𝐁𝐑𝐎𝐎𝐊𝐋𝐘𝐍 𝐁𝐀𝐁𝐘 - 𝒿𝓊𝒿𝓊𝓉𝓈𝓊 𝒦𝒶𝒾𝓈ℯ𝓃

05 🌨️

Desde muy jovenes las personas que anhelaban ser hechiceros ponían en riesgo sus vidas, esto para mantener el equilibrio en el mundo. Los hechiceros contra las maldiciones. Pero eran cuatro familias las que destacaban por su poder e influencia en el mundo de la hechicería

Gojo
Zennin
Kamo y shimizu.

Siendo este último uno de los que más influyó en sellar al rey de las maldiciónes, ryomen Sukuna.

Poco se sabe acerca de esta gran pelea qué hubo entre las familias y aquel ser demoníaco. Lo último que se supo de la jefa de los shimizu, fue que su cuerpo ( o los restos qué quedaron) fueron escondidos en el santuario de su hogar. Siendo custodiado hasta el final de los tiempos...

Su hijo fue el encargado de mantener seguro a su familia, y evitar que un clan enemigo llegará a aprovecharse de eso para matarlos.

No fue hasta que varios años después, nació la primogénita del líder actual de este...

- ¿una... Niña? -pregunto con asombro aquel hombre albino.

Entre los cálidos brazos de su mujer, había una pequeña bebe, la cual llego al mundo para ocupar el lugar de su padre. Para ser una recién nacida tenía más pelo qué los demás bebes, mechas rubias casi blancas, y un hermoso colorete rojo en sus mejillas.

- se que no es un hombre... Pero-

- ella será mi sucesora.

Los ojos azules de la femenina miraron a su marido. Esperando que no fuera broma.

- tu hiciste más que suficiente al dar luz a una hermosa niña - admiro a su pequeña hija con un amor puro en los ojos - no me importa lo que los demás digan... Yo las protegeré a las dos con mi vida.

El palido rostro de la mujer se volvió rojo.

- si... Mi linda ayame, serás una gran mujer en el futuro.

Los dioses les dieron un bello regalo

Una pequeña rubia de cabello rubio y corto corría por la gran mansión de su familia. Reía con sus mejillas rojas por la emoción, esto ya qué estaba siendo perseguida por su cuidadora, la cual cansada trataba de alcanzar a la menor, siendo esto en vano.

— ¡pequeña ayame!, ¡esto es un comportamiento qué a tus padres no les va a gustar!

— ¡atrapame si puedes, nanao! — y sin más corrió más rápido.

Sin duda ella había sacado la gran energía de su padre.

Al ver a dos personas con atuendos elegantes entrar a su casa se detiene.

— ¡te atrape! — la mujer agarro su pequeño cuerpo entre sus brazos, ríe pero se detiene al verla sería — ¿sucede algo?

— ellos — señala a las personas — ¿quienes son, nanao?

— ¿uh?, ¡diablos! — en pánico se lleva a la pequeña de ahí a su habitación — ¡¿qué hacen ellos aquí?!

— ¿qué pasa? —pregunto con inocencia, nunca la había visto así de alterada — ¿son gente mala?

La joven de cabello negro la mira... En sus ojos ve inocencia y pureza, pero sabía del cruel destino qué su familia le quiere poner.