Capitulo 1 ~Origenes~

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[Estruendo]

En una noche negra, estrellas en cielo brillaban violentamente una cabellera esmeralda se hizo presente, una mujer estaba dando a luz.

[MUA,MUA,MUA]

Los gritos de un niño recién nacido se oyeron en la habitación, una melena color blanco se hizo presente y unos ojos heterocromaticos se abrieron.

"Lady Celdia como le llamará"

—una Elfa enfermera que cargaba al niño en brazos habló a la madre mientras entregaba a su recién nacido hijo.

—El recuerdo de la habilidad única de un héroe el cual su estupida compañera de aventura Ivelda no podía parar de hablar <Argonauta>, según Ivelda los relatos de la habilidad destructiva de este héroes y las campanas que sonaban como los mismos rayos a su activación era de admirar.

–Bell, lo llamaré Bell– Su suave voz, como un susurro del viento surcó los oídos de la enfermera que cargaba en brazos al pequeño semi-elfo.

–Es un nombre peculiar no. ¿No Celdia?– La encargada de velar los signos vitales de la gran elfo, cuestionó con interés.

–El será como las campanas, entre más fuerte los golpees, más fuerte será su respuesta– Lady Celdia sonrió al ver al pequeño Bell que ponían en sus brazos con delicadeza. Su pelo Blanco con matices plateados en sus mechones, sus ojos con heterocromia presentando un ojo verde y un ojo rojo completamente.

–Lamentó interrumpirla Ledy Celdia, pero Albert y su grupo la esperan para mañana a medio día–Un elfo entro a la carpa seguido de varios elfos armados, al parecer estaban preparándose para un inminente enfrentamiento.

–Los ojos de Celdia se oscurecieron y se tornaron fríos, perdiendo toda la calidez que hace un momento estaban trasmitiendo- ¿EL ha hecho su aparición?- La corta pregunta fue respondida con un asentamiento de cabeza.

-Díganle al bueno para nada de Albert que estaré lista para acompañarlo en su aventura- La elfo que estaba a un lado de Celdia intento protestar ante esto.

-Celdia, con toda la sinceridad del mundo, no estás en condiciones de pelear, solo hace unas horas estaba en proceso de parto y hace unos minutos se ha convertido en mamá. Es impensable ir al campo de batalla en estas condicion- La elfo no pudo terminar de hablar cuando un dedo se posó en sus labios Celdia, la había cortado antes de terminar su oración.

–Rishena, debo velar por un futuro mejor para nuestra raza, para nuestros descendientes y sobre todo para mi hijo. No puedo dejar que esa bestia deambule libremente por el mundo, esperando el momento para dar un golpe de gracia. Mi única esperanza es seguir a Albert en esta estupida aventura para salvar al mundo–Rishena empezó a llorar apoyada en el hombro de su hermana, ella no quería que muriera, no quería que la dejara sola y no quería que dejara solo a su reciente sobrino. Celdia siempre había sido una santa, negando cualquier propuesta de matrimonio, hasta que un día llegó con una noticia que paralizó a la realeza del bosque elfico, Celdia estaba embarazada.

—Al principio ella tampoco lo creía pensó que era una mala broma que estaba jugando su hermana, hasta que les dijo que estaba a solo unos meses de empezar él labor de parto.

—Pero justo después de esa maravillosa noticia, una pesadilla azoto con fuerza a todo el mundo, desde el Valle de los dragones una gran calamidad emergió, <El Dragón Negro> un monstruo diferente a todos los demás antes conocidos. Acabó con civilizaciones enteras, razas, ciudades, reinos y imperios falleros ante su ferocidad, donde pasaba dejaba un rastro de muerte y hambruna. Todo lo que estaba a su alcance se volvía ceniza en cuestión de segundos.

–Rishena sabia que este momento llegaría, solo esperaba que no llegara tan pronto como tuvo que ser.

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=Rishena, prométeme algo—Celdia quien se había preparado para esta inminente búsqueda, no sin antes despedirse y pedir como último deseo algo a su hermana menor—Pase lo que pase. Protege a Bell— Rishena miró a los ojos de su hermana y por primera vez vio miedo en ella, aquella ferviente princesa que luchó contra incalculables monstruos, aquella que había acompañado al gran conocido mercenario Albert Walendstein en sus aventuras, por primera vez vio el sentimiento de miedo en sus ojos.

—Lo prometo hermana, Bell estará seguro conmigo y esperaremos con fervor tu regreso, que la suerte te acompañe y los dioses estén contigo—Con esas palabras Celdia tomo rumbo a una increíble velocidad a la caravana que se marchaba de la ciudad elfica con una increíble velocidad hacia el norte.

~ESTRUENDO~

Una calamidad nació en el fondo del mundo esperando a emerger para enfrentar a aquel héroe con el que estaría predestinado a luchar.

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Al parecer tenía que esperar mil años para hacerlo o tal vez más.

&quot;EL PRÍNCIPE DE ALF&quot;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora