Bad Liar

Mal Mentiroso

Hay muchas cosas que Mo GuanShan odia de las personas.

Cosas triviales que van desde ser alguien muy ruidoso, a ser alguien demasiado callado. Su mente maquina de manera diferente a los demás, haciéndolo apático y reservado. No por eso, es alguien sin amigos. Claro que los tiene. Simplemente, no puede relacionarse con ellos de manera “normal”. Así que tiene un par de problemas a la hora de socializar. Pero hay una cosa por sobre todo lo demás, que odia con todas sus fuerzas: a los mentirosos.

He Tian es muy bueno mintiendo, pero Mo GuanShan es mucho mejor descubriendo a personas como él.

En primer lugar, no hay nadie que pueda ser así de perfecto todo el tiempo. No cabe la posibilidad de que eso sea posible. Es estúpido creerlo, pero es incluso más estúpido fingirlo. ¿Qué tan podrida debe estar tu vida como para hacerlo? Esa es la pregunta que atormenta a Mo GuanShan cada que mira a He Tian, con todo ese séquito de cabezas huecas detrás de él, sonriéndoles de una manera tan deslumbrante que lo hace sentir asqueado.

En segundo lugar, Mo GuanShan ha captado esporádicos momentos—en donde He Tian cree que no hay nadie mirando—en los que su cara se oscurece de manera tétrica. La mayoría de esas veces, es cuando las chicas que lo comúnmente lo acosan, están listas para dejarlo libre. He Tian las mira con cara de hastío. Incluso, Mo GuanShan podría decir que hasta con cansancio. Eso tiene sentido. He Tian está cansado de fingir y una nueva pregunta se forma en la cabeza pelirrojo: ¿Por qué mientes?

En tercer lugar, se ha dado cuenta que, a pesar de su increíble popularidad en la escuela, fuera de ella es una persona totalmente solitaria. Jamás lo ha visto en compañía de nadie más que no sea su cigarro y sus audífonos. Estos últimos, son su muy astuta técnica para pasar de toda la gente que intenta hacer algún movimiento con él. Así, el muy cabrón pasa de ser alguien mal educado, a ser solo un chico despistado. ¿Por qué no puede ser él mismo?

Mo GuanShan sabe de todo eso, porque para su desgracia, tiene un trabajo de medio tiempo en un supermercado  muy cerca del apartamento de He Tian. Entonces, cuando él va a comprar víveres (que siempre oscilan entre la comida instantánea y la congelada), Mo GuanShan puede percatarse de los detalles. Para su fortuna, él solo es un simple almacenista, así que no tiene que toparse directamente con He Tian. Eso hace que Mo GuanShan pueda seguir observando  sin ser visto.

—¡Por favor, Mo GuanShan!—la voz llorosa de su encargada lo hace crisparse.

—Ya te dije que no—repite por cuarta vez consecutiva.

Huan Jia se cuelga de su brazo, agitándolo mientras sigue suplicando. Mo GuanShan intenta zafarse, pero la chica se aferra como si su vida dependiera de ello. Quizás, sí depende de él.

Ese día es sábado, así que Mo GuanShan hace turno completo aprovechando que no tiene clases y lo mismo pasa con los domingos. Siempre intenta hacer su trabajo rápido y en silencio. Y como no hace charla con nadie, tiende a terminar siempre con sus obligaciones antes que todos. Incluso, solo toma veinte minutos para almorzar y poder salir antes. Se supone que no debería ser de esa manera. Se supone que Mo GuanShan, debe cumplir con el horario laboral independientemente si termina antes o no. Pero es la misma chica colgada de su brazo, la que hace que esa excepción a las reglas, sea posible.

Así que, tomando en cuenta ese pequeño detalle y para quitársela de encima de una vez por todas, por fin acepta su petición.

—Solo será para acomodar las estanterías—advierte y Huan Jia gimotea en agradecimiento.

—¡Gracias, Mo GuanShan!—grita y lo arrastra fuera de los almacenes.

El pelirrojo da un vistazo a su reflejo en el espejo. El uniforme del supermercado no tiene nada de especial, pero lo hace parecer una persona totalmente diferente. La camisa blanca de botones arremangada, el pantalón negro perfectamente planchado y los zapatos relucientes, lo hacen sentir incómodo. Para no sentirse tan fuera de lugar, coloca su desgastada gorra blanca sobre su cabeza. Chasquea la lengua sin tener más opción y sale de los vestidores.