Hyunjin y comenzó una plática con halagos de por medio hacia Felix.

—¿De donde sacas tanto piropo?— Felix rió escandalosamente al escuchar al pelinegra.

—Tus hermosos ojos hacen que mi mente cree las más maravillosas frases para deleitarte.— Minho sonrió, recibiendo un suave golpe en el hombro del rubio como si se conociesen de toda la vida.

—Dios mio, por favor para.— Felix volvió a reir y se quitó una pequeña lagrimita de su ojo derecho antes de que rodara por su mejilla. Sabía que Minho lanzaba aquellos comentarios más para molestarlo, pero en vez de hacerlo, soltaba carcajadas de las idioteces que salían de su boca.

Su vista instantáneamente se dirigió a las afueras de la cafetería al sentir la tan característica motocicleta de Hyunjin. De esta bajó el nombrado y Nayeon. Enseguida, los ojos oscuros de Hyunjin chocaron con los de Felix, enviándole una corriente electrica por toda su espina dorsal. Vio el pequeño abrazo que Nayeon le dió a Hyunjin antes de desaparecer por un costado de la cafetería, Felix suponía que a la sala de empleados. Volvió a chocar miradas con Hyunjin, quien ahora mismo tenía una mueca en el rostro y sacaba una mochila negra del compartimiento de su motocicleta.

—Hey.— Felix miró a Minho sobresaltándose, y los pequeños ojos del chico viajaron desde él hasta Hyunjin, quien comenzaba a caminar hacia la entrada, y volvieron al rubio. El pelinegro enarcó una ceja, divertido. —Vale, creo que tengo que irme a la universidad.— Minho miró burlonamente a Felix, quien apretó los labios y miró hacia su costado. —Adiós lindo.

Felix ni siquiera pudo despedirse de Minho antes de que se marchara luego de darse cuenta de lo que sea que haya pasado allí, chocando a medio camino hacia la puerta principal con Felix, quien le miró entrecerrando los ojos y con los dientes apretados con fuerza. Felix no pudo ver qué demonios hizo Minho, pero el rostro de Hyunjin se ensombreció de una manera tan intimidante que Felix quiso esconderse detrás de la barra, lástima que no pudo hacerlo, ya que Hyunjin le había visto y no apartaba la vista ni un millisegundo de él.

Cruzaron ojos nuevamente, y Felix tragó saliva al ver de reojo como se sentaba al frente suyo y dejaba su mochila en el respaldo de su asiento, sin separar sus orbes y apretando el mantel entre sus manos, de alguna manera se sintió bien tener la mirada de Hyunjin en él, en sus ojos -que especialmente los había maquillado un poco más de lo usual-.

—Hola, Hyunjin hyung, ¿qué sucede?— preguntó quedito, completamente de piedra y sintiéndose algo aliviado al ver esas grandes cuencas vacias y oscuras suavizarse un poco ante su pregunta.

Felix notó aquello, y marcó un pequeño punto para él y su voz.

—Nada en realidad, Nayeon ha estado un poco insistente y yo tengo un trabajo que terminar.— Hyunjin apartó bruscamente la mirada y dirigió sus manos a su mochila en un dos por tres al escuchar la puerta que llevaba a la cocina ser abierta.

Felix, como todo ser curioso, giró su torso y encaró a una Nayeon con un tic en el ojo que el rubio suponía que era de rabia, al ver a Hyunjin sacar su computadora frente suyo. Felix se sintió intimidado, últimamente no se cruzaba mucho con Nayeon, pero se percataba de su actitud más hostil en vez de la amigable y risueña personalidad.

Vio a la pelinegra marcharse unos instantes después dentro de la cocina, y cuando volvió su cuerpo al frente, Hyunjin miraba la puerta de la cocina con una ceja fruncida.

—Han peleado, ¿no?

Hyunjin hizo una mueca, tecleando algo en su computadora, —En realidad no tengo idea, no le tomo mucha importancia.— se encogió de hombros.

Felix se tragó el pequeño nudito de su garganta antes de decir: —Deberias hablar con ella, se veía enojada y no me gustaría que ust..—

—Felix, cuando estoy contigo prefiero no hablar de Nayeon.

El estómago de Felix dió un vuelco inesperado, Hyunjin mantenía la cabeza baja detrás de la pantalla, pero si se colocaba de puntitas sultimente, podía notar que el castaño tenía los ojos cerrados y su labio inferior apresado por sus dientes.

Tierno.

Pensó, sintiendo sus mejillas algo calientes.

Pensó, sintiendo sus mejillas algo calientes

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For me? » HyunlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora