La vida que merezco [ CocoBerry / Coco x Gordi]

Capítulo 24

Gordi comenzó a removerse, sentía que debajo de él había una sábana y tenía una delgada cobija sobre su cuerpo, apretó los ojos intentando centrarse en algunas voces distorsionadas que escuchaba a su alrededor.

Un gemido lastimero salió de sus labios y abrió los ojos de poco a poco, pudo divisar tres siluetas borrosas enfrente de él.

Sonrisas se giró y sintió su alma por fin descansar cuando vio que su amigo recuperaba consciencia —¡Gordi!—Se acercó a la orilla de su cama para reclinarse y poder abrazarlo, sin apretarlo demasiado —Dios, tuve tanto miedo, pensamos lo peor, me alegra que hayas despertado.

El repostero parpadeo mientras veía sobre el hombro de su amigo que los otros dos osos en el cuarto eran Pandi y Blackie, se alivió al mirar mejor el escenario y darse cuenta de que estaba en un hospital.

—¿C-Cómo está Coco? — Apenas pudo hablar, su garganta ahora se sentía bien, aun recordaba la sensación de sequedad y como se le cerraba, le aterró un poco recordar eso —¿Q-Qué sucedió después de que me desmayé?

—No te preocupes, está bien— Sonrisas se alejó un poco y tomó asiento en la silla que estaba a un costado de la camilla —Hombre, regresé de dejar a Pandi y encontré el local en llamas, estaba a punto de marcar por ayuda cuando justo la policía y los bomberos llegaron, supongo que alguno de ustedes marcó, cuando los sacaron ambos estaban inconscientes, pero a diferencia de Coco tuviste quemaduras en tu lado izquierdo.

Miró rápidamente su brazo, estaba vendado con gasa, dirigió su vista de nuevo hacia el oso de gran sonrisa, aunque se veía triste más que feliz por como sus cejas se curveaban por pura preocupación.

—No te preocupes, parece que de milagro fueron quemaduras de segundo grado, en unas semanas todo estará bien, para el nivel de incendio y para lo que pasó el daño fue el mínimo.

Gordi suspiró y recostó su cabeza en la almohada, justo ahora no sentía mucho, no tenía sus emociones al máximo, seguramente en su intravenosa había alg porque no tenía mucho que le habían cambiado las gasas, era un gran contraste con el sentimiento de desesperación que tenía antes de desmayarse, ahora el día parecía ser totalmente contrario.

—¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Solo un día—Esta vez habló Pandi —El incendio fue ayer.

Gordi siguió mirando el techo.

—¿Qué dijeron los policías? — Un suspiro cansado se escuchó proveniente de Sonrisas.

—Fue provocado...evidentemente, y al interrogarnos dijimos todo, Gordi, explicamos la situación que tenías con tu hermano y todo tu plan sobre querer irte de la casa, fueron a buscar a Azulin a su casa, pero no lo encontraron ni a él ni a su carro, lo único que se necesita es un testigo que haya visto al culpable para encerrar al gato.

Gordi no dijo ni una palabra, estaba agotado, hoy más que nunca sentía que solo quería descansar enterrado en la tierra y no respirar nunca más.

—Y....bueno— Blackie intervino —Al parecer no fue un ataque hacia ustedes, parecía que Azulin buscaba destruir tu local, más no a ti directamente, todo apunta a que no sabía que estaban ahí...

El repostero estaba a punto de hablar cuando entró el doctor, un oso también rosado con cara cansada y una tabla donde tenía los papeles.

—Veo que ya despertaste ¿Cómo te sientes? — Rápidamente sacó una pequeña linterna que era parte de su pluma y examinó sus ojos y en interior de su boca.

—Bien, muchas gracias— Fue capaz de contestar en cuanto la revisión terminó.

—Me alegra que sea así, supongo que ya te habrán dicho todo lo sucedido, como puedes ver sufrió quemaduras de segundo grado, para lo cercano que estabas de la explosión fue un milagro, pero descubrimos algo en los estudios que hicimos mientras estaba inconsciente— El doctor miró sus papeles y suspiro —Revisamos su historial familiar, y al igual que su madre tiene el síndrome de Brugada, es hereditaria, sus latidos son irregulares, fue una de las razones por las que se desmayó tan rápido, a diferencia del paciente Coco que pudo soportar un poco más el humo del incendio.