Gruño suavemente con los párpados apretados. No parecía que este día fuera a ser bueno, Gulf tenía la terrible impresión de que la temperatura iba a ser un problema para él en cuanto abandonará la comodidad que su cama le brindaba. No quería y se lamentó en un gruñido. Odiaba el invierno, ¿por que tenía que ser así?. Estaba frustrado y de mal humor, no tenía ganas de moverse de la cama, sin embargo, tenía responsabilidades que cumplir.
Sufrir una desilusión amorosa no era una excusa viable para faltar al trabajo.
Tomó todo lo necesario para una ducha caliente y se metió al baño esperando que el agua hiciera el trabajo de relajarlo. Minutos más tarde se encontraba listo para empezar su dia y así abondono su hogar con la esperanza de olvidar todo lo que había pasado la noche anterior. No iba a ser tan estúpido y deprimirse solo porque las cosas no resultaron como hubiese querido, pero eso no queria decir que la humillación que sentía fuera a desaparecer así como si nada.
Por este día y por los siguientes, no quería pensar en lo tonto que había sido, lo que tenía que hacer era tratar de mantener su mente ocupada y que mejor manera de hacerlo que sumergirse de lleno en su trabajo, y estar rodeado de cientos de libros siempre lograba relajarlo.
Era como si se transportara a otro mundo.
ChapelBooks era un emprendimiento que había llevado acabo con gran empeño y dedicación, en el cual tuvo que trabajar de sol a sol para conseguirlo. Y aunque hubo momentos en donde se había cuestionado si había hecho lo correcto en dejar de lado todo lo que le gustaria hacer e invertir todos sus ahorros y tiempo en ello, pensar en su madre le había dado las fuerzas para no rendirse y poner todo su fe en ello. Bajar los brazos ni siquiera era una opción, y si fallaba, podia volver a comenzar de nuevo, una y otra vez hasta lograrlo, era una promesa que le había hecho a su madre; que él se encargaría de cumplir con aquel sueño de juventud, de abrir una librería y ver la alegría y la emoción al momento de escoger un libro.
Costo, claro que costo, sin embargo con esfuerzo y perseverancia había logrado que su negocio prosperará más pronto de que hubiera imaginado. Y le sorprendía que aún hubieran persona que disfrutaban de la lectura. Sus clientes en su mayoría eran mujeres que buscaban escapar un momento de la realidad con libros de romances, de amores idealizados y perfectos. Tambien estudiantes de secundaría que visitaban su negocio por la variedad de mangas y cómics. Era bastante popular en la zona.
Todo el esfuerzo habia válido la pena, no estaba arrepentido de absolutamente nada.
– ¿Mala noche? – preguntó la recién llegada al ver el rostro serio de su jefe y amigo.
Gulf se encontraba desenvolviendo algunas cajas cuando se encontró con la divertida sonrisa de su pequeña amiga con quien llevaba trabajando durante algunos años. Diana no era una simple empleada, era una persona con la que habían logrado entablar una hermosa amistad.
– Fue extraña, pero creo que al final, fue una buena noche – respondió Gulf con una pequeña sonrisa al recordar a Mew y esa amabilidad con la que lo trato todo el tiempo.
– Por tu sonrisa debo suponer que a Tyler le gusto el regalo que le compraste – indicó la chica.
La sonrisa de Gulf se borro en un abrir y cerrar de ojos.
– No quiero hablar de él – escupió molesto y asqueado.
Trato de hacerle un resumen de cómo estaba su situación actual con Tyler. El como lo había encontrado con aquel chico, de todos sus reclamos y de todas esas palabras hirientes que el rubio le había lanzado sin medirse; para luego golpear repetidamente su rostro de bastardo, y para finalizar tuvo que contarle que había terminado bajo la lluvia y yéndose con quién menos esperaba.
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Inesperado
RomanceEn ocasiones, el amor se encuentra en las personas menos esperadas. - MewGulf