CAPITULO 61:

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DÍA DE ACTUALIZACIÓN.

ESPERO LO DISFRUTEN COMO YO DISFRUTÉ ESCRIBIRLO

MÓNICA Y ANDREW EN MULTIMEDIA

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Cuando ingresé a la estación de policía para hacer mi denuncia, todo estaba lleno del revuelo de oficiales saliendo a distintos operativos, y otros trabajando desde sus computadoras. Flor sujetó mi mano, para darme seguridad.

Durante el recorrido no habíamos dicho nada. Pues ella quería que yo procesara lo último que me dijo y cambiara de parecer respecto a continuar enojada con Andrew. Y yo solo rumiaba todo, pero sin querer dar el brazo a torcer aun. ¿Todos esperaban que con solo una noche me olvidaría del asunto? Estaba dolida, necesitaba mi tiempo para asimilarlo todo. Conocer a Noah y reponerme de todo el voltaje de las últimas semanas y quizás hasta meses.

Vamos, que desde que escapé de México no había tenido un respiro y un día normal para mi.

Ahora acabamos de llegar para nuestra cita, y sentir que mi amiga me brindaba su apoyo, era como un soplo de aire fresco en medio de un infierno. Otto permaneció con nosotras, sin preguntar y sin moverse un solo centímetro. Quizás Andrew le había apretado el cinturón mientras yo me preparaba, para que me protegiera más, dado el incidente de la discoteca la noche anterior.

--Todo estará bien--susurró Flor--ahora tienes la residencia y podrás denunciarlo. Este infierno se acabará pronto.

--Lo sé. Pero no deja de ser amedrentador. Tendré que hablar de todo lo qué viví estos últimos años, y...

Se formó un nudo en mi garganta.

--Lo sé, cariño, lo sé--me abrazó--si me lo permiten yo entraré contigo y te daré el apoyo cuando no puedas hablar.

Una oficial de policía se acercó a nosotras.

--Buenas tardes. ¿Puedo ayudarles en algo?

Cuando Flor pensaba hablar por mí, me enderecé y tomé aire muy profundo.

--Vengo a poner una denuncia en contra de mi ex marido.

La chica asintió y nos instó a seguirla a la sala de registros. Y con todo y mis piernas temblorosas, la seguí, con Flor a mi lado, y Otto detrás. Me hicieron sentar para que otra oficial de policía me atendiera, y aunque a mi escolta le pidieron esperar fuera de la sala, mi mejor amiga si pudo entrar conmigo.

--La oficial encargada de tomar las denuncias vendrá en un momento--anunció la mujer que nos había recibido, mientras ponía dos vasitos de agua delante de nosotras.

Era morena, alta y muy bonita. Los cabellos recogidos en una moña de manera templada. Y aunque inspiraba respeto, en ese momento me sonrió alentadora y se retiró.

--Acabaremos con esta mierda de una vez. Ese imbécil no podrá hacerte daño, y yo me sentiré feliz de volver a México y ver que estás a salvo en manos de la policía.

--Puede que yo esté a salvo, Flor. Ahora con Andrew y los guardaespaldas. ¿Pero que hay de ti? ¿Y si tal vez los amigos de Adolfo siguen en México merodeando y te hacen algo?

--No te preocupes por mí. Papá iba a poner una denuncia contra todos ellos, por los daños que nos han hecho. Están acorralados--apretó mi mano--juntas saldremos de esta.

La puerta se abrió nuevamente, y una mujer mucho más alta e imponente que la anterior, se presentó ante nosotras con una computadora, documentos y hasta una grabadora. Era rubia y de mirada muy penetrante y fría. Pero cuando se sentó delante de nosotras y nos sonrió, supe que si era mala o despota, sería con el sexo masculino.

SUITE 405 (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora