Epílogo

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La nieve seguía cayendo sin reparo alguno en toda Rusia, helando por completo los corazones de Elaia Sikora y Vladimir Petrov

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La nieve seguía cayendo sin reparo alguno en toda Rusia, helando por completo los corazones de Elaia Sikora y Vladimir Petrov. Quienes estaban experimentando una catarsis de dolor, quizás, unos tan diferentes como iguales.

Por un lado, tenemos a ese hombre tan serio e imponente que daba vueltas desesperado, luego de romper casi toda su oficina haciendo volar por los aires todo lo que esta tenía, por el simple hecho de que la angustia, el desespero y el temor lo invadió, porque aunque a Vladimir le cueste horrores admitir que, siente algo más que dolor y avaricia, si lo hacía, porque Elaia Sikora había caído en su vida como un auténtico torbellino, llevándose por delante a todo lo que creía. Porque, Vladimir pensaba que nunca sería capaz de ser amado, que solo era bestia asquerosa que jamás podría ser feliz y quizás, aun no lo era por completo, pero estaba en camino y cuando por fin el mundo parecía recompensarlo por todo el daño que sufrió durante toda su vida, este parece quitárselo.

Se sentía impotente y con ganas de arrasar con todo, incluido con el mismo, porque si bien sabía que sus mentiras lo habían llevado a esto, nunca deseó lastimar a Elaia, la cual era la única persona en el mundo que podía herirlo y así lo estaba haciendo. Aquel ángel tenía el poder de derribar a la persona más sádica de los últimos años, con tan solo unas cuantas palabras o en este caso, una huida.

Y por otro lado, tenemos a esa mujer que se sentía devastada, sola y en miseria, mientras intentaba entender las mentiras que la rodearon durante mucho tiempo, ya que no solo su padre lo había hecho, ocultándole la verdad de su trabajo y de la muerte de su madre, sino que utilizó su nombre en una especie de venganza extraña, además de que su madrastra lo apoya en esa mentira y todos parecían hacerlo. Por estaba entendiendo porque su padre estaba obsesionado con alejarla de la empresa y porque sus esfuerzos nunca parecieron ser suficientes, pero le dolía que saber que su padre la casara con un nombre que probablemente también le mentiría y seguiría con la mafia, sin estar ella enterada, aunque para este punto no sabía que era peor.

Elaia Sikora se abrazó a ella misma, mientras recordaba cómo su vida cambió, como finalmente las verdades salieron a la luz destruyéndola por completo, porque no solo su vida fue un engaño, sino que cuando más en libertad se sentía, solo era una ilusión. Solo estaba en una jaula de oro. Pensó que había encontrado el lugar donde deseaba quedarse y donde podría finalmente ser ella, pero solo comprendió que nada era tan cierto. Se sintió usada y tonta por creer que Vladimir también seria sincera con ella, porque Elaia estaba tan lastimada que solo pudo pensar que Vladimir Petrov se le acercó para vengarse de su padre y que su último objetivo era matarla, cuando en realidad este estaba destruyendo Rusia entera para encontrarla.

Y mientras la helada de aquel gran país presenciaba como sus corazones se rompían, no solo esos lo hacían, porque mientras Wincent Sikora era torturado por los hombres de Vladimir lágrimas del dolor más grande se deslizaban por sus mejillas, pero no eran únicamente por dolor físico sino por el emocional, porque su alma se lamentaba no haber podido tener justicia por su esposa, aquella que fue lo más preciado para él, tanto que daría todas sus siguientes vidas a cambio de un segundo con ella en esta. Wincent estaba solo con su sufrimiento, sabiendo que también le arruinó la vida a su hija, porque Vladimir había sido muy serio a la hora de decirle que haría a Elaia su esposa y solo podía pensar que su linda hija terminaría peor que su esposa, si permanecía junto a ese letal monstruo.

The Monster © [+18] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora